123. Amarillo
Hay pocas cosas que perduren, que no cambien.
Creo que apenas una:
El oro.
El oro es amarillo, no cambia, no envejece, perdura inalterable. Tambien tiene un gran valor y lo ha tenido siempre.
Imagino que de eso viene lo de “corazón de oro”.
Los corazones de oro al estar dentro del pecho son invisibles, por eso no podemos saber, al conocer a las personas si (con suerte) nos hemos topado con un corazón de oro.
Pero, a veces, la vida es muy agradecida y encontramos gente portadora de latidos de oro.
No importa su cara, su altura, su color; solo con el tiempo los conocemos por como han estado en los malos momentos.
El amarillo del sol y de esos corazones hacen que todo fluya.
Tu pecho tiene un brillo amarillo, yo he conseguido verlo.
Si, tu eres un corazón de oro.