72. Amor brujo
No comprendía cómo la llave del apartamento de su ex seguía en su bolsillo. Juraría haberla tirado al contenedor de la esquina cuando decidió abandonarla. Pero al llegar a su nuevo piso la descubrió enganchada al llavero, sucia, con cierto olor a podrido. Al día siguiente, recordaba haberla arrojado a las vías del metro, aunque ahí seguía, esta vez en interior de la cazadora, doblada como un clavo inútil. Decidido, la lanzó al Manzanares y grabó con su móvil la caída. Hecho y comprobado. Entró a celebrarlo en el primer bar. Saboreaba un buen trago cuando sonó aquella canción: “I’ll be watching you… Oh, can‘t you see... You belong to me”. Esa melodía que ella le canturreaba al oído la noche en la que se empeñó en practicar aquel ridículo amarre de amor. Nervioso, rebuscó la cartera en la mochila, palpó algo espeso, frío, recubierto de lodo viscoso.
Elena, un micro muy chulo. Me encanta. Mucha suerte, bonica!!!!!
Gracias Paquísima, mucha suerte a ti también, estoy leyendo y espero y deseo que hayas presentado.
Buenísimo Elena. Hay amores así, amarrados, de los que es imposible librarse.
Cuando se trata con brujas luego no puedo uno quejarse, además, ella avisó con una canción de sus intenciones. No es posible eludir a quienes tienen poderes y se encaprichan de alguien. Lo mejor que podría hacer tu protagonista es rendirse y aceptar a una mujer de quien no podrá escapar. Una cosa es segura, con ella no se aburrirá.
Reconozco que desconocía qué era un «amarre de amor». Siempre se aprende algo.
Un relato original e inquietante.
Un abrazo y suerte, Elena
Gracias Ángel, me alegro de que te haya aportado palabros nuevos, aunque cuidado, que van con carga extra de brujería. Un abrazo.
Muy buen relato Elena. Empieza uno siguiendo las correrías de la llave con una sonrisa y termina con un no sé qué en la boca del estómago… supongo que igual que el protagonista. Estoy de acuerdo con Ángel: el que se acuesta con brujas… embrujado se levanta. Un abrazo y mucha suerte.
Gracias Ana, me alegro que te haya dejado ese no sé qué en el estómago. Abrazos y mucha suerte para ti también.
Buenísimo Elena. Hay amores así, amarrados, de los que es imposible librarse.