101 Genes de contrabando
Por años, los había dividido una línea imaginaria que nadie tomaba en serio a la hora de establecer relaciones entre ambos pueblos, Hasta que los gobiernos desviaron arroyos y ríos para crear una frontera infranqueable, un brazo de agua que impidió el tránsito de las especies silvestres, partió el abrazo de los árboles y separó amantes y familias enteras a cada lado del límite. Muchos, enloquecidos, corrían en busca de un paso de tierra seca, donde ahora solo había agua, para llegar al otro margen. Cada día se amontonaban en la costa los cadáveres azules de personas y animales. A pesar de la vigilancia y la prohibición, unas botellas camufladas en el añil de la corriente, llegaban hasta las playas para fertilizar el amor a la espera del reencuentro. Al drenarse la masa acuática a petición de las poblaciones hermanas, los jóvenes se hallaron de vuelta con sus parejas y sus hijos e hijas concebidos gracias al intercambio de material genético a través de la frontera.