06. Amor doble. (Fernando García del Carrizo)
Él contemplaba el rostro de ella con extrañeza y buscaba descubrir que era lo que le generaba esa inquietud interna. Su esposa, sentada en la butaca seguía concentrada mientras tejía una bufanda de punto. De vez en cuando comentaba alguna cosa del programa de la televisión. Su timbre de voz era el mismo, pero había algo diferente que no terminaba de reconocer. Sentado en su sillón observó la sala de estar. La mesa camilla, con la colcha y el brasero, los cuadros y el aparador con los frascos de sus medicinas, todo era como él lo recordaba, pero notaba que algo no era lo mismo. Volvió a mirar a su mujer. Descubrió una mueca que no le era familiar y entonces comprendió lo que le había producido tanto desasosiego. Su mujer había sido suplantada por otra. Era exacta a ella sin serlo. Preocupado por su paradero, preguntó a la extraña. Ella, sorprendida, le confirmó su identidad. Incrédulo, la agarró firmemente del cuello para que confesara. Lo último que observó fue su cara de pánico. Nunca llegó a saber que había hecho la intrusa con su pareja.
Este hombre vivirá siempre en un mar de dudas, sin tener la certeza de que su mujer fue realmente suplantada, ni de su posible paradero, ni si todo fue producto de su imaginación. De una forma o de otra, de puertas afuera nunca va a parecer inocente. Tendrá tiempo en una celda para seguir con sus sospechas y tratar de justificarse, parece de ese tipo de personas que creen que nunca se equivocan.
Un relato en apariencia sencillo en su forma pero no menos inquietante, que nos hace preguntarnos si muchas de nuestras motivaciones no serán resultado de obsesiones estériles, o tienen un fundamento real, aunque no pueda explicarse ni probarse.
Un abrazo y suerte, Fernando
Gracias Ángel por tus acertados comentarios. Una vez más 😉.
En verdad he querido presentar a un anciano que ha desarrollado un síndrome de Capgras que es cuando el enfermo piensa que sus familiares han sido suplantados por un doble. A veces se ve en pacientes con demencia. Como trastorno psicótico ellos lo viven como real y actúan en consecuencia.
El titulo he querido jugar por un lado con el “ doble” que ha suplantado a su mujer, pero también porque los cuidadores de enfermos con demencia aman el “ doble” o el triple, con una labor muchas veces muy dura y sin reconocimiento por parte del enfermo.
Hola Fernando: en pocas palabras has escrito un relato con un protagonista digno de un estudio psicológico —supongo que su trastorno será un eximente en el juicio—, aunque no sé si será justo pensando en la pobre mujer que tranquilamente teje en su cuarto de estar.
Una historia concentrada con crimen y todo, bien contada, inquietante y con un componente psicológico importante.
Saludos y suerte
Muchas gracias Pilar por tus comentarios.
Triste situación cuando las mentes dejan de regir con cordura, en este caso, ademas, ha sido con un final de muerte que te deja triste al ver donde ha llegado el personaje. Suerte
Muchas gracias por tus comentarios Montesinos.Un abrazo