23. Amor incapaz (La Marca Amarilla)
Cuando sonó el pistoletazo de salida, ya tuvo problemas: nació con una discapacidad en un mundo de altivos capaces.
Sin embargo, prosiguió con mucha fuerza su vital carrera de obstáculos.
Sus padres consiguieron, pasándose continuamente el testigo, correr a su lado en todo momento.
Pero, poco a poco, abandonaron la lucha y quedaron rezagados, agotados, separados.
Ella consiguió sobreponerse y corrió con más ímpetu si cabe, apoyándose en el deporte y consiguiendo participar en unos juegos paralímpicos; aquel fue su primer paso por meta.
Superó con disciplina todas las dificultades con las que se iba encontrando: duros entrenamientos, lesiones, estudios universitarios, jefes recelosos, barreras arquitectónicas, prejuicios…
Era una atleta infatigable. Capaz de todo.
Por eso nadie entendió lo del suicidio.
Sonó un segundo pistoletazo en su vida, fatal.
Absurdo.
Final.
¿Por él?
Miguel Ángel, historia estremecedora la que nos cuentas. Me hace reflexionar sobre los grandes sacrificios tirados por la borda en favor de verdaderas insignificancias, de problemas que muchas veces nos creamos nosotros mismos. Me ha gustado cómo lo has narrado, con limpieza y credibilidad. ¡Enhorabuena!
Por cierto, felicidades por tu triunfo en Cuenta 140. Felicité, allí, a tu otro seudónimo…, menos mal que luego te diste a conocer, jejeje.
Un fuerte abrazo.
María José
María José, muchas gracias por tu comentario y por tus felicitaciones! jejeje
Pues sí, a veces podemos con todo… O eso parece!
Un saludo! 😉
Alguien capaz de superar todas las dificultades, incluso sin la muleta inicial que fueron sus padres. Pero incluso la más férrea voluntad puede encontrar un punto débil, un resquicio por el que se cuele un disparo que termine con todo. Condenado corazón cuando se fija en quien no debe, alguien de quien se enamora perdidamente pero nunca le corresponderá; contra esa barrera infranqueable chocan todos los empeños, peor aún, puede convertirse en la gota que colme el vaso de una vida, hacer que pierda todo el sentido una vida demasiado sacrificada. El suicidio nunca es una opción, pero no resulta tan difícil de entender tu protagonista. El final, con esas seis últimas líneas cortas es un broche magistral a un buen relato.
Estoy desvinculado de C140 y acabo de enterarme por María José de que has tenido una corona poética semanal (otra más). Enhorabuena, ¡campeón!
Un abrazo grande, gracias por este relato y por una ilustración tan colorida y significativa. Tu sí que sabes. Suerte
Muchas gracias, Ángel!! Campeón!! Hacemos lo que podemos, e intentamos hacerlo bien… jejeje
Es verdad!!! A veces nuestras debilidades se esconden tras fuertes capacidades, pero ahí están… agazapadas!!!
Un saludo!! Nos leemos!! 😉
Miguel Ángel, es así como lo cuenta tu historia, nos crecemos ante lo dificil y parece que un empujón mas, hacia adelante, nos cueste la vida. Suerte y saludos
Totalmente, Calamanda!! Gracias por tu comentario!! Se agradece!!
Un saludo! 😉
Una vida en unas cuantas líneas. Es curioso que los sentimientos que nos genera el «amor» o su falta sean capaces de echar por la borda todo lo conseguido y lo que nos quedaría por alcanzar, aún cuando hayamos demostrado ser casi invencibles. Un saludo, Marca.
Jesús! Gracias por tu comentario… Es cierto, a veces somo mucho más vulnerables de lo que creemos!!
Un saludo! 😉
Muy bien contado, Marca. Me ha gustado mucho tu relato. Conozco a muchos de los héroes que, como tu protagonista, luchan contra todo tipo de adversidades. Menos mal que la gran mayoría siguen luchando cada día a pesar de esas trabas que la sociedad les pone y siempre salen victoriosos, aunque alguno, como tu protagonista, se quede en el camino por el cúmulo de obstáculos que se encuentra en su vida.
Yo estaba haciendo otro relato en el que dar protagonismo a esos héroes, pero desde otra perspectiva. La tuya me ha parecido muy original.
Un fuete abrazo y aprovecho para decirte que creo que el del océano, «Maligno», que no te comenté por falta de tiempo, me parece una gran obra de arte. Para mí sería uno de los elegidos sin duda.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario, por tus palabras, Pablo!! Me sonrojas…
Aquí estamos, intentando escribir pequeñas historias, y de la mejor manera posible. Tener lectores agradecidos es ya un gran premio!!
Gracias, de nuevo!!
Un saludo! 😉
Hola, Marca.
El mundo de la discapacidad tiene que ser más visible. Gracias, por hacerte eco de una realidad con la que conviven cientos, miles de héroes a diario. Muy bien contado.
Suerte y abrazos.
GRACIAS, Towanda!!
Así también lo creo, héroes de verdad, verdad!!!
Un saludo!! 😉
Excelente metáfora de una lucha cruel y un final que no debió ser.
Un relato muy crudo que deja pensando en un ser que se sobrepuso a todo menos al desengaño.
Un abrazo y suerte.
Exacto, El Moli. Te sobrepones a casi todo, somos vulnerables!
Gracias por tu comentario!!
Un saludo! 😉
Muy bueno ese paralelismo que has hilado entre deporte y vida. Un recorrido vital de lucha que al final la propia vida malogra. Mucha suerte !!!
Muchas gracias, Juan Antonio!! La vida te da y la vida te quita, efectivamente!!
Un saludo! 😉
Una pregunta final que me atrevo a asegurar que todos nos hacemos al leer tu historia.
Saludos, Marca, y suerte.
Gracias por tu comentario, Margarita!!
La pregunta tiene su malicia, porque no cierra nada… jejeje
Un saludo! 😉
Hay barreras que el corazón no puede saltar, hay obstáculos que impiden alcanzar el podio del amor y hay veces que un disparo no marca el comienzo de una carrera si no su final.
Buena carrera de palabras, con una historia que te llega y una pregunta final que no se queda en el aire, que es difícil de responder y que te hace pensar.
Buen relato Marca.
Suerte, un abrazo grande.
MªBelén, gran comentario!! Gracias!!!
A veces, el amor es ese gran absurdo que mueve y paraliza el mundo a su antojo…
un saludo!! 😉
Coraje ante la adversidad, fuerza ante la vida. Pero un corazón acompasado, un sentimiento roto, es el final. Tremendo, Marca, me ha gustado mucho. Abrazos y feliz verano.
Gracias por tu comentario, Salvador!!
Feliz verano, igualmente!!! 😉
Un saludo!
Muchas gracias por tu comentario, Ana!! Siempre los valoro mucho, y en esta ocasión, más! No creo que el título tenga mucho misterio. Lo amores, o el amar, sí que tiene misterio!!! Pero la pregunta sería ¿somos capaces de amar sin ser egoístas?
Un saludo!! 😉
Madre mía qué desenlace nos tenías preparado!!!
Lucha tras lucha, superación tras superación, seguir hacia adelante, vivir, vivir…
Un modelo de fuerza imbatible… hasta que es abatida.
Al corazón no se le manda (ni como emisor ni como receptor).
Duro, estremecedor pistoletazo final.
Un abrazo
Muchas gracias por tus palabras, Amparo!!!
Se agradecen!!
Un saludo!! 😉
Sí señor, una buena historia, triste, nunca se acaban las dificultades, y la del corazón es la más dura. Suerte
Gracias por tu comentario, Javier!!
Ay, el corazón… 😉
Un saludo!
Buen relato. Aunque se vayan superando todas las dificultades, siempre puede haber alguna que frene el ascenso, ese pistoletazo de final.
Un abrazo
Gracias, Blanca!!
Siempre hay dificultades que superar!! 😉
Un saludo!
¡Qué triste que no supere un desengaño amoroso con todo lo que llevaba en su carrera por la vida!
Ya lo tenía difícil, los padres no pueden con ello, pero le gana a la vida en todos los frentes… Quizá «él» fue el rebosar del vaso, al faltarle otros apoyos.
Buena historia y bien contada.
Un abrazo.
Carme.
Muchas gracias por tu comentario, Carme!!
Es cierto que hay dificultades insuperables!!
Un saludo!! 😉