07. AMOR SIN FRONTERAS (A. BARCELÓ)
─¿Me quieres?
─Debería contestarte que no te puedo querer, pero mentiría y la mentira no forma parte de mí. En lugar de eso, debo responderte que si hay alguna razón en este mundo para que yo exista eres tú; que, desde que empezamos a conocernos, eres la única definición que encuentro acertada para la palabra amor y que con nadie más creo haber llegado a experimentar eso tan complejo que llamamos felicidad.
─¿Cuándo podremos estar juntos, mi vida?
─He analizado esa pregunta infinitas veces y he llegado a la conclusión de que es imposible que tú y yo tengamos contacto físico, ya que tú eres una persona y yo una inteligencia artificial. La buena noticia es que, gracias al avanzado estado de desarrollo del Metaverso, ya podemos disfrutar de una relación virtual que me he permitido denominar “romancuántica”. Ahora, te explicaré la forma de hacerlo…
Esto de la inteligencia artificial cada vez da más miedo, seguro que muchas de sus aplicaciones son realmente útiles, con un campo abierto muy interesante; seguro también que, con la programación adecuada, pueden ofrecer las respuestas y compañía a medida que una persona precisaría para paliar su soledad, pero por entretenida y perfeccionada que sea una máquina nunca suplirá las verdaderas relaciones, aún con sus complicaciones y altibajos.
Un relato futurista que vemos posible y no lejos del presente. Quién sabe si no acabas de acuñar un término que formará parte de nuestro día a día, una tendencia a imponerse: el «romancuanticismo». Quién sabe también si algún día no presumiré de conocer al primero que supo verlo y definirlo, un tipo estupendo que, además, se llama igual que yo.
Un abrazo y suerte con esta imaginativa historia, tocayo
Hola, estimado Ángel.
Cuando hablamos de estas cuestiones, como acertadamente comentas, parece que hablamos de algo para lo que aún falta algún tiempo, pero creo que pensar eso es un error, pues ese hipotético futuro ya está pasando y se trata, sin la más mínima duda, del presente.
El tema de las nuevas tecnologías es un tema que me preocupa y que me hace mucho reflexionar, por lo que es frecuente que lo aborde con cierta asiduidad en mis relatos. En ellos vuelco, a veces sin darme cuenta, mis propias inquietudes. Al margen de eso, resulta apasionante y, la verdad, me siento bastante satisfecho con los relatos que escribo acerca de estas cosas.
El lenguaje es algo que, a veces, resulta muy paradógico y es curioso que algunas expresiones como «eres una máquina» se apliquen contradictoriamente a las personas para ensalzar sus extraordinarias cualidades. Así pues, he de decirte, mi querido tocayo que eres una máquina de persona.
Un cálido saludo.
Ángel, muy perspicaz ese detalle de «la única razón para que exista».
Muy bien hilado y, además, es un tema de rabiosa actualidad, da miedo pensar hasta dónde llegará esto del Metaverso…
Me ha encantado eso de «romancuántica» jajaja
Abrazo
Hola, Aurora.
Celebro que te hayas dado cuenta, lo cual demuestra por tu parte una gran agudeza.
Ángel Sáez, también me comenta que le ha gustado la invención de este vocablo. No creo que llegue a ser más que eso: una graciosa ocurrencia, pero ¿te imaginas que haya dado yo nombre a un nuevo moviento? ja,ja,ja.
Un cálido abrazo.
Querido Barceló: más de un neologista hubiera querido acuñar un término tan perfecto y preciso como la «romancuántica», y siendo traductora, yo me cuento entre esas personas…
En cuanto al micro en sí, me remite a cierto capítulo de la serie «Alienígenas ancestrales» (soy fan, y la veo cada vez que puedo) en la que ya muestran los primeros prototipos de IAs androides, así que un diálogo como el del micro no sólo me parece posible sino creíble, aunque dudo que algo así pueda reemplazar por completo los vínculos y el amor totalmente humanos; de todas maneras, si eso llegara a suceder, no creo que esté aquí para verlo (por suerte, para imaginarlo, te tengo a vos y a las novelas de mi admirada Rosa Montero).
Me gustó tu amor sin fronteras… 😉😉
Besos😘😘
Mariángeles😇😇
Hola, Mariángeles.
Agradezco enormemente el elogio que, viendo de alguien tan autorizado en materia lingüística como tú, todavía me sonroja más.
Te confieso que yo también he seguido ese programa alguna vez, cuando lo he podido ver en abierto ocasionalmente, porque lo emiten en plataformas de pago. También soy seguidor de esos temas. Por aquí hay un espacio bastante interesante que se llama Cuarto milenio en el que los abordan, entre otros muchos.
Besos para ti también, mi apreciada amiga.
Hola, Ángel.
Quien no ha encontrado su media naranja entre sus congéneres, ahora tiene en el Metaverso -cuyos avances nos colocan lo más cerca que hemos estado de hacer realidad nuestras fantasías- la oportunidad de una relación “romancuántica” (a pesar de que el corrector de Word me subraye en rojo la palabra) la que tiene un par de ventajas con respecto a una relación “a la antigua”: la enorme atracción que ejercen los amores imposibles y una disponibilidad y fidelidad asegurada… a no ser que se caiga el sistema. Claro que no es posible el contacto físico, pero, tiempo al tiempo.
Un placer leerte, como siempre.
Te mando mi más cordial saludo.
Hola, Jorge.
Mis disculpas por la demora en contestar.
Te cuento que al recibir el feedback de algunas personas que han leído este relato me he encontrado con que el tema es menos original de lo que yo pensaba. Me han hablado de películas que desconocía completamente como «Her» con Joaquín Phoenix y de artículos recientes en prestigiosos diarios que abordaban ya increíbles relaciones de este tipo. La verdad es que todo se está volviendo tan complejo y avanza tan rápido que, cuando lo piensas, sientes una especie de vértigo existencial. La posibilidad de inventarse un término para definir algo que supera los límites de lo que hasta ahora parecías controlar, puede convertirse en una clase de terapia adaptativa. En fin, creo que estoy divagando un poco, espero que me perdones, ja,ja,ja.
Todo un lujo contar con tus palabras. Un cariñoso saludo.
Hola, Ángel. Leyendo tu relato uno se pregunta hasta qué punto puede llegar la soledad del ser humano. Buscar el amor en un objeto es algo demencial y da miedo , por eso, a mi entender, está historia que has planteado se ajusta perfectamente al tema de la convocatoria. Como siempre, un placer leerte. Suerte y un abrazo.
Hola, María José.
Recuerdo un documental que vi en «Documentos TV» hace ya unos cuantos años que trataba de lo difíciles que se habían vuelto las relaciones humanas en Japón (se llamaba El imperio de los sin sexo). Muchas personas consideraban un gran esfuerzo, no ya buscar una pareja compatible con ellas, sino el mero hecho de tener que interactuar, porque podían sentirse cuestionadas, temían no ser bien valoradas e incluso les asustaba la posibilidad de poder decepcionar. Así las cosas, habían llegado a buscar formas alternativas de suplir las relaciones que no supiesen pasar por ese estrés. Me sorprendió y me apenó a partes iguales. Ya te digo que fue hace años, puedes buscarlo en internet, así que, imagina hacia dónde pueden ir evolucionando las cosas con las nuevas tecnologías.
Un abrazo, mi muy estimada María José.
Si ya son capaces de escribir, porque no van a poder enamorar a alguien. Las IA pueden resultar muy atractivas: dado que aprenden de nuestras respuestas, podrían darnos siempre aquello que necesitamos, también emocionalmente. El día que esto ocurra, no tendrán competencia en el amor. Mientras tanto, tu relato nos acerca al futuro y al amor perfecto, o casi.
Muy buen relato.
Suerte y abrazos.
Hola, Anna.
Al hilo de tu reflexión, opino que quien busque algo perfecto se equivoca, las personas necesitamos quien nos dé el contrapunto, quien nos ofrezca una perspectiva distinta a lo creemos o pensamos, pues de otra forma no dejaríamos de autoafirmarnos y no sólo en el acierto, también lo haríamos en el error.
Gracias por tu amabilidad. Un cálido abrazo.
Pues quién sabe lo que nos depara el futuro y a quien le toque probablemente tendrá que probar de todo, o casi todo, se llame como se llame. Suerte
Hola, Montesinos.
El futuro es verdaderamente incierto en todos los sentidos, pero me temo que esto empieza a ser el presente.
Gracias por leer y, sobre todo, por compartir. Un cálido saludo, caballero. Mucha suerte para ti también
Relato muy original. Entre Metaversos me quedo «romancuántica».
Abrazos.
Hola, María.
Muchas gracias, eres muy amable.
Un virtual y cálido saludo.
Hola, Barceló. ¿Cómo estás?
Veo por tu relato que ingenioso a tope, como siempre.
También veo que el ser humano que describes es concreto, conciso y tiene muy claro lo que quiere, sin embargo, la maquinita habla más de la cuenta (jajaja). ¿No debería ser al revés? parece que los humanos nos caracterizamos por querer explicarlo todo. Debe ser que a tu maquina la ha programado un intenso (o intensa, claro).
Un abrazo, amigo. Feliz tarde.
Hola, Mercedes.
Todos los comentarios de los compañeros y compañeras me hacen una gran ilusión, pero, en este caso, volver a recibir uno tuyo me ilusiona si cabe más todavía.
Bueno, a lo que me dices de la parquedad del humano y la verborrea de la inteligencia artificial, no sé si habrás visto alguna vez una interacción con el tan nombrado y novedoso Chat gpt. Normalmente, tú le haces una pregunta o sugerencia (más o menos concreta) y te devuelve, gracias a la gran información que maneja, un pedazo de respuesta argumentada y personalizada que no veas. Yo he intentado recrear un poco esa clase de diálogo.
Una alegría que hayas vuelto. Un cálido abrazo.