AND THE OSCAR GOES TO…
—Bueno, niñas, pues ya tenemos el resultado del concurso And the Oscar goes to… como homenaje al mundo del cine y a los participantes de Esta noche te cuento. —Mel había conectado su portátil a la red y acababa de imprimir los resultados en una hoja de cálculo de Google para que los vieran Paloma, Ginette y Susana. Las cuatro estaban pasando unos días de descanso en una casa rural cerca del mar; les encantaba recluirse allí tras el ajetreo que se traían con sus blogs—. Como podéis ver el ganador ha sido Rafa Olivares con su Prevención de riesgos. Así han resultado los votos —siguió explicando mientras jugueteaba con un puntero láser, y las imágenes de un PowerPoint, con las votaciones desglosadas, se sucedían en la pantalla—. Y ahora tenemos que hacer el comentario —se sentó frente al teclado del ordenador y sacudió su melena rubia—; venga, yo hago de secretaria.
—¿Por dónde empezamos? —Susana había sacado dos barras de plastilina de su mochila y estaba dando forma a una figura que parecía un dinosaurio.
—Pues… si quieres por los diálogos, que era una de las condiciones obligatorias a seguir. ¿Qué te han parecido a ti? —dijo Mel después de una breve pausa en la que pareció valorar todas las opciones.
—A mí me gusta la idea de los diálogos. En general no se utilizan demasiado en los cuentos cortos, creo que por miedo a ponerlos mal. Y, mira, en el texto de Rafa cumplen muy bien su función. —Sin dejar de hablar seguía modelando la figura del dinosaurio. Ginette y Paloma, fascinadas con su habilidad, la contemplaban sin perder detalle; Mel tecleaba en el ordenador las explicaciones de Susana—. Veréis… —Antes de que pudiera seguir, la sacudió una tos ronca—. Maldito tabaco —se excusó—, veréis, un diálogo directo da mucha agilidad a cualquier relato. ¿A que la conversación entre Zira y el coronel Taylor hace que sintamos mas cercanos a los personajes?
—Es cierto —terció Ginette—, y además ha sido muy hábil a la hora de presentarlos y la relación que mantienen entre ellos. En la primera línea ya tenemos la introducción de lo que luego nos va a contar—. Mientras hablaba sacó un iPod del bolso y lo dejó a su lado. —Perdona, Susana, ¿ibas a decir algo más?
—Sí —continuó Susana, y añadió—: ha conseguido que el relato sea más entretenido al dejar que la trama sea narrada por las propias voces de esos protagonistas tan peculiares; siento que así, además, la acción avanza con más rapidez sin necesidad de descripciones; me gusta que haya logrado caracterizar a los personajes a través de lo que ellos mismos nos cuentan, aún en un texto de tan pocas palabras —había dejado de modelar la plastilina por un momento mientras acompañaba la enumeración con los dedos de las manos—; tiene un ritmo muy fluido; y además, como en todo buen microrrelato, ha sabido propiciar un conflicto y reflejar las emociones de los protagonistas.
—No está nada mal —Ginette la escuchaba con interés—. ¿Alguna cosa más sobre los diálogos?
—Un pequeño detalle técnico que se le ha escapado a Rafa: entre la raya de inicio de un diálogo y la siguiente letra no hay que poner un espacio de separación. Por lo demás está todo correcto. —A Susana le gustaba ser precisa con todos los detalles, como hacía también al modelar sus dinosaurios.
—Perfecto —dijo Mel—, lo he apuntado todo. ¿Y qué me decís de la banda sonora que ha elegido?
—Aquí la tengo grabada. —Ginette conectó su iPod y a través de los altavoces sonó una alegre melodía—. Va muy bien con el tono del relato empleado. —Dejó que la música acompañara sus palabras; de un modo imperceptible las otras tres parecían más animadas—. Como bien sabéis, en el cine, la banda sonora condiciona al espectador sobre la forma de interpretar la imagen. Un música bien utilizada debe unir idea y sentimiento de manera que refuerce la acción o acompañe unos diálogos, como es el caso. El humor y la ironía que se adivina en este microrrelato se acoplan perfectamente con este tema amable, casi festivo que ha elegido para acompañarlo. —La grabación terminó; el ambiente parecía más distendido—. No cuesta nada imaginarlo como contrapunto al divertido diálogo que nos ha contado, ¿verdad?
—Bien dicho, Ginette. Y tú qué, bonita —Mel se dirigió entonces a Paloma—, ¿vas a abrir la boca para decirnos algo o solo para seguir zampando?
—Bueno… esto… —A Paloma le pilló de improviso la pregunta de Mel. Tragó enseguida y, para ganar tiempo, se subió las gafas que se le habían deslizado por el puente de la nariz—. Esto… que estoy de acuerdo con Ginette, en lo del humor y eso, quiero decir. Que está muy bien utilizado en el relato. Por el uso de la exageración, que es un recurso muy efectivo. Esa alusión al siglo XL y a todas esas mascotas femeninas y a lo que se supone que hacía con ellas… Además —se colocó las gafas de nuevo en su lugar y continuó—: cualquier tema, por escabroso que sea, como este de la zoofilia, tratado con humor es más fácil de digerir. Y no hay que olvidarse de la ironía. —Paloma quería dejar zanjada cuanto antes su explicación. Se la veía con hambre—. Me refiero al título y a lo que se sugiere en el microrrelato, eso de que es mejor que ellas no hablen después de… ya me entendéis, para evitar cualquier tipo de complicación o reproche. ¿Tan mal los tratamos?
—Vale, anotado queda. Si no tenéis nada más que decir lo mando para que lo procesen enseguida en Microchampions. —Mel las miró una a una; como seguían calladas cerró el ordenador. Luego cogió un cuchillo y empezó a cortar lonchas de un jamón que estaba sobre la mesa, en el que ya se adivinaba el hueso, mientras las recriminaba—: …que no me habéis dicho nada de lo generoso que ha sido nuestro ganador.
—Mon Dieu! Es verdad. Y el buen gusto que tiene para el jamón, oh, là, là! —dijo Ginette.
—No me extraña que gane tantos premios. Está exquisito —corroboró Susana.
—Esto de hacer concursos es un chollo. ¿Qué tal otro para Navidad? —Paloma devoró la enésima loncha de jamón—. Esto está buenísimo. Por cierto, ¿qué hay de postre?
—¡Como si no lo supieras! —le gritaron las otras tres al mismo tiempo—: ¡Mermelada de arándanos!
Ganador del concurso And the Oscar goes to… , de Acampada libre, en el blog Esta noche te cuento; máximo 100 palabras, y debía contener un diálogo, referirse a un película… y tantas cosas que mejor veis las bases aquí: Acampada libre.
PREVENCIÓN DE RIESGOS, de RAFA OLIVARES
La atracción mutua entre la doctora Zira y el coronel Taylor ha ido creciendo en el transcurso de las investigaciones.
—Taylor, cariño, sé por los análisis de tus células empáticas, que ardes de deseo, igual que yo —comentó sin ambages la doctora.
—Bueno…yo…es que… —balbuceó el coronel.
—¿Qué sucede? En pleno siglo XL ¿me vas a decir que aún tienes prejuicios por una relación entre especies distintas?
—¡Oh, no!, no es eso, verás, en el siglo XX, antes de la misión, convivía en casa con varias mascotas, una perra, dos gatas, una oveja…
—¿Entonces?
—Bueno…, es que ellas no hablaban.
Enlace a fuente: Esta noche te cuento. Acampada libre
Enlace a blog del autor: Potaje de palabras
jajajaja, ¡magistral tocayo! Este sí es un relato de premio por múltiples razones. Por el retrato cómico de nuestro póker de musas; por el manejo de los diálogos; por el humor que rezuma toda la narración y ¡cómo no! por el preciso y completo análisis (por momentos pensaba que escribías de otro relato).
En fin, muchas gracias por este premio adicional del primer entciano que conocí en persona, allá por marzo en el museo marítimo de Santander.
Un abrazo grande para tí y cuatro más para las chicas de oro.
Gracias, tocayo. Tú también fuiste mi primer enteciano. Debíamos estar predestinados por el nombre o nuestro abundante pelo, quién lo sabe.
P.D.: ¡Vaya presupuesto en jamones este mes! Felicidades dobles.
Un abrazo para ti.
¡Ah! se me olvidaba. Quería pediros que espaciéis más los concursos, que el presupuesto ya lo tengo canino. Gracias.
Rafa (Heredero), divertido y genial comentario.
Rafa (Olivares), mi enhorabuena, campeón. Abrazos.
Gracias, Salvador, por tu comentario y por tu participación en el concurso.
Un abrazo.
Es que con estos rafaeles sonrientes da gusto leer y comentar.
Olivares, para Navidad algo típico de tu tierra, ¿no? De momento no llevo dentadura postiza. Digo.
Susana, que sois insaciables. ¿Ahora queréis turrón, también?
Un abrazo.
Que se me olvidaba: gracias, Susana, por la idea que tuviste de introducir ese jamón que devorábais.
Otro abrazo.
¡Rafaeles sonrientes! Susana serás… 😉
Gran dúo de Rafas…Umm el jamón estaba muy bueno.
Ya se notaba, Paloma, ya se notaba.
Un abrazo.
Enhorabuena a esos pedazos de Rafas que tenemos por aquí que siempre triunfan por donde van.
Gracias a ti, Lorenzo, por ser tan generoso siempre en tus comentarios.
Un abrazo.
Jolín con los Rafas. Los dos bien guapos, listos, majos, simpáticos, con sentido del humor, grandes relatistas… bueno, ya se me ha olvidado lo que iba a decir!!
Abrazos y enhorabuenas.
Aurora, te has ganado uno de esos jamones que circulan por ahí. Le voy a decir a mi tocayo que te lo mande.
Gracias y un abrazo.
¡Oído cocina! Se lo llevo en mano a Aurora cuando vaya a los Arenales.
No había leído esta sección, es que no se puede estar a todo. Muy divertida la transcripción de las chicas deliberando, ¿fue cierta? y divertido el micro de Rafa.
Un abrazo a todos.
Hola, Asunción. Así me la contaron ellas, y con la boca llena de jamón además. Yo creo que debió ser cierta.
Un abrazo, y gracias por pasarte por aquí.