89. Ángel de mi guarda, dulce compañía… (Yashira)
Hace años vivía en nuestro barrio una familia muy conocida y temida, se contaban historias escalofriantes que presuntamente habían protagonizado.
Aquella tarde de junio, camino del instituto, vi venir un chico en bicicleta, inquieta descubrí que era uno de ellos, miré a mi alrededor, nadie a aquella hora transitaba por allí. Valoré la situación: correr no serviría, ni gritar tampoco. La ansiedad se había apoderado de mí cuando unos ojos negros se posaron en los míos, alto y enjuto se posicionó a mi lado; el joven malhechor nos alcanzó, me miró, le miró, y un seco gruñido salió de su belfo amenazadoramente levantado. Aquel granuja, sopesando que no merecía la pena arriesgarse a una dentellada, retomó su camino; él permaneció pegado a mí hasta que el ciclista desapareció. De nuevo aquella cálida mirada y cuando quise reaccionar ya no estaba. Ni le vi llegar, ni le vi marchar.
Durante semanas lo busqué para darle comida y cobijo. Nunca lo hallé.
Hoy mi hijo se suelta y corre hacia la carretera, escucho un sonoro frenazo, grito angustiada, corro y descubro al niño bajo aquel conocido, delgado y peludo cuerpo, sus cálidos ojos se posan en los míos.
Los ángeles de la guardia existen, aunque pueden presentar formas diferentes a las que tradicionalmente nos han pintado. No se puede negar que hay quien tiene fobia a los perros, y que algunos son mal educados y hasta entrenados por desaprensivos para convertirse en un arma dañina; pero también sabemos, desde tiempos inmemoriales, que pueden ser el mejor amigo del hombre (al igual que de la mujer), con un instinto de protección y una capacidad de entrega absolutas. El de tu relato es un prototipo de personaje heroico y desinteresado.
Un abrazo y suerte, Yashira.
Gracias Ángel,
Toda la razón en todo, valga la redundancia, los ángeles existen y están más cerca de lo que pensamos. Y sobre los perros, ellos, como nosotros, son únicos y hay para todos los gustos.
Abrazos.
Hola, Yashira.
Buen can el de tu relato. Una especie de socorrista de lo más oportuno, un guardés del bien. El perro que sale bueno suele ser, en efecto todo un Ángel de la guarda, y lleva su abnegación hasta el límite de poner su vida en juego. En las ciudades, sobre todo, bueno, y en los pueblos, que ya no son tan pueblos, serían oportunas patrullas de este tipo de perros. Otro gallo así nos cantaría. Tu texto está muy bien escrito. Los párrafos convenientemente separados. Es un texto coherente, macizo: todo viene a ciento, sin alardes. Un texto que me gusta mucho. Ah, y es buenista, con final feliz, quiero decir. Eso también me complace. Por todo ello, mi muy enhorabuena y un beso.
Muy generoso tu comentario Martín, me alegra que te guste y te complazca. Ojalá, como dices, hubiera patrullas perrunas para ayudarnos ante cualquier contratiempo, ellos saben cómo hacerlo.
Gracias y besos.
Que buen sabor deja tu relato,un callejero que solo aparece cuando necesitas ayuda sin pedir nada a cambio. Me encantó.
Un abrazo y suerte.
Sí Moli, no pide nada a cambio, no busca nada, quizás porque está ahí con una misión que cumplir.
Un abrazo, amigo.
Un ángel de la guarda disfrazado de perro salvador. ¡Qué chulo!
¡Claro Edita! Ellos saben tomar la forma más adecuada para cada momento. En este caso, sólo un amenazador gruñido podría amedrentar al granuja.
Saludos.
Parece que estemos viendo una película mientras leemos tu relato, tal es la nitidez con la que nos cuentas la escena. Ese ángel, real o no, que parece estar ahí para ayudarnos en los momentos precisos, y parece que sin esperar recibir nada a cambio, solo un simple agradecimiento. Como el que damos por regalarnos este maravillosos texto, Yashira. Un saludo y suerte.
Gracias Jesús, me alegra que te haya resultado entretenido el relato, y puedo adelantarte que ese ángel es más real de lo que muchos creerán jamás. No necesita pedir nada a cambio, ni agradecimiento, cumple su misión y es feliz con ello.
Saludos.
Una brillante idea, para una historia que tiene cierto halo de cuento infantil.
Me ha gustado mucho, Maribel.
Toda la suerte para el relato.
Besito virtual.
Gracias María Jesús, esta propuesta da mucho juego, porque perros y gatos están en nuestras vidas continuamente, pero quizás, esta forma no es en la que más a menudo los reconocemos.
Virtual abrazo para ti.
Yashira, preciosa historia. Bien contada y ambientada. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
Todo un protector familiar que aparece cuando se le necesita. Una historia que deja muy buen regusto.
Suerte, Yashira. Un beso.
Gracias Rafa, me alegra que te gustase. Claro que es un protector familiar, los ángeles son así.
Un beso.
Me ha gustado tu relato, estoy contigo en que esos maravillosos seres peludos son auténticos ángeles de la guarda. Gracias por escribir. Saludos y mucha suerte.
Gracias a ti Amaya por pasar y comentar. Sí, son auténticos ángeles, y los ángeles a veces los copian.
Saludos.
Preciosa y emotiva historia, la que nos cuentas, Yashira. Hace valorar más a los buenos perros, a los más protectores y que utilizan su agresividad cuando es necesario amedrentar al «malo», exclusivamente.
Felicidades.
Besos.
Gracias María José, sí, ellos saben cuándo deben actuar con dureza y cuándo sacar su lado más amable.
Besos.
Hola Yashira.
Me gusta mucho como narras tu historia y su argumento: un perro que parece no estar, pero siempre está.
Felicidades y mucha suerte.
Hola Gabriel, sí, pero es sólo la forma que toma. El que siempre está es el Ángel de la guarda, ;).
Muchas gracias.
Perros con alma de guardianes que merodean por nuestras vidas haciendo el bien. Muy bueno, Maribel. Abrazos y suerte.
Gracias Salvador, muchos tienen ese alma de guardianes, que se agradece.
Abrazos.
Uff, qué vuelco toma el relato, ese giro tan inesperado, otra historia parece, se enciende y justifica el título. Personalmente a mi no me termina de convencer ese último párrafo, yo lo suprimirá sin más, no lo veo necesario, pero ya sabes, es tu relato. Me ha encantado tu narración, el estilo, el ritmo. Es tan fácil de entender que da gusto. Suerte.
Gracias Javier.
Respecto al último párrafo si no lo ves necesario es que no me he explicado bien, jaja, lo cual no es raro en mí. Tiene el sentido de hacer entender que la historia no va de perros, ellos no suelen vivir tantos años, la historia va de ángeles que siempre están, y en este caso, él toma esa forma tan peculiar para hacer su labor.
Saludos.
Los ángeles de la guarda pueden tomar todas las formas posibles dependiendo de la situación. Aquí es la nobleza y la lealtad de un perro la que tiene cabida para su misión.
Unos ojos profundos y cálidos, un relato encantador en el que te gusta perderte y disfrutar de su lectura.
Un beso Yashira. Suerte.
Gracias MªBelén, me encanta que lo veas tan claro, no todos lo han entendido. Pero sí, ellos pueden tomar cualquier forma y son esos ojos cálidos el nexo de unión.
Besos.
Yo no sé si los ángeles existen. Pero sí estoy segura de que si existieran tendrían forma de perro. La representación sublime de la nobleza y la bondad. Enhorabuena por este relato. ¡Y mucha suerte!