30. Ángel de ojos tristes (Marta Navarro)
A veces sucede que un ángel del cielo, queriendo comprender el misterio de los mortales, tanto al filo de su nube se acerca que cae a la tierra. Entonces en lágrimas su memoria se deshace. Condenado a vagar por el mundo, reirá, amará, sufrirá y tal vez, solo tal vez, hallará la alegría. Muy al fondo de sus ojos celestes, sin embargo, oculta en su mirada más profunda, si observáis con cuidado, encontraréis siempre la sombra de una decepción inexplicable. Un recuerdo, un silencio, un lamento que entre sus sueños late. Un eco de eternidad que, al despertar, inalcanzable, etéreo, fugaz como una estrella, en el aire raudo se deshace.
Qué bien le sienta el lenguaje poético, sutil, delicado… a un ser divino de ojos azules.
Mejor será que ningún ser celestial se acerque demasiado a este mundo tan imperfecto, poblado por seres supuestamente inteligentes, empeñados en ser felices, pero que se complican la vida para no serlo. Además, no son eternos.
Un relato sobre un personaje cuya decepción y tristeza comprendemos muy bien, pues es mucho lo que ha perdido. Hay un abismo de diferencia entre hombres y ángeles.
Un abrazo y suerte, Marta
Reflejas perfectamente el desencanto que se produce en cualquier situación, incluida la fantasía de un ángel.
Me atrevería a decir que real como la vida misma.
Suerte, Marta.
Muchas gracias, Edita.
Un abismo, efectivamente. Mil gracias, Ángel.
Muchas gracias, M.Jesús. Contenta porque te haya gustado.