02. ANÓNIMO (Ángel Saiz Mora)
Si refiero una y otra vez mis andanzas no es por inmodestia o protagonismo, sino porque han cautivado a muchos y no dejan de hacerlo.
Nací con el lastre de un origen humilde: huérfano de padre de dudosa honradez, e hijo de una mujer amancebada con otro hombre.
Hube de mutar la ingenuidad en picardía para sobrevivir. No lo pusieron fácil mis nueve amos, colmados de egoísmo e hipócrita apariencia, pero puedo vencer cualquier infortunio tras lo aprendido al servirles.
Pasé de ser un iletrado a contagiarme de la magia de la literatura, en su versión de género epistolar. Bien sabe Vuestra Merced cuántas veces he escrito esta carta novelada, tantas, que ya no digo eso de «por ventura», ahora la lengua es otra. Atrás quedaron también la pluma de ave y la tinta.
Es verdadero que no existe nada ni nadie completo, menos aún perfecto, tampoco yo, que, pícaro al fin, fantaseo sin descanso al asegurar que soy el autor de un libro memorable, compendio de fortunas y adversidades. Nadie conoce el verdadero nombre de quien las imaginó. Era mortal, pero algo divino debió tener cuando al crearme a mí, Lázaro de Tormes, me hizo eterno.
Un sonoro aplauso para ese homenaje al Lazarillo. Por cierto, hay quien dice
(le día al enter sin querer, continúo)
Un sonoro aplauso para ese homenaje al Lazarillo. Por cierto, hay quien dice que anónimo es nombre de mujer. Nunca lo sabremos…
Por cierto, me encanta ese uso del castellano antiguo.
Un abrazo y suerte.
Anónimo, o quizá anónima. De su autor/a nada sabemos, salvo alguna especulación. Creo que, aunque se conociera, un personaje tan potenteseguiría acaparando el primer plano.
Muchas gracias, Rosalía.
Un abrazo
Tiempos pasados y tiempos actuales que nunca se separan del todo. Y en la imaginación menos aún. Tu Lázaro nos lleva al ayer y nos trae de vuelta sin
problema alguno, como el buen pícaro que es…Enhorabuena y un abrazo, querido Ángel.
Las historias clásicas trascienden tiempos y épocas. Si sobreviven a todo por algo será.
Muchas gracias, Puri.
Un abrazo
«…puedo vencer cualquier infortunio tras lo aprendido al servirles». La escuela de la vida, Ángel, la calle y los cabrones que la habitan, y que tras haberlos regateado, sales por el otro extremo de callejón mucho más fuerte, incluso más fuerte que ellos. Lección de supervivencia que nos has traído desde cinco siglos atrás. Mucha suerte, señor! Abrazo
Cuando la dificultad es mucha solo cabe resignarse, sucumbir o plantarle cara. La vida en general y, sobre todo, la necesidad y el hambre, son la mejor escuela para cultivar la resistencia.
Agradezco mucho tus palabras y tu comentario, Domingo.
Un abrazo
Soberbio el manejo del lenguaje y la construcción del relato que con tanta destreza homenajea al famoso pícaro.
Muy bueno.
Suerte!
Es un personaje tan cercano, histórico y entrañable, que por sí mismo ya lo dice todo.
Muchas gracias, Yolanda.
Un abrazo
Muy chulo Ángel. Este pícaro que retratas es un personaje muy actual, los medios nos traen ejemplos a diario.
Estupendo!
Parece que evolucionamos y puede que formas y costumbres varíen, pero en el fondo siempre tenemos las mismas pulsiones, con independencia de la época.
Muchas gracias, Rosa.
Un abrazo
Ángel, me quito el sombrero ante tu bello homenaje a este entrañable personaje literario. Tu uso del castellano es asombroso y toda la construcción del micro me parece mágica y perfecta. En mi opinión es un relato sobresaliente, ¡lo tiene todo! Muchas felicidades
He intentado no obviar del todo el castellano con el que tan magistralmente se concibió, aunque sin olvidar tampoco el presente.
Me alegra que te guste, Sara. Muchas gracias y un abrazo
Hola Ángel,
Que bello relato has escrito. Que bien juegas con el lenguaje usando esas expresiones del castellano antiguo a la vez que incorporas la temática de esta propuesta. Enhorabuena. Huele a premio.
Un abrazo
El idioma en el que nos expresamos, con sus particulares modismos, influye no solo en la forma de contar, también en la de pensar. Un personaje, igual que una persona, por mucho que evolucione, conserva una impronta de su pasado que le marca y, posiblemente, le enriquece.
Si este pequeño ejercicio literario te ha gustado ya me doy por contento.
Muchas gracias y un abrazo, Fernando
Qué gustazo leerte en esa voz que homenajea. ¿Quizás hemos encontrado al autor que, por esas cosas de la física, es también viajero del tiempo? Seguro. El texto está genial. Desde las primeras palabras nos sitúas en tono, tiempo y forma, y tan solo tenemos que dejarnos llevar. Y disfrutar. Gran juego, Ángel. Suerte y abrazos.
Algo debe se tener la buena literatura para que sobreviva entre tanta palabrería, por mucho que cambien gustos y costumbres. El Lazarillo de Tormes dista mucho de ser un personaje perecedero.
Muchas gracias, Rafa.
Un abrazo
Me sumo a todos los comentarios, has cuidado hasta el mínimo detalle para darle ese toque de picaresca tan característico. Magnífico, Ángel. Agatha Christie decía que las personas deberían interesarse por los libros y no por los autores, que mejor ejemplo que nos da la novela La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades.
¡Abrazo!
Los autores son importantew, en cuanto a creadorew, pero lo que perdira son los perwonajes, ellos son los inmortales, su vida nunca caduca.
Muchas gracias, Aurora.
Un abrazo
¡Magnífico relato! Un retrato inmejorable por lo escueto y certero, del Lazarillo.
Gracias, Ángel, ppr escribir como tu nombre indica 🤗👏🏻
Qué gran perwonaje el del Lazarillo.
Mil gracias a ti por leer, Mariaje.
Un abrazo
Ni perfecto ni completo fue Lázaro, pero, como nuestro Quijote y muchos más personajes, sus autores les concedieron el don de la eternidad. Recordar a los clásicos siempre es un acierto. Al fin y al cabo en ellos está «TODO».
Estupendo relato, Ángel.
Un abrazo
Si son clásicos es por un motivo, que no es otro que la calidad, además de su condición de pioneros, después imitados. Es cierto queen ellos está todo, todo lo humano, con sus grandezas y flaquezas, además de parte de la historia.
Muchas gracias, Pilar.
Un abrazo
Hola, Ángel.
Estupendo homenaje a todo un clásico de la literatura, curiosamente anónimo o anónima, como bien apuntan por aquí. Los pícaros y pícaras son atemporales y me parece una originalidad propia de tu talento que hayas colocado en nuestros días al famoso Lázaro de Tormes, quien probablemente podría adaptarse a los nuesvos tiempos y aprovechar los avances tecnológicos para seguir ejerciendo la picaresca.
Un cálido saludo, querido tocayo.
Picaresca ha habido siempre. Hay pereonas con especial habilidad para navegar en los límites de lo correcto sumergiéndose, en realidad, en artimañas y añagazas en su exclusivo beneficio. No faltan los recovecos para conseguir fines esquivando normas en todos los ámbitos, en el fiscal también.
Un abrazo grande, tocayo
Lázaro, inmortal, se pasa al Bic. Para vidas imperfectas y atribuladas la suya. Un gran relato. Un abrazo, Ángel.
Un personaje con una existencia tan alejada de lo supuestamente correcto, de forma paradójica, se ha convertido en eterno.
Muchas gracias Antonio.
Un abrazo
Qué bonito, Ángel, en forma y fondo. Las obras inmortales parecen evolucionar con el tiempo hasta el punto de resultar actuales cada vez que uno emprende su lectura. Tu relato es un tributo sutil a la magia de la literatura y, en concreto, a uno de los más relevantes de sus personajes, y lo escribes de forma que parezca el mismísimo Lázaro González Pérez quien habla, si bien lo hace en nuestra época y con la perspectiva necesaria para poder hacer balance de su propia existencia. Encuentro perfecto el cierre del relato, con esa mezcla de ilusión y paradoja, tan acorde con la idea principal, que consigue dejarnos pensativos. Enhorabuena y mucha suerte con él, amigo. Un abrazo.
Ppr los clásicos no pasa el tiempo. Algo tienen que lo impide. Lázaro es un gran personaje, testigo excepcional de la época que refleja, con reminiscencias en las posteriores hasta la nuestra, y seguro que más allá.
Gracias por tu lectura y tus palabras, amigo Enrique.
Un abrazo
Querido Ángel: encontrar al Lazarillo de Tormes ha sido una grata sorpresa que me ha hecho revivir mis tiempos de secundaria, donde leyendo sobre esa picardía de él contando sus venturas y desventuras en estilo epistolar, descubrí la magia de la literatura, fascinación que me ha permitido escribir y hacer amistades tan valiosas como la tuya. A estas alturas, poco importa quién lo haya escrito, porque trascender el anonimato no es poca cosa, y más tratándose del Lazarillo…
Como siempre, un placer leerte.
Besos y suerte para vos,
Mariángeles
Los personajes que perduran a lo largo de siglos son los que dan sentido a la literatura y alimentan vocaciones. Efectivamente, poco importa el autor, lo vital son sus obras.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Mariángeles
Un abrazo
Qué buen relato Ángel, basado en un clásico de la Literatura Española. No importa que desconozcamos el nombre de su autor, nos basta con que afortunadamente parece que vivió para contarlo. Un abrazo y suerte.
Seguramente no llegó ni a imaginar el carácter eterno de su obra, el que solo otorga el tiempo, pero somos muchos los que la hemos disfrutado durante siglos, y lo que queda.
Muchas gracias por leer y comentar, Javier.
Un abrazo
Ni los pícaros son tan pícaros ni los santos son tan santos, seguramente. Pero tanto el relato del Lazarillo como el tuyo rayan la perfección.
Ya me gustaría acercarme un poco a esa perfección, pero agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Edita.
Un abrazo
Desconozco las lecturas de los adolescentes de hoy pero me alegra haber crecido de la mano del pícaro lazarillo, la alcahueta Celestina o ese loco de la Mancha, sin duda eternos.
«Sin duda eternos», tú lo has dicho.
Gracias, Raúl.
Un abrazo
Fantástico homenaje al Lazarillo de Tormes y su desconocido autor. Me encanta como se va viendo la evolución del personaje, desde ese origen de azarosa orfandad hasta llegar a ser un hombre cultivado, aunque conservando esa picardía tan necesariamente aprendida. El que tuvo, retuvo. Muy conseguido tu wabi sabi, Ángel. Un abrazo y suerte.
Se supone que todos evolucionamos, son muchos los cambios que nos van conformando, pero también está claro que cada cual posee una natutaleza propia, con la que se nace y que, circunstancias aparte, siempre está presente.
Muchas gracias, Juana.
Un abrazo
Pocos tan acertados como tú para traernos ese maravilloso lenguaje de los clásicos. ¡Una joyita!
Un clásico como el Lazarillo se vende solo, basta von aproximarse con un poco de respeto y de cariño.
Gracias por leer, Gabriel.
Un abrazo
Qué bueno, querido Ángel. Me ha encantado que le des voz al famoso personaje del Lazarillo de Tormes. Me han dado ganas de leer sus aventuras de nuevo. Un abrazo
Hay personajes cuya sola mención trae buenos recuerdos y deseos de volver a ellos.
Gracias por leer y un abrazo, Jesús.
A mí me gusta pensar que es el propio Lazarillo el autor de sus memorias, uno de esos libros que te enganchan a la lectura desde el colegio, si tienes algo de disposición, claro. Pues tu micro seguro que engancha a alguien para que aborde la novela, si aún no la conoce. Es un soberbio homenaje.
Por cierto, siempre he oído que cada gran novela necesita una nueva traducción para cada generación (es decir que la traducción de qué se yo, «Anna Karenina», por ejemplo, no es la misma que se podría haber hecho a principios del siglo XX que una que se hiciera en nuestros días). Y ese es un aspecto que me gusta cómo lo tratas en tu micro; al igual que una traducción, el castellano de una gran obra clásica española necesita ese lavado de cara, por expresarlo de algún modo (lo que no quiere decir que haya quien prefiera leerla en el castellano de la época). Y me gusta además, esa forma que tienes de contarlo, no solo referido al lenguaje, sino también al aspecto más físico de la escritura, cuando hablas de la pluma de ave y la tinta. Es tremendamente original.
Un abrazo y mucha suerte, Ángel.
Hay quien es purista con los clásicos, defienden que deben leerse en el lenguaje literal de la época en la que fue escrito, y quien opina que para que lo milenario siga siéndolo no le vendría mal un lavado de cara, siempre muy respetuoso y nada desvirtuante. Si sirve para que nuevas generaciones se acerquen, más en una época como la actual, tan saturada de todo, puede que merezca la pena. Al fin y al cabo, todo homenaje sincero no es sino un acto de amor, en este caso, a la literatura que tiene la virtud mágica de no caer en el olvido.
Agradezco mucho tu tiempo y tu atento comentario.
Un abrazo, Rafa
Qué bien has intercalado la forma de escribir de antaño en un relato ágil de leer y grato de releer. La utilización de la primera persona acompaña perfectamente a la eterna presencia del personaje en el imaginario colectivo, y uno, además, se empapa de la admiración que transmites por el anónimo autor.
Está claro que un texto tuyo no puede ser anónimo, porque dejas siempre una impronta de delicadeza y buen gusto, marca de la casa.
Un abrazo, querido Ángel
Es un personaje de todos y a través de generaciones. Ese autor anónimo lo bordó. Alguien dijo que los homenajes son una forma de manifestar admiración y otros sentimientos, en este caso, a la buena literatura, la que hace pensar y disfrutar.
Agradezco mucho tus palabras, Antonio.
Muchas gracias y un abrazo.
Genial relato intertextual, Ángel. La magia de la literatura consigue zambullirnos a los lectores en un viaje a un pasado conocido pero recreado con una perspectiva diferente y original… llena de significado. Una manera preciosa de contribuir a la inmortalidad del Lazarillo de Tormes y su belleza “especial”. Enhorabuena.
Un abrazo y suerte.