48 Apagón (Juana Mª Igarreta)
Si no has conocido a tu abuelo, pero has crecido escuchando su nombre siempre rodeado de un rosario de alabanzas que tu padre repite una y otra vez cual fervorosa oración, tu abuelo se convierte en la estrella que ilumina tus pasos. Y al no haberlo visto nunca, ni siquiera en fotografía, porque defendiendo sus ideales tuvo que abandonar precipitadamente su casa y su tierra, sientes cómo la historia de ese héroe familiar va tomando visos de leyenda.
En una ocasión alguien susurra a tu alrededor que el abuelo, para evitar riesgos, se vio obligado incluso a parapetarse tras otro nombre. Es entonces cuando su estrella comienza a titilar dentro de ti agitada por el misterio y la incertidumbre. Quieres saber más, pero tus interrogantes chocan contra un muro de silencio.
Hasta que un día tu padre cree ver al suyo en tu rostro y, en ese mar de confusión, te pregunta: “Papá, ¿qué nos han hecho los de la estrella amarilla?”.
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Hubo estrellas que, lejos de hacer brillar a sus portadores, fueron una marca para humillar primero, y exterminar después, a los que la llevaban. La historia de este abuelo, agigantada por la distancia y las referencias lejanas, aunque incompletas, hizo de él alguien especial, o eso parecía, pero todo acaba sabiéndose. Los de la estrella amarilla no hicieron nada a nadie salvo ser víctimas de un holocausto, de lo que se deduce que el idealizado abuelo fue en realidad un perseguidor y exterminador de inocentes, que por miedo a represalias se ocultó después, con lo que todo su brillo se apagó en un momento.
Una última frase que hace que todo se trastoque, en tanto el tiempo pone a cada cual en su lugar, a los justos con los justos, y a los villanos con los villanos.
Un abrazo y suerte, Juana María,
Entre la luz de un abuelo que no se llegó a conocer y esa estrella amarilla cosida a la ropa, hay un pavoroso apagón de distancia, así que no me extraña que ese padre, otrora parapetado bajo un nombre falso y confundido por los años, crea verlo en el rostro de su propio hijo…
Una historia impactante sobre alguien que, a medida que se apaga, enciende un pedazo de su historia…
Tremendo micro, Juana…
Besos desde el otoño argentino
😘😘😇😇
Un viaje a las estrellas que aniquila todo atisbo de orgullo hacia el abuelo. Un relato que nos muestra que anhelamos viajar a las estrellas, pero que en nuestra mente aún hay universos y recobecos por descubrir y entender. El relato me parece genial, Juana. Un abrazo y suerte.✍️
La vida te da sorpresas, esta fue tremenda dado que el orgullo se pierde en el horror de un tiempo aunque lejano fue terrible. El relato te lleva aun desenlace pleno de interrogantes. ¡Muy bueno!
Un abrazo y suerte.
Juana, potente relato el tuyo. En una sola frase transforma a una estrella fulgurante en un terrible genocida, que debe huir para evitar ser apresado y enjuiciado. Así trastoca la imagen de un abuelo idealizado que se cae a pedazos. Un abrazo muy fuerte.
Todos conocemos casos similares al de este abuelo, de nazis que huyeron de Alemania al final de la guerra para evitar ser juzgados. Muchos de ellos fueron finalmente detenidos y juzgados en Núremberg, pero también hubo casos de nazis que escaparon de la justicia y vivieron en diferentes países como Argentina, España, etc. bajo un nombre falso hasta fallecer. Cuando vi que el tema iba de estrellas, enseguida me acordé del uso que se hizo de la estrella judía, además de otros símbolos, durante el holocausto. Un terrible episodio que nunca debió suceder. Ni este ni otros genocidios a los que se ha dado menos relevancia (sobre todo en el cine) pero igual de crueles e injustos.
Muchísimas gracias Ángel, Mariángeles, Salvador, Luis Alberto y Gloria por vuestros interesantes y amables comentarios.Abrazos para todos.
Una historia terrible construida desde la luz de la esperanza. Una esperanza que se apaga abruptamente cuando el personaje venerado se hace presente en la mente de su hijo y revela su secreto. Un título muy acertado y un recurso final brillante para romper el muro de silencio y dar paso al desenlace. Enhorabuena, Juana María.
Un abrazo y suerte.
Muchísimas gracias por pasarte y dejarme tu generoso comentario, Josep Maria. Otro abrazo para ti.
Tu obra trasmite el amor de un niño por un abuelo que no conoció, luego la incógnita por querer saber más de él, la curiosidad por encontrar respuestas que nunca llegaron y coronas tu historia con un final inesperado.
Eres la autora del dulce escrito y del final impactante.
¡Gracias por ello!