28. APLAZAMIENTOS (Yolanda Nava)
Si hubiera sabido que aquel día una bala perdida iba a hacer blanco en su cabeza no habría canturreado en la ducha, ni se hubiera apresurado a salir a toda velocidad para llegar puntual a la oficina.
Tal vez habría alargado la despedida y en lugar del monótono y rápido beso de todos los días, la habría estrechado contra su pecho confesándole que aunque la pasión ya hace tiempo que les es ajena, sigue queriéndola, y que no ha encontrado en el mundo nada más atractivo que ese mohín tan gracioso que hace al sonreír torcido.
Pero como no sabía que la guerra entre el yonqui del barrio y su camello ese día se libraba frente a su casa y además era más encarnizada que nunca, con balas de por medio, el futuro muerto salió despreocupado, aplazando su declaración de amor.
Ni siquiera le dijo que no, que no había otra, que ese perfume que olfateaba preocupada en sus chaquetas era de una compañera nueva que tenía la costumbre de colgar la suya justo encima, y que todos los días pensaba confesárselo, pero lo aplazaba alargando el deleite que le producía ser, otra vez, el centro de sus desvelos.
Si lo hubiera sabido, claro, pero eso no se adivina. En cambio, ese perfume es un indicio.
Maravilloso, Yolanda. Eres grande.
Un saludo
JM
Un relato tierno escrito con una exquisita sencillez, como creo que lo corresponde a tu intención. Con historias así, con continuos aplazamientos, vamos batallando en la vida, hasta que nuestra bala nos encuentra.
Enhorabuena, Yolanda.
Saludos.
Dos intensas historias en una. Yolanda, es estupendo. Eres genial.
Felicidades.
Tu relato anima a no callarse nada hermoso que pugne por salir de nuestra boca, porque no sabemos si será nuestra última oportunidad de decirlo, y a no reprimir ningún gesto de amor aunque no sepamos si va a ser correspondido. Solo por animarnos a vivir así la vida merecería la pena, pero es que además lo has escrito desvelando el final desde la primera línea, dotándolo todo de un fluir cotidiano cuando ya conocemos la tragedia y dando pinceladas de ternura. Me gusta mucho. Un abraz y suerte.
Tu relato anima a no callarse nada hermoso que pugne por salir de nuestra boca, porque no sabemos si será nuestra última oportunidad de decirlo, y a no reprimir ningún gesto de amor aunque no sepamos si va a ser correspondido. Solo por animarnos a vivir así la vida merecería la pena, pero es que además lo has escrito desvelando el final desde la primera línea, dotándolo todo de un fluir cotidiano cuando ya conocemos la tragedia y dando pinceladas de ternura. Me gusta mucho. Un abrazo y suerte.
Yolanda, coincido con Ana en su comentario. Tu relato bien puede ser una sabia moraleja, bien contada. Suerte y saludos
Rayando la perfección de principio a fin. Tierno, sencillo y profundo.
Enhorabuena Yolanda y la suerte que te mereces.
Besos.
Gracias Juan M., Eduardo, Luis, Ana, Calamanda y Rafa por acercaros y ser tan generosos con vuestras opiniones.
Un abrazo.
Nos leemos.
Habrá tantas cosas que nunca se han llegado a oír. Muy bueno, Yolanda.
Abrazos.
precioso relato que dice mucho más de lo que dice.
Me preguntó por qué parece inagotable el depósito en el que guardamos lo que queremos y deberíamos decir pero siempre aplazamos. Si nos quemase dentro lo soltaríamos al momento, pero no sólo lo almacenamos sin motivo, sino que, raspando en el corazón con alimentados celos, nos permitimos el lujo de jugar con cosas que no tienen repuesto, como decía Serrat.
Un saludo, Yolanda. Suerte.
Gracias Inés, Ángel y Carmen por acercaros a mi texto.
Un abrazo.
Un bellísimo relato que a pesar de lo triste da gusto leer.
Abrazos.
¡Qué bueno! Mejor ir diciendo las cositas día a día, por si las moscas… 🙂
Precioso Yolanda. Admiro tu capacidad de síntesis y el uso tan exacto del vocabulario hasta conseguir estos cuentos tan cortos pero que dicen tanto. Suerte!
Muy bien, Yolanda, siempre llegamos tarde para decírselo a los seres queridos. Los daños colaterales se la falta de comunicación. Me ha gustado el tono y narrador que has elegido. Suerte.
Gracias María, Edita, Ámparo y Javier por vuestro tiempo y opiniones.
Por aquí nos leemos.
Besos.
Deberíamos vivir cada día sin aplazamientos, pero luego es tan difícil no creernos eternos. Muy buen tono el del texto.
Vive hoy como si fuera el último día de tu vida. cuantas veces oímos o leemos este sabio consejo y que pocas le hacemos caso.
con tu precioso relato nos lo has recordado, a ver si ahora le hacemos caso.
un beso Yolanda.
Buen relato Yolanda, en tu linea maestras trazada ya hace tiempo con muchos de tus textos. me encanta como comienza es impactante y el desarrollo hasta el final. Uno nunca sabe de los accidentes de la vida.
Abrazos y suerte
Una gran pieza, Yolanda. Me ha encantado todo: el estilo, el mensaje, y en especial el primer y el tercer párrafo. De los que te retuercen las tripas y te hacen cómplices y solo piensas en ser inocente y en buscar corriendo a los tuyos.
Gracias Reve, Belén, Manuel y Lorenzo por vuestras impresiones y vuestro tiempo.
Un abrazo.
Me ha encantado. Qué importante es escuchar a ese yo interno que nos quiere entretener para evitarnos males o, al contrario, para proporcionarnos un estupendo encuentro.
Pobre.
El destino es implacable y si no hubiera aplazado su declaración de amor y se hubiera entretenido unos minutos más, seguro que una avería en el ascensor habría cercenado su vida estrellándole en el entresuelo…
Nunca sabemos como, cuándo y donde acabaremos.
Gracias Isabel y Piluca, por leer y comentar mi cuento.
En esta web cada vez hay relatos de más y más calidad. Para muestra un botón. Me deja con la boca abierta la maestría con la que nos has atrapado para darnos una sabia lección. Para mí un relato simplemente perfecto. Enhorabuena y mucha suerte 🙂
Juan Antonio, tu comentario es un premio para mi. Muchísimas gracias y un abrazo.
¡Cuántos aplazamientos hacemos a lo largo de nuestra vida! Mañana, cuando lo vuelva a ver, cuando haga mejor tiempo, cuando… Un montón de excusas para aplazar verdades, sentimientos, encuentros.
¿Cómo viviríamos nuestro último día?
¡Seguro que nos arrepentiríamos de no haber hecho y dicho tantas cosas! Como le sucede a tu protagonista, pero seguro, también, que nunca estarían tan BIEN CONTADAS como las de tu relato.
Un abrazoooo
Gracias Amparo, por dejar tu opinión y por ese abrazo. Otro para ti.
Precioso relato, me ha encantado, no cabe duda de que tus premios son merecidos.
He sentido esa impotencia de la vida arrancada sin sentido en una lucha completamente ajena.
Besos
Me alegra que te haya gustado, Asun.
Un abrazo.
Gracias Ana, me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.