68. ARTISTAS DE RUA
El guerrero huno soportaba impávido las miradas curiosas de los niños, sólo las fotos parecían incomodarle. Hacía la estatua en una calle poco concurrida cerca de la plaza del Comercio. De su robusto cuello colgaba una tablilla con una inscripción, decía que le habían maldecido a mendigar durante siglos por profanar un templo romano en Tracia. Estirándose, me dijo que permanecer inmóvil era lo más duro para un nómada. Con ojos húmedos, recordó cuando galopaba libre por la estepa, arrasando poblados y rebanando pescuezos, cosas de hunos. La maldición estaba a punto de acabar y necesitaba un caballo, porque en su tierra, un hombre nada vale sin su montura. Sólo así podría llegar a las verdes praderas del más allá, donde le esperaban sus feroces antepasados. Divertido con la imaginación de los lisboetas, dejé una moneda en su yelmo y le deseé suerte. Cuando, días después, volví a pasar por su calle, había en su lugar un Mozart de peluca empolvada ensimismado con su partitura. En una terraza del Chiado vi la noticia en el periódico. Un friki a punta de lanza había robado el mejor pura sangre de Portugal. La policía no tenía pistas.
Un personaje tan metido en su papel que acaba por creérselo, o quizá si que fuese un guerrero de otra época. En todo caso, la mente es poderosa y si él estaba convencido es que, al menos a su entender, lo era y hasta sentía nostalgia de su época de esplendor.
Un relato entre la fantasía y la realidad, con un camino abierto a la interpretación del lector, con la aparición final de un músico universal que tal vez se encuentre en una situación parecida.
Un abrazo y suerte, Lucas
Ángel, lo primero gracias por leerlo y por tu comentario. Los dos personajes son reales, los vi cuando estuve en Lisboa. Pedían a gritos un relato. Abrazo desde Cantabria.
¿Crees en otras vidas? Por tu relato se diría que al menos lo contemplas, porque también podría ser una chifladura del hombre, pero prefiero pensar lo primero porque entonces el relato suena más auténtico y te hace reflexionar sobre cuántas cosas podemos haber experimentado y también podríamos explicar por qué a veces nos sentimos tan identificados con algunos sucesos de un pasado remoto.
De cualquier modo es muy original tu visión de la nostalgia. Me gusta.
Feliz noche Lucas.
Yo también prefiero pensar que el huno cumplió la maldición y se reunió con su gente. Gracias por leerlo Mercedes, un abrazote.
Tu relato es pura magia. Y, debajo de ese disfraz, se esconde en cierta manera una importante crítica social. O así lo he leído yo 🙂 Te deseo mucha suerte.
Beatriz, gracias por leerlo y por tu comentario. Encantado de que te guste.
Magia, fantasía… ¿Realidad? Imaginación, sin duda. Me ha encantado.
Edita, Juancho, qué ilusión ver vuestros comentarios después de varios días sin entrar por aquí. Muito obrigado a los dos. Un abrazo
Mi comentario coincidiría en todo con el de Edita, puedo añadir que además no está exento de originalidad y que te deseo mucha suerte!!
Abrzsss!!!