35. AS TIME GOES BY
Es la primavera de 1962. En la pista del aeródromo de Casablanca hay un Lockheed L-12 Electra. Sólo es un cascajo casi inservible. Vibra, tose y se comporta como un anciano decrépito. En el avión viaja Michael Curtiz y le acompaña Humphrey Bogart que fuma y mueve con elegancia el hielo en un vaso de whisky.
-Has tardado viejo amigo –Comenta el actor impostando la voz.
En la terminal una hermosísima Ingrid Bergman con los ojos húmedos, alzándose de puntillas, dice adiós con su fina mano enguantada.
Dos rostros asoman por las ventanillas y se despiden.
-¿Te acuerdas cómo acabó aquella película? -Pregunta el director con voz cansada.
– Pero lo que pasó en realidad sólo lo sabemos nosotros.
-¿Qué Paul Henreid despidió al pianista? –Juntos rien la ocurrencia.
Durante el despegue reina un silencio nervioso. Uno y otro evocan su secreto, el momento en que Victor Lazlo compró el bar a Rick ¡Qué contenta estaba Ilsa Lund! ¡Qué felices fueron lejos de la guerra y la memoria! ¡Qué mal se lo tomó aquel joven guionista de nombre Julius!
-Michael, siempre nos quedará Sunset Boulevard…
Y el aeroplano se aleja hacia poniente en un mar inmenso de luz en tecnicolor.
Hola. No quiero destriparte la historia, pero desde el momento en que uno lee que ese avión parte en el año 62, que Bogart está esperando a Curtiz y que, juntos, emprenden viaje pero no precisamente rumbo a Lisboa, aunque pueda parecerlo… ufff… menudo homenaje, hermano!!!
Por otra parte, un escritor no solamente puede escribir libros. También guiones de cine o canciones. Por ejemplo.
Esta noche cuando llegue a casa se lo cuento a Ingrid, le va a encantar. Y a Ilsa fijo que también. Tú ya me entiendes… 😉
Hola, me ha encantado tu relato, a excepción de que el título fuera en inglés, le vendría mejor un título en todo caso Francés. Pero pienso que siempre es un símbolo de esperanza. Suerte.
Manuel, está tu historia metida en otras, y queda fenomenal. Suerte y saludos