38. AUTOFOBIA (Javier Viraje)
No tengo ningún problema en atravesar cualquier túnel en coche, por largo que este sea (el túnel, me refiero). Puedo, por ejemplo, conducir bajo el mar, atravesando el del Canal de la Mancha, mientras escucho relajadamente música (cualquier música, excepto reguetón, que no me relaja nada). No me importa permanecer dentro del vehículo en el interior de un túnel de lavado viendo como el agua golpea contra el parabrisas o escuchando ese sonido, como de lluvia torrencial, que percute con violencia en el techo. Mis fobias no tienen nada que ver con este tipo de túneles. Pero hay uno que todos los años he de atravesar de forma inexcusable, y da igual que me prepare a conciencia o que repase una y mil veces el botón que invariablemente se me va a pedir que accione una vez dentro del túnel. Nunca doy con él.
Cuando llega el día, me pongo en la fila y avanzo el vehículo siguiendo las indicaciones. En ese momento mi sistema nervioso entra en pánico, mi mente se nubla y un sudor frío comienza a recorrer mi espalda. Bajo la ventanilla.
Señor ─dice con voz grave un operario─ apague el motor y encienda las luces antiniebla.
jajajaja,jajajaja No puedo parar de reír porque tú fobia me ha recordado a mi marido. Cada año que tenía que pasar la ITV pasaba por situaciones cómico-dramáticas precisamente por no encontrar nunca las luces de niebla. En realidad se ponía tan nervioso que no daba pie con bola. Jajajaja.,
Un saludo
Tener que superar una prueba siempre genera algo de miedo o tensión, nadie se acostumbra del todo. Tu protagonista lo siente ante el trámite, pero también reto, de un examen obligatorio para su vehículo, sin cuya aprobación no podrá circular, al que se une el estar solo en un entorno oscuro que percibe como hostil. Imagino que el temor para tu personaje puede ser también el gasto por una posible reparación, que suelen ser de temer.
Espero haberme aproximado un poco con mi pequeña interpretación, si no, me dices.
Un abrazo y suerte, Javier