María José Escudero

¡Maestro! ¡Bailarín! —gritaba desde la primera fila un grupo de mujeres enloquecidas. A veces, arrebatadas, osaban acercarse al artista y le prestaban su pañuelo para... Read More

Cuando el inspector Turing regresó a Waterloo aquella tarde de marzo, las calles olían a chocolate y leña, pero el cielo estaba nublado y el... Read More

Nardito era menudo, inquieto, lo que se dice un puro nervio. Corría como un rayo, y siempre jugaba al balón con los pies desnudos porque... Read More

Din, don… Sonaron una a una las doce campanadas, las esperadas campanadas del final y del principio. Festejé cada una con pequeños sorbos de champán... Read More

No tuve en cuenta las señales de peligro y entré en el camarote perseguida por él y por el otro que se atrincheraba en su... Read More

Hernie está más relajado y feliz que de costumbre. Tiene un brillo intrigante en la mirada y, aunque su cuerpo aún no ha terminado de... Read More

La mujer, trémula y cohibida, se quedó tendida sobre la tierra húmeda y sangrienta. De lejos parecía un bulto blanquecino, de cerca era un fardo... Read More

Para evitar suspicacias, solíamos citarnos en aquel cochambroso e inhóspito hotel de carretera. Aunque pudiera parecerlo, no necesitábamos escondernos para vernos y desfogarnos. Sin embargo,... Read More

No la vimos entrar en el laberinto.Una tarde de lluvia se extravió mientras bailaba un vals y ya no supo volver a casa. De repente... Read More

Desde que murió el abuelo ya nadie sale a esperarla cuando vuelve cada tarde de la escuela. Lánguida y desganada, se acerca despacio por el... Read More