23. AUTORRETRATO DE EPI
Hoy he vuelto a ver la foto del perfil de mi móvil.
Luz dice que la cambie, que ya han pasado varios años, pero lo que yo hubiera querido es actualizarla.
Fue un día muy divertido, en la instantánea se agrupan docenas de mujeres guapas rodeándome y además conocí en persona a muchos entecianos de honor.
No es una despedida, pues sigo disfrutando de vuestros micros. Cada día me cuesta más escribir y comentar. Es una rendición, creo que mis escritos no tienen lugar en vuestros libros, pero aun así, siempre he esperado los resultados, sobre todo para tener un billete para Cantabria.
Por desgracia, lo físico influye en lo psíquico, por lo menos en mi caso.
Me quedo con la foto de La Casa De Fieras. Besos.
Cuesta imaginar a una persona tan vital como tú con algo de desánimo, ni siquiera un poquito. Muchos nos alegramos de conocerte en persona durante ese mes de diciembre en Madrid, en la Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, del Parque del Retiro, donde estuvo la antigua Casa de Fieras, antecedente del actual zoológico de la Casa de Campo.
En ENTC hay gran camaradería, es una familia bien avenida, un pequeño milagro. Literariamente, hay una calidad enorme y más allá. Por ello, aunque no sea imposible, es cierto que no resulta sencillo ser seleccionado para aparecer en el libro anual. Aunque escribamos por gusto, por el mero hecho de hacerlo, por disfrutar y compartir, es de agradecer, de vez en cuando, algún reconocimiento, un empujoncito que nos diga que no lo hacemos mal del todo, que hay motivos para seguir avanzando.
Sé que has sido distinguido en otros certámenes, también en uno de esta misma casa y muy querido: el Monstruoscopio. Para ir a Cantabria a la reunión anual, un fin de semana de ensueño hacia la primavera, no es necesario tener la excusa de aparecer en el libro. Merece la pena acudir por la experiencia que supone. Si me lo permites, me atrevo a animarte a que lo hagas (cuando el dichoso bichito lo permita y el gran Jams lo organice).
Me consta que eres una persona muy alegre, de los que saben aprovechar la vida. El hecho de que tengas como imagen de cabecera en el móvil la foto de grupo de aquella tarde confirma el cariño que tienes y que tantos compartimos por esta página.
Normalmente, en los relatos que comento, suelo despedirme deseando suerte, un factor que también juega. En este caso, en cambio, te mando mucho ánimo y añado petición personal de que no dejemos de leerte, porque eres una institución y escribes maravillosamente, sin límites ni tapujos.
También, como no podía ser de otra forma, te mando un abrazo, Epi.
Como integrante de esa foto, al fondo del todo a tu izquierda, esa minúscula porción de pelo rubio que se intuye es mía, te animo a que, como bien propones, la actualices en la siguiente ronda, cuando las circunstancias lo permitan. Entretanto, te seguiré leyendo, y volveré a sonreír al hacerlo con tus ocurrencias.
Mucho ánimo, Epi.
Un beso.
Con independencia de aparecer o o en el libro, que es una ilusión compartida, hay autores que dejan huella por la reincidencia de sus cualidades literarias en cada uno de sus relatos. Y es el caso de Epífisis. Sus historias siempre las espero con la certeza de que me van a divertir y sorprender. Y nunca decepciona. Espero que el desánimo sea pasajero y nos permitas volver a disfrutar de tu imaginación. Aunque no nos prodiguemos en manifestarlo debes saber que apreciamos tus letras. Un abrazo.
Como tu se que nunca seré seleccionado para integrar una publicación pero me entusiasma ser parte del grupo y rodearme de tantos talentos, además hay un océano de por medio para alguna vez poder compartir con vosotros ese momento tan especial. Quizás algún día…
Un abrazo Epifisis y no nos prives de tus relatos.
No nos prives de tus relatos, Epi, dice el Moli, y yo aplaudo la sugerencia, y te envío a manos llenas, ánimo e ilusión para que muy prontito podamos actualizar esa foto.
¡Un abrazo enorme!