123. BAILE DE MÁSCARAS
En aquella habitación tan solo había lugar para tres máscaras, la tuya, la mía y la de la muerte. Las reglas estaban claras. Danzar al compás de la música, intercambiando una y otra vez las parejas. Al sonar las doce campanadas escogeríamos. Solo eligiéndonos mutuamente habíamos de salvarnos. Si no, el desafortunado se marcharía con ella. ¿Puede haber juego más cruel?
Cuando llegó el momento, corristeis ambas hacia mí. ¿Quién de las dos eras tú, quién la de la guadaña? El leve aroma a vainilla recién molida me dio la pista. Te señalé con el dedo y nos descubrimos. Ahí estabas, esbelta y seductora como siempre, con los ojos color miel encogidos en un gesto atónito. Nos habíamos salvado. ¿Entonces por qué gemías e implorabas que no te llevase conmigo, que eras aún demasiado joven? Quise acercarme a ti para abrazarte, pero antes de dar un paso un gruñido desconocido escapó de mi garganta.
–Tu hora ha llegado –dije con voz fiera.
En ese momento comprendí. El mismo baile hacía un tiempo, el frío, la oscuridad creciente. Un cosquilleo sacudió mis huesos. Ignorando sus gritos desgarradores la aferré de la muñeca y me la llevé a rastras por el pasillo.
Un juego de máscaras muy peligroso para terminar el año. Y más cuando la muerte está confundida y se cree viva.
Ese aferrar de muñeca me ha hecho temblar. Ay ay.
¡Feliz Nochevieja y Feliz Año Nuevo!
Besos
Terrible desenlace, muy duro tu relato.
Un abrazo y feliz año.
Es peligroso jugar con la muerte pues, al final, nos suele ganar la partida.Interesante relato. ¡Feliz Nuevo Año!!
Jugar con máscaras fuera de fechas de carnaval no suele traer buenos augurios, lo siento por él y por su indecisión.
Abrazos y feliz 2015.
Un juego de máscaras y de despiste. Un comienzo poético y un final aterrador. Buen relato.
Un abrazo Ignacio.
Ignacio, original y bien tratada esta vision, de despedida del año y de la vida. Suerte y felices fiestas