32. Batalla
Comenzó su batalla armado de pincel y colores. De un trazo recorrió la mitad del lienzo y lo dividió con un zigzag en vertical.
Garabateó edificios grises y azules sin luz tras las ventanas, estas solo insinuaban borrones de soledad. Rayó una calle sin vida sobre el zigzag
Se alejó unos pasos para observar lo pintado y al observarlo aquello le pareció malo, sin técnica, con colores fríos. La parte izquierda si cubrir le dolió. Sin poder evitarlo lloró, y ciego de lágrimas atacó aquella mitad emborronándola de negro. La oscuridad cubrió la incipiente lámina.
La frustración llegó al artista y creyó que dando un manotazo sobre la mesa la espantaría, pero solo logró derramar pintura blanca de un bote. Desesperado puso sus manos en el borde de la mesa en un intento de que no cayese al suelo, pero solo consiguió una catarata que caía hasta el suelo en donde se formo un luminoso lago. Lleno de rabia, puso sus manos sobre el lienzo y descubrió aquella luz sobre el negro; se había acabado la batalla de colores. La nada había ganado. Todo comenzó pincelando con colores un lienzo en blanco y todo acabó despintándolo con el color blanco.
Hola, Maite, Al leer tu relato, sin saber de quién era, pensé que podía ser de una amiga común que ha escrito muchos relatos basándose en cuadros. Me gusta el lenguaje que utilizas y ese final en blanco, para volver a empezar con mucho brío. Como alguien que yo sé.
Un beso.
Gracias, Jorge, me hace ilusión esa comparación, pues a esa amiga le encanta pintar. Un bico.
Hola, Maite. El motivo inicial de la pintura, con esa soledad manifiesta que parece sufrir el artista y esa batalla de tonos que va cruzando los negros y grises hasta volver, casi por casualidad, al blanco. Una lucha interna con los propios sentimientos que se manifiestan a través del pincel. Ojalá todo acabe en victoria y el protagonista arranque de nuevo desde el blanco para poder volver a ver, por fin, la vida de colores.
Espero no haber confundido mi lectura de tu metafórico y rico relato. Si es así, por favor, no dejes de corregirme.
Un afectuoso saludo.
Gracias por leer y comentar de manera tan efectiva el relato. Has acertado, el blanco simboliza, en este caso, el volver a comenzar, siempre da miedo y ´pues suele haber casi siempre antes dolor. Pero comenzar, las veces que haga falta, es una oportunidad que siempre te da la vida y seguro que pintará con los colores más maravillosos. Un bico, Barceló Martínez.