2. BIENVENIDOS A MARTE
El Arca XIV comienza a penetrar en la atmósfera; enciendo el intercomunicador:
—La comunidad humana de Marte les da la bienvenida al planeta donde la lluvia es como polvo de diamante —Oigo vítores y jolgorio de fondo—. Pueden amartizar en el sector 6B.
Confirmo el inicio del protocolo de acogida y corto la comunicación. Miro a través del ventanal la niebla que cada noche nace en este suelo marciano. Pronto envolverá el Domo y ascenderá. Cuando las partículas de agua que la forman lleguen a la atmósfera, se harán cristales de hielo y se precipitarán sobre la superficie: como pequeñas piedras preciosas.
“Un nuevo mundo, todo para vosotros”, eso nos prometieron.
A lo lejos, veo el descenso de la nave. Pronto descubrirán que los diamantes solo brillan si hay luz, y en este condenado planeta sólo llueve de noche; de día, no hay más tormentas que las de arena y polvo.
Apenas recuerdo el olor a tierra mojada ni la sonoridad de una tormenta de verdad.
¿A qué huele Marte? Dicen que se puede resistir en el exterior, sin el traje, hasta diez segundos.
Alguna noche saldré.
Ojalá merezca la pena después de todo
Me ha recordado a las «Cronicas Marcianas» de Bradbury. Esta podía ser una pequeña crónica más por sus dosis de nostalgia y sus imágenes tan bien conseguidas de ese planeta al que llamamos Marte, Macondo de la ciencia ficción
Gracias por tu lectura y comentario. Cuando vi el tema me planteé cómo sería la tormenta en otro planeta y cómo nos sentiríamos. Saludos
David, futurista pero posible realidad. Tierna su añoranza por el agua del planeta azul. Me ha gustado mucho. Espero que cuando salga solo esté nueve segundos. Abrazos.
Gracias Salvador,
Creo que sabemos en qué planeta nació el primer humano, pero no podemos imaginar cual será en el que muera el último. Un abrazo de vuelta.
La ciencia ficción es un género que me gusta mucho. Tu relato me parece a la altura de cualquier comienzo de los muchos libros que he devorado. Enhorabuena. Mucha suerte.
Caramba gracias Juan Antonio, muy amable. Saludos
Excelente, este relato me ha hecho visualizar Marte como si fuera un territorio conocido y explorado. Evoca las grandes aventuras de exploración de América o de África. Muy bien descrito y muy bien contado. Felicidades.
Gracias Fernando. Gracias a Internet tenemos casi todo el conocimiento al alcance de un click, solo hace falta plantear buenas preguntas del estilo ¿Cómo es la lluvia en Marte? Un abrazo
David, coincido con los comentarios; describe muy bien esa atmosfera y las nuevas sensaciones del que llega. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, he pretendido, a parte de ambientarlo, reflejar esa ilusión, desengaño, esperanza, melancolía por la que podrán pasar esos nuevos colonos. Saludos
Muy bueno David, pero no creo que hagamos ese viaje. Por lo menos a mi, me queda mucho de la tierra por explorar.
Un abrazo
Gracias Epi, nosotros no pero creo que llegará el día en el que sea inevitable. Saludos
David espero que no sea premonitorio y no nos veamos emigrando a Marte. Porque no lo pintas muy halgüeño, nos conformaremos con las tormentas terrestres con su olorcito a tierra mojada.
Abrazos
Desde que salimos de África el hombre es un ser explorador, aunque la vida de los colonos, sea donde sea, no debe ser fácil. Esa mezcla de esperanza y melancolía. Gracias por pasar. Un abrazo
Vaya qué pena tormentas nocturnas que no nos dejan ver el esplendor de esos diamantes y solo diez segundos… Casi el mismo tiempo, en el que nos hemos convertido todos en viajeros marcianos. Un saludo, David.
Gracias Lorenzo por un comentario tan hermoso. Saludos
Premonitorio. Espero que los voluntarios que se han ofrecido para realizar el viaje de colonización sin vuelta no lo tengan tan difícil. Enhorabuena por ti texto. Un abrazo. Gloria
Hola Gloria, imagino que te refieres a ese proyecto MARS ONE, donde unos voluntarios se presentan voluntarios para ese viaje. La verdad es que pienso que todavía queda mucho tiempo pero seguro que lo tendrán muy difícil. Un abrazo
Ciencia Ficción o futura realidad es lo que describes muy bien en tu micro, nos acordamos Julio Verne y su viaje a la Luna y ahora ya estamos de vuelta de la luna , pero el próximo será Marte,así que vamos a pensar que todo eso que cuentas alguien lo verá hecho realidad.
Te felicito , lo enmarcas muy bien en algúna época de la humanidad.
Un abrazo
Hola querida Puri, de momento siempre nos quedan las letras para imaginarlo. Un abrazo
Hola David, muy buena la puesta en escena, me ha gustado mucho como lo cuentas, llevándonos al lugar donde transcurre la acción.
Un saludo
Rosa
Gracias Rosa, me alegro haber podido hacerte viajar por un breve tiempo a Marte. Saludos
Un relato muy aventurero y original. Yo también soy una física de la ciencia ficción y de los viajes interestelares.
Un abrazo
Buena observación Ana. Gracias por ese comentario tan hermoso. Saludos
Gracias Isabel, un abrazo de vuelta
Una lluvia espacial muy bien encajada, la colonización de otros mundos y su adaptación a la especie humana. El olor a tierra mojada, algo que quedará olvidado para esas nuevas generaciones. Un relato valiente por su ambientación, que años atrás, podrías haber escrito, perfectamente,, mano a mano, con Asimov.
Saludos
Eres muy amable Ángel, pero creo que estoy a «eones» de un maestro como él. Pero anima mucho comentarios como el tuyo. Un abrazo
Trabajas muy bien la desazón detrás de la maravilla o la esperanza de un mundo mejor,»este condenado planeta».Hay nostalgia de las imágenes aportadas por los sentidos y queda planteada la posibilidad del descubrimiento aún frente a la idea de morir por hacerlo.La pregunta todo un desafío.Me gustó mucho.Saludos.
Muy observadora con esa frase final quise mostrar que pese a todo siempre existe esa esperanza que no todo es negro, que siempre hay una vela encendida. Muchas gracias por tus palabras Macarena
Rozando la ciencia ficción que cualquier día puede llegar a ser una realidad. Un saludo
Y creo que es algo más cercano de lo que parece. Gracias por pasar Montse
Relato bien logrado de futuros próximos.
Abrazo.
Gracias María por tu lectura y comentario
Ha sido un hermoso paseo el que me he dado leyendo tu martementa.
Un saludo.