06. BIG BANG
Cuando despertó del coma inducido empezó a notar cómo se disipaba el frío. Un leve cosquilleo le hormigueaba en la piel y aquella pequeña marabunta le fue esponjando su permeable corpulencia logrando acariciar las mejillas de su consciencia. Abrió los ojos como quien da un bostezo enorme y la aséptica luz blanca se comportó como una niebla disolviéndose y revelando espacios y tonos de color. Una emoción nueva, no rehabilitada, porque la dicha no tiene raíces, vino a labrar su cuerpo lleco y asumió, al fin, despojándose del frío, aceptar el reto y comenzar.
Un comienzo frío, tal vez, pero con la calidez del despertar a la vida, de un nuevo comienzo en el que tu protagonista valorará cada instante como un tesoro. Una segunda oportunidad tras verle las orejas al lobo, un vuelco, un big bang.
Un abrazo, suerte y feliz año, Juan Manuel
Cuenta nueva tras el borrón ¿no? No se trata de retomar, sino de comenzar de nuevo.
Un abrazo, Ángel, con deseos de felicidad y salud.
El despertar de un coma inducido es, sin duda, una nueva cuenta, un nuevo comienzo. Para mi gusto, la frase clave de tu relato es «porque la dicha no tiene raíces». Al menos es la que despierta en mi preguntas e interrogantes a los que buscar respuestas. Un saludo y venturoso 2022.
En efecto, tras la detallada descripción del despertar del coma (con lo que pretendo situarte, como lector, en una pura parestesia) hablo de una emoción nueva, virgen, no rehabilitada, que va a encargarse de generar vida en un cuerpo que, aunque antes haya vivido, feliz o no, ahora es un cuerpo yermo. Dichas pasadas, no es que no valgan, es que no cuentan. Mi protagonista siente el frío como la desolación, lo oscuro, la muerte; y su lento despertar, como un bostezo, le abre un nuevo universo. Puede parecer, en general, que el relato no acaba, que necesita otro párrafo que ponga acción y sentido a todo, que no se quede en una mera reflexión, en un ejercicio literario, pero… todo será tras comenzar. Por eso lo llamo Big Bang.
Viene a colación, ahora, la lectura del poema titulado «El camino de la muerte» de Manuel Machado.
Gracias, José Ignacio por tu atenta lectura, por tu comentario y por compartir tus dudas e inquietudes.
Te mando un abrazo lleno de buenos deseos para este año.