72. Boca abajo (Blanca Oteiza)
Mi reflejo se proyecta en el espejo mientras me afeito. Ducha, perfume y los gayumbos que me compré ayer. Encima el disfraz de super héroe erótico. Agradezco que sea invierno y el abrigo me oculte el atuendo mientras llego al lugar de la cita.
Junto a una maceta con hojas verdes dejo el gabán y toco el timbre del apartamento. Mi sonrisa picarona desaparece con la sorpresa de ver a una mujer de edad avanzada al otro lado de la puerta. Pensando en disculparme por interrumpir su siesta, me invita adentro. Tras un café y unas pastas me lleva hasta el dormitorio con cortinas y colcha trasnochadas, donde hace tiempo que no se quita el polvo.
Al salir de la vivienda, observo el número nueve del apartamento de enfrente. Me giro para comprobar que el de la anciana tiene el mismo número. Aturdido y confundido me percato que junto al visitado se hallan el cuatro y el ocho. Comienza a entrarme un cosquilleo en el cuerpo recorriendo cada poro, brotando un sofoco hasta en la barba que no tengo. Creo que dejaré los sesenta y nueves.
Aparecer con un disfraz como ese en el lugar inadecuado debe hacer subir los colores a cualquiera. Aunque eso no es nada comparado con las explicaciones que habrá de dar a esa buena señora, y las disculpas por no haber acudido a la cita acordada en el lugar establecido.
No sirve darle vueltas, hay personas a los que los números no se les dan bien. Esperemos que salga bien del atolladero.
Un relato muy divertido, Blanca.
Un abrazo
Muchas gracias Ángel, siempre tan acertado en tus palabras.
Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo
Muy buenos Blanca. Me ha gustado mucho. Suerte guapa y muchas gracias por comentar el mío. Siento no haberte contestado, pero parece que no está habilitado el espacio de comentarios. Debe haber pasado algo.
Besicos muchos.
Muchas gracias Nani por tus palabras.
A veces si editas el texto se desconfigura lo de poder comentar.
Un beso