Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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62. Bosquejos de mujer (MVF)

Vivo en el bosque, aunque algunos días me fugue a través de mis raíces y asome en la ciudad. Puedo emerger con mi antigua forma, aquella hecha de nube, sueños, dudas, semejante al espectro de una mujer. Los viandantes me confunden mientras camino y me preguntan la hora, la dirección de un museo, el número de una línea de autobús;  a veces les respondo: les digo la hora fijándome en la posición del sol,  aventuro una calle cualquiera, invento un número y ellos se van,  inquietos, tratando de ignorar la  alerta que se dispara en su interior y pronto olvidan, porque el ruido de sus mentes secuestra sus sentidos y acapara su atención. Una vez me siguió un viejo olmo. Olía a madera quemada y crujía al pisar sus propias hojas, desprendidas al caminar. Apenas me dio tiempo de adentrarme, localizar la red de mi sustento, emerger por mi tronco de cien años y estirar mis ramas de nogal.

22 Responses

  1. Así es la competencia, lo que pasa es que a esos niveles de supervivencia es comprensible. Lo peor es lo que dices antes, lo de la falta de atención y el ruido en los que mueren, atrapadaa, las relaciones humanas. Una metáfora de la vida para comenzar el lunes. No está nada mal.
    Feliz día Manoli. Un abrazo.

    1. Muchas gracias, Mercedes! Siempre me sorprende vuestra mirada, porque es la mirada del lector el que hace suyo el micro. Olvidamos que ver es dejarse ver también por los demás, como ese olmo viejo que vio al nogal porque llevaba muchos, pero muchos bosques y ciudades tras de sí.

      Si mis letras aportan algo de energía a tu lunes, ya es mucho para mí.

      Gracias por leer y comentar.

    1. Muchas gracias, Cristina. Olvidamos con frecuencia de donde procedemos, olvidamos que el reino animal y vegetal es el nuestro y buscamos muchas veces en artificios lo que ya está dentro de nosotros.

      La madre naturaleza tiene mucha paciencia y siempre espera a que volvamos al hogar.

      Un abrazo.

  2. Ángel Saiz Mora

    Procedemos de la naturaleza, en ella tenemos nuestros orígenes, pero se nos olvida, sumergidos en ese entorno de asfalto y hormigón que, precisamente, termina con la naturaleza, que es igual que terminar con nosotros mismos, con nuestra verdadera esencia. Tu árbol protagonista, utilizando la magia que proporciona la literatura, se adentra en territorio humano, para intentar recordar a los hombres que no deberían olvidar de dónde vienen, pero están siempre demasiado ocupados para escuchar un mensaje tan esencial.
    Ese árbol solo podía ser mujer, porque al igual que en la naturaleza, en ella reside la vida.
    Una historia hermosa y original, llena de simbolismo y que invita a la reflexión.
    Un abrazo y suerte, Manoli

  3. Nunca se que decirte, querido Ángel, porque si hay alguien capaz de hacer una cartografía del terreno de las letras, ese eres tú. Pero te confieso un secreto, tengo predilección por los árboles, por su movimiento continuo y subterráneo aún en su aparente quietud.

    Tengo poemarios en los que mujeres árboles son un elemento repetitivo, y algún hombre hay también. Que hayas unido el canto a la vida vegetal con el sexo femenino al ser la mujer portadora de vida da alcance de tu intuición. En el campo del relato tú serías ese olmo viejo, no desde el plano de la forma física, sino en lo que se refiere a sabiduría vital.

    Un abrazo grande, maestro.

    1. Muchas gracias, Edita Nogueira 🙂 Supongo que, a juzgar por tu apellido, es posible que seas gallega, lo cual nos haría paisanas, además de entecianas en esta red. ¿Qué puedo decir? Que el nogal es un árbol centenario y noble donde los haya.

      Un abrazo desde la raíz.

  4. Milagros Sánchez

    La Poesía y el amor a la naturaleza se conjugan perfectamente en tu simbólica historia, donde además se pone de manifiesto, el mensaje de atención, respeto y amor a nuestro entorno natural, del cual procedemos y que por desgracia no valoramos lo suficiente o peor aún cuando la codicia e ingratitud lo acaban destruyendo.
    Buen uso de los signos de puntuación y originalidad de la historia.

    Un abrazo y suerte, Manoli.

  5. Muchas gracias, Milagros. La prosa poética junto con lo simbólico es algo a lo que suelo recurrir. Sí, es como un canto humilde a la madre naturaleza que nos inviste con su aliento vital a todos, seamos árboles o no, porque la forma es un recipiente y lo importante es llenarlo de vida mientras estemos aquí.

    Gracias por tu atención.

    1. Muchas gracias, Pilar. La vida subterránea, la de las raíces que entretejen un mundo, un ecosistema, sobre el que asentamos nuestros sueños de grandeza, nuestros cuerpos de barro. La vida como ciclo, como savia incorporada a todo lo orgánico, en fin…

      No se si es un canto a la vida, pero me gusta que lo veáis así.

      Otro abrazo grande, grande.

  6. Manoli, con tu relato me has recordado uno de los primeros cuadros que pintó mi hija al que llamó «La virgen de las raíces» y al que le hice un relato. La tierra nos tiene conectados y la mayoría de las veces lo olvidamos, pero somos plantas como ese bonito nogal que nos regalas. Como siempre, tus relatos son pura poesía. Felicidades y suerte.
    Besicos muchos.

    1. «Somos plantas», qué bonito lo dices, Nani, y qué bonito ha de ser el cuadro que nombras » La Virgen de las raíces» suena bien.

      Emergemos de un cuerpo que se alimenta de lo que da la tierra y a ella volvemos como alimento también y somos árboles, helechos, abono, de lo que habrá de venir. También hacemos lo mismo al plantar letras, como semillitas, que algún lector, aunque solo sea uno/a puede recoger.

      Gracias por tu lectura y palabras, compañera.

      Besiños mil.

  7. Juan Antonio

    Cuantas cosas hermosas sugiere tu esplendida historia. A mí me gusta pensar en una metamorfosis de la savia de tu nogal en el alma femenina de la propia tierra, que de vez en cuando va a echar un vistazo a la estupidez humana, para regresar convertida otra vez en savia, a la seguridad de interior del nogal, alimentándolo desde la raíz a las ramas. En cualquier caso, hermoso y poético.
    Felicidades. Un abrazo

  8. Muchas gracias, Juan Antonio. Me gusta mucho ver la lectura que hacéis, tan diversa y, a la vez dentro de la misma esencia.

    Es bonita esa visión que aportas del alma femenina de la tierra, en su savia, habitando cada organismo, soñándose despegada, y regresando al contacto, a la seguridad del nogal.

    De nuevo te agradezco tus palabras y atención.

    Un abrazo.

  9. Mujer naturaleza, mujer nogal vuelta a la vida con el olmo. Se adentra en el bosque de prisas y olvido de la ciudad para recordarnos quiénes somos, de dónde procedemos.
    Hermoso simbolismo y profunda reflexión, Manoli.
    Besos.

    1. Muchas gracias, Carmen. Me llama la atención eso que dices: Mujer naturaleza, mujer nogal, vuelta a la vida con el olmo… porque esa es la cuestión: somos cuando otros nos ven, y ella, que se asoma al mundo para mirar, es vista a la vez, por un olmo viejo, al que no puede engañar de su condición.

      Tu ojo crítico sabe leer entre líneas, gracias por esa atenta lectura y bellas palabras.

      Un gran abrazo.

  10. Salvador Esteve

    Un emisario de la madre naturaleza para que, en una mirada furtiva, observe a sus criaturas y certifique que todos formamos parte de un todo; raíces que arañan la vida sobre la Tierra. Gran relato, Manoli. Un abrazo y suerte.

  11. Muchas gracias, Salvador. Sí, aunque tengamos la ilusión de ser uno, en realidad todos somos un todo interconectado por más que pensemos que inventamos nuestras conexiones, todo está y surge de aquí.

    Muchas gracias por tu lectura y palabras.

    Un abrazo

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