BOY16. VERSIÓN APÓCRIFA, de Ana Fúster
Cuando vi su carita pegada al cristal se me desbocó el corazón.
Había comprado aquella cómoda victoriana esa misma mañana. Ya en mi dormitorio, al abrir uno de los cajones me topé con ella. Estaba al fondo, cuidadosamente enrollada sobre sí misma. Mi desconcierto pronto se convirtió en sospecha y, con más esperanza que convicción, me quedé levantada aguardándolo. Ahora estaba allí.
Entró con mucha timidez y no tardó en echarse a llorar. Entre hipos me contó cómo la niña, en su despecho, se la había robado y nunca se la había devuelto a pesar de sus ruegos. Me habló de crueldad, de noches de espera bajo la nieve y de cómo aquel escritorzuelo entrometido e ignorante había inmortalizado una versión apócrifa. Le limpié los churretes de las mejillas, le soné los mocos, le preparé un cacao y le devolví lo que era suyo. Me ofrecí a cosérsela a los pies, pero reculó aterrado. Dijo que ya se la pegaría con resina.
Cuando emprendió vuelo hacia la segunda estrella a la derecha con su sombra cogida de la mano, los dos sonreíamos como niños.
Dulce historia de un escritor de ENTC. Buena «Versión» de la de JMB.
Ana, a ti también te voté. Aunque al principio me costó saber a que cuento hacías referencia, después recordé la imagen de Peter persiguiendo a su sombra en una peli de mi hija. Me gustó. Un beso