BOY19. LOS TRES DESAHUCERDITOS, de Ignacio Feito
Hubertus Wolff, el ejecutor, ha venido al alba, al alba, a lanzar de su domicilio a Sixto que no devuelve su préstamo porque el sinvergüenza se ha venido gastando cada año los ahorros en una semana de pensión completa en Marinadoro, sin mencionar lo del canal full ni lo del Martínez bianco con aceitunita.
Lanzado con un soplo.
Sixto y su familia se han ido entonces a casa de su hermano Pompilio donde, al rato, también ha aparecido Hubertus gritando que todos habían de abandonar la vivienda por no haberse satisfecho la deuda hipotecaria, y eso que este Pompilo era muy ahorrativo y se quitaba de cines y teatros y le sacaba a sus hijos todos los años los mismos regalos de reyes hasta que los niños crecidos se dieron cuenta y los rompían nada más abrirlos.
Todos a la calle. Hubertus resopla.
Luego va a casa de Domicio, el tercer hermano hipotecado, donde están todos apelotonados como en una piara, pero este consigue saldar la deuda ofreciéndole a Wolff diez mil acciones preferentes. Wolff se arruina y al final todos ríen mientras degustan un sabroso chorizo a la olla, y pongo a la olla porque ahora es lo chic.
Muy bueno, muy divertido y bien cosido. Encantador este micro de actualidad.
Un abrazo.
Muy bueno. Veo la mano de maese Juan Perez?
Aurora, que esto no es como las fotos de acertar. Así lo dijo jams, no sé si te suena ese nombre, es el administrador del blog.
Yo también he identificado a cuatro autores, pero están en mi cuaderno, ya veremos.
Un abrazo.
Ah, vale, pensaba que teníamos que jugar a acertar. Pues me paro y hago como tú. A mi cuadernito. Gracias por avisar, antes de que haga el mayor de los ridis.
encuentro un «honor a la verdad» el hacer hincapié en que los desahuciados pueden ser de dos categorías:
los que se lo han buscado por despilfarrar haciendo frente a menudo a múltiples créditos: casa, coche, viaje etc
y los que con tanto ahorro y sudor de la frente pudieron por fin tener casa propia pero que por culpa de los recortes se quedaron sin empleo… me parece que los jueces deberían diferenciar…
pero siento que este relato no sea mas «fluido» porque la idea era muy muy ingeniosa