BOY31. LA VERDAD, de Jes Lavado
Esa mañana la familia no despertó. Extrañada, Barbie Rapunzel salió de su estantería. Se descolgó hasta la balda donde roncaba Bob Esponja y lo zarandeó hasta despertarlo. Lo puso al corriente y juntos trataron de despertar, primero al niño, y luego a los padres, sin éxito. Todos yacían inertes. Muy triste, Bob Esponja miró a Barbie y le dijo: “Es inútil. Están muertos.” Barbie enjugó una espesa lágrima de PVC. Cogió a Bob de la mano y recorrieron la casa. Cuando llegaron a la cocina, hallaron a Pinocho silbando tranquilamente sobre la encimera. A Barbie le bastó con ver su sonrisa torcida: “Has sido tú, alimaña envidiosa. Querías ser un hijo más y como no te hicieron caso, anoche abriste la llave del gas. Pero no te vas a salir con la tuya, psicópata de madera!” Y dicho esto, agarró una cerilla y la prendió. Una gran deflagración hizo saltar la casa por los aires. En los periódicos dijeron que el padre, parado de larga duración y sin prestación por desempleo, estaba desesperado y quiso acabar con todo. Pero yo, que escribo estas líneas, y ahora tú, que las has leído, sabemos la verdad. Aunque de nada nos sirve.
Por supuesto, aunque sea a destiempo o no, que no lo sé, este también será uno de mis votados. Felicidades, seáis quien seáis.
La Barbie perfecta, en su papel de simplona. Bien encajado el pinocho cabroncete en la historia.
Un abrazo.
Muy bueno. Estupendo. Muy ocurrente mezclar estos personajes con la rabiosa actualidad.
Alguien ya escribió anteriormente sobre «Una juguetería» y creo recordar quién es… ¿Será el mismo autor?…
Me ha encantado la idea, a pesar de lo trágico. Muy bien relatado ¡Enhorabuena!
¡Caray con el psicópata de madera, qué peligro tiene! Excelente relato, de principio a fin, magníficamente dirigido. Se ha ganado mi voto con todo merecimiento.
Muy bueno.
También voté el tuyo, Jes, muy bueno. Un saludo.