46. BRAINSTORMING
Mientras desciende por el sendero de la Ermita no puede dejar de mirar el cielo. Los nubarrones que asoman detrás del Serantes anuncian tormenta y de la buena. Se apresura, intentando no resbalar con las piedras sueltas. ¡Sólo falta que se rompa un tobillo o algo y le pille la lluvia en medio del monte!
Ahora se arrepiente de no haber avisado en casa de que iba a subir a San Telmo, pero es que no quería que le encasquetasen al chucho. Lo que quería era pasearse tranquilo y no tener luego que andar eliminando garrapatas, ¡que ese bicho las pilla todas!
El retumbar del trueno le hace retomar esa idea que le ronda la cabeza desde que empezó ingeniería: ¿habrá alguna forma de inventar un teléfono inalámbrico que se pueda llevar al monte por si ocurre un contratiempo o que te avise del tiempo que va a hacer? ¡Imagínate! ¡Un teléfono en el bolsillo!
–“Naaaaaa, ¿quién iba a querer un trasto así? – piensa, mientras en las aguas del Abra se hunden los primeros relámpagos.
Muy ocurrente. Consigue la sonrisa e inevitablemente a los que tenemos cierta edad nos transporta en el tiempo. Mucha suerte.
Con tu relato he recordado a un conocido que regenta un servicio de asistencia en carretera. Hace más de veinte años, en la grúa,llevaba un móvil que pesaba casi 10 kg. Por seguridad,cuando descansaba por las tardes, lo dejaba en el bar de un amigo. Solía decir: Si suena no lo cojas. Ya veré quien a llamado.
No me veo bajando el Serantes en plena tormenta con un trasto así.
Una historia curiosa que parece muy antigua por la velocidad en que nos movemos.
Suerte.
**En realidad veía quien «había» llamado, evidentemente.
Aurora, original y divertido relato. De él se desprende la siguiente moraleja: nunca deseches una idea por absurda que parezca. Ahora tu protagonista estaría forrado, jajaja. Abrazos.
Muy original el título. Ideas bajo la tormenta. Seguro que el que inventó el móvil era senderista jeje. Me gustan los relatos cómicos; son muy difíciles y a ti te ha salido uno redondo.
Ya, pero si le tienen localizado, a ver cómo evita que le endiñen al perro. Saludos.
aurora, buena y graciosa situación; parece que el tiempo no da treguas, no se sabe si se librará del perro. Suerte y saludos
Una historia que. Mi me lleva a mis recuerdos de montañera sin móvil y sin imaginarlo siquiera. Está claro que yo de inventora nada! Un relato muy nostálgico.
Saludos
Probablemente exista algún ermitaño, en los montes, que no se ha enterado que existen los teléfonos celulares. Hace algunos años encontraron a un soldado japonés (Shoichi Yokoi ) en la isla de Guam, 28 años después de la II guerra mundial la que él pensaba no había terminado. Ocurrente relato, me ha gustado.
Saludos.
me ha gustado el ralto, en un ambiente de montaña, que tanto me gusta, ondea la idea de «nada es imposible» que también me parece esperanzadora
Suerte
Pues eso ¿quién iba a pensar algo así?
Y qué tal si se inventa una cabina portátil para en caso de necesidad
desplegarla, meterse dentro y con pulsar algún botón, teletransportarse al lugar que queramos.
Por pedir…
Abrazos.
Joder, con tu protagonista visionaria.
Para empezar deja que te diga que el título es un hallazgo total.
Pero claro, el protagonista es español y aquí siempre ha molado el…QUE INVENTEN ELLOS.
Y excepto el chupachups y la fregona…
En fin, y ahora cualquier día te encuentras en el bosque al bigfoot, llamando con el móvil a la parienta avisando de que llega tarde a cenar, porque se ha ido de parranda con los amigotes…
Atrapando ideas bajo ese título tan sugestivo. Me gusta porque tiene ingredientes para sonreír.
Un saludo
Rosa.
Eso digo yo, quién va a querer un trato así?, ay y quién sabe lo que nos queda aún por ver.
Muy divertido y contado con un lenguaje cercano y ocurrente.
felicidades Aurora.
Muy buena idea llevarse este relato al pasado, cuando todavía éramos libres. de todas formas cuando se trata de pijaditas muy bien, pero como te ocurra algo por esos montes de Dios, o no tienes cobertura o te lo has dejado en casa.
Original y divertido. Suerte Aurora. besos.
Hala, compañeros, pues me alegro mucho de que os haya gustado. Aprovecho para daros un consejo. Cuando llevéis el móvil al monte, mantenedlo apagado, y encendedlo solamente en caso de emergencia.
Si está encencido y más aún con el rollito guachap, que sepáis que se vuelve loco buscando redes y se le agota la bateria, así que si llega el momento de usarlo, lo más seguro es que esté caput y sólo sea eso, un trasto en el bolsillo.
Abrazo.
Buen consejo Aurora y buen micro. Me gusta su naturalidad. Un beso
Hola Aurora. Me ha sorprendido ese giro final hacia los teléfonos, no me lo esperaba. Pobre visionario, con lo que nos gusta ahora toquetear esos cacharros. Mucha suerte con tu relato.
Un abrazo microlunatico
Un guiño al pasado que nos llena de añoranza. ¿Quién no se hizo alguna vez esa pregunta?
¡Suerte!
Saludos
Divertido y con moraleja. No hay que desechar ninguna idea.
En cuanto a lo útil que pueda ser el móvil por esos montes de Dios…. recupero la enseñanza de mi padre, que siempre se tomaba un café en la cantina del pueblo más cercano y dejaba dicho que ruta pensaba seguir (por si tenían que salir a buscarle). No había móviles, ni GPS y el pobre no los conoció (lo hubiera flipao), pero su sistema sigue siendo válido y a prueba de batería. Ahí lo dejo.
Mucha suerte con tu relato. Un abrazo
La necesidad hace evolucionar. Todo lo que imagines, será antes o después. Muy divertido lo de las garrapatas, pero a falta de móvil, un perro sigue siendo el mejor amigo., y no agota baterías. Bueno, al menos dura más. Divertido y bien ambientado con su río su montaña y todo. Me gustan las historias con agua.Suerte y abrazo.