51. Bultos (Virtudes Torres)
Es triste estar de nuevo en esta cafetería donde cada tarde bajo a comer el bocadillo o un plato combinado con el que compartir mi soledad y mis pensamientos. Pero es más triste que todos vengamos a la misma hora y siempre sea yo la que se queda de pie.
Además debo ser invisible pues el camarero ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy aquí, la hora de descanso se me va a pasar y estoy cerca de este individuo que a saber cuáles serán sus intenciones.
Aquí está disfrazado de payaso, ¿no tendrá otra ropa mejor que ponerse? Además, me da mala espina, es feo, huele raro y está mirando a la puerta como queriendo escaquearse sin pagar el café que se está tomando.
Claro que, quizás le pasaba como a mí, que no le hacían caso y esta es la forma de hacerse notar. No sé, bueno yo a lo mío que si no hoy me quedo sin comer.
¡Camarero, por favor!
En un mundo impersonal, motivado por las prisas y en el que nada llama la atención, pueden producirse pensamientos fugaces y juicios de valor sobre las personas desconocidas que nos rodean, pero nunca pasan de ahí. Las reflexiones de tu protagonista, dibujadas con rápidos flashes, dan buena muestra de ello. Un poco de sosiego y conocernos mejor nos vendría bien a todos, quizá comprenderíamos que dentro de esos bultos hay personas, con las que tenemos bastante en común y que nos pueden enriquecer.
Un relato que, ya desde el título, habla de forma eficaz de la incomunicación
Un abrazo, Virtudes. Suerte
Las prisas, la incomunicación, la actuación como peones de un ajedrez avanzando sin preocuparnos de las necesidades de quién está al lado.
Creo que refleja una realidad muy cotidiana.
Un abrazo Ángel.
Es muy original tu micro. En general, nos hemos centrado en el payaso pero tú amiga le has sacado punta por otro lado. Enhorabuena. Besos y feliz noche.
Si, es cierto, en cuanto vi la foto traté de anular a la figura más relevante y centré mi mirada en la persona que no hacía lo que los demás.
Es lo que tienen las fotos.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Triste, muy triste ser un bulto. Y más si eres invisible.
Este mundo nuestro está lleno de gente invisible.
Un abrazo Edita
Es lo que tiene el ser humano. Unos gozan de ser el centro del mundo, mientras otros son totalmente invisibles.
Un abrazo Juan.
Virtudes, muestras muy bien los complejos y juicios previos, en tu historia. Suerte y saludos