59. BUSCANDO UN DESTINO
El tipo avisó a los “bobbies”, y tienen acordonado The Mall, sus alrededores y hasta el St. James Palace. Pero es igual. Nosotras tenemos ya nuevo destino. No averiguará nuestro paradero ni Scotland Yard al completo. Y él deberá conformarse con lo hecho hasta ahora. Desde aquellas ojeadas aprobatorias en el Centro Comercial, hemos recorrido a su antojo cientos de kilómetros huyendo de sí mismo: Boston, New York, París, Londres…. Todo para engordar su estima, su estatus social o alguna otra meta cronométrica de esas que tanto adoran estos burguesillos raritos.
Estamos bastante consumidas, es cierto. Pero ilusionadas. Está bien cambiar de pareja de vez en cuando. Él tampoco cejará. Se buscará otras que crea más competitivas. Y seguirá huyendo. Porque como dijo el sabio, huir es el destino natural de todos nosotros. Ahora nos queda una ardua tarea: ayudar a un mantero a que no le pillen en plena faena. Volvemos al origen. Quizá estaba escrito cuando nos alumbraron en una oscura nave industrial del sudeste asiático. Sea como fuere, cambiamos de propietario. A quién se le ocurre. Descalzarse las Nike con la meta a reventar de curiosos. Y ponerse a pasear sobre el césped para ventilarse los pies.
José Luis, qué buena historia, y contada con acierto. Suerte y saludos
Hola, José Luis!
Me ha gustado mucho tu historia, mantienes la intriga hasta el final,y que el sujeto narrativo sea… (no lo digo para no desvelar nada…) es muy bueno!!!
Enhorabuenaaaa, José Luis!!
Muxu bat
Marta