111. CANDELA (Yolanda Nava)
Va a hacer un año de lo de Candela. La nota que dejó está tan manoseada que pronto será ilegible. No importa. Nos la sabemos de memoria. Que se va a un lugar mejor y lo hace en buena compañía, que estará bien. Que nos quiere.
Los días de viento llegan a nuestra casa, desde el río, extraños sonidos, voces cargadas de lamentos en las que intuimos a Candela, pero cuando salimos fuera esperando encontrarla no hay nadie y solo se escucha el silbido natural del viento entre los árboles.
Ya no le hacemos caso. Cuando sopla muy fuerte, papá sube el volumen de la tele, mamá enjuga el torrente de lágrimas azules con las que siempre la llora en el pañuelo que nunca termina de bordar, y yo intento aplacar el aguijoneo de mi conciencia. Una promesa es una promesa, me repito, y si aquel tipo era capaz de convertir un pañuelo en una paloma, no tendría problema en hacerla cruzar el río pese a que no sabía nadar.
Ojalá creyeramos en la magia.
Muy triste el recuerdo de Candela, que nos cuentas tan bien.
¡FELIZ AÑO 2018, Yolanda!
Hola, Yolanda.
Un cuento triste. Pero quizá la tristeza sea un estado de ánimo más profundo que la alegría. El suicidio. El otro lado. La conciencia: esa voz que te absuelve y te condena como el juez más severo. Tu relato funciona, me parece, bajo la técnica de la inversión. Acaba donde empieza. Las mejores promesas son esas que no hay que cumplir, como asegura Sabina. Y la magia, a veces mero palabreo de charlatán. La magia inútil, ineficaz. Y todo doliendo. Todos doliéndose. Y Candela por ahí, como una pavesa encendida, como candelaria, dando luz. Pudiera ser que como una estrella. Mi más muy enhorabuena. Feliz todo para ti. Y un beso.
Yolanda, triste recuerdo el de Candela aunque preciosa forma de contarnos su historia.
Un abrazo y feliz año.
Una desaparición trágica, la mala conciencia de la hermana y su justificación con la magia; un tratar de seguir en la vida porque no queda más remedio que continuar, porque están vivos, aunque desgarrados por quien ha quedado atrás; el dolor que nunca se irá del todo y cada uno lleva a su manera. Un conjunto que conforma un relato punzante, pero hermoso.
Un abrazo, suerte y feliz 2018 Yolanda
Impresionante, y hasta el final no nos dejar ver la realidad. Suerte y feizAño Nuevo.
Besicos muchos.
El río, mi querido río, tan polisémico, tentador y traicionero…
Ángel, siempre te tomas la molestia de analizar los relatos y con mucho acierto, además.
Gracias por hacerlo con este que creo que es un tanto confuso.
Has acertado en todo, excepto en que la chica se fue voluntariamente con un mago, y le confió el secreto a la hermana.
Un placer contar con tus comentarios, siempre.
Feliz año!
Gracias también a los demás por pasaros y dejar vuestra opinión.