15. Cántala otra vez, Frank.
Oiga, señor… Urgió la joven enfermera de guardia, es su mujer. Pregunta por Frank y pide que se la cante otra vez, ¿usted entiende? …Frank, me llamo Frank, como el cantante. Me acerqué a la cama y, con una sonrisa cómplice, le susurré We lived a life that´s full. ¡Qué bonito!, y en inglés, prosiguió la sanitaria, ¿usted también fue cantante, o algo? Negué con la cabeza y se agitaron mis pensamientos, las emociones inundaron la habitación y la memoria comprobó que nuestros recuerdos seguían allí, donde siempre habían estado. Miré de soslayo a la enfermera que observaba inmóvil desde la puerta y, cuando busqué de nuevo los ojos de mi mujer para intentar juntos el We did it our way, presente, pasado y futuro coincidieron en el tiempo. We’ve loved, we’ve laughed and cried murmuré mientras la besaba en la frente y la despedía hasta mañana… Ay, lo siento, señor Frank… Se ve que la quería usted mucho. Jopé, si mi novio me quisiera la mitad de lo que la quiere… la quiso usted, otro gallo me cantaba. Quizá, mi niña, quizá, insinué sin fuerzas… Y ni siquiera sabe tararear nada, continuó… Jopé, jopé, mañana lo dejo.
Me ha encantado este relato que confronta la verdadera tristeza con la pátina de consuelo superficial que a veces ofrecen algunas personas, quizás con buena intención pero demostrando una falta total de empatía. Creo que no hay cosa más dura que, cuando te ha sucedido algo que te derrumba, encontrarte con quien te trata como si hubieras olvidado el paraguas un día de lluvia. Gracias por tu sensibilidad.
Muchas gracias, Luz, por tus comentarios, por tu sensibilidad y por estar ahí, al otro lado del hilo telefónico. Abrazos.
José Ignacio, pareces decir en tu historia que queremos lo mejor para nosotros, cuando cada uno tenemos nuestras caracteristicas propias. Bien planteada la historia. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, por pasarte y comentar. Si algo potencia la literatura es una imaginación sin fronteras. Abrazos y saludos.
Jose, creo que me quedé colgado en alguna parte del relato, quizás por las frases en inglés, pero el mensaje de amor que describes trasciende tu relato.
Un abrazo y suerte.
Si, también pensé que las frases en inglés podían romper el ritmo del relato, pero también contribuyen a darle encanto. Gracias, Moli, por pasarte y comentar. Un saludo.
Cada persona es un mundo, y en cada uno de esos mundos pasan cosas tan dispares que provocan situaciones como la que tan bien has descrito. Has dibujado a través de Sinatra y sus canciones muy bien ese dolor cansado que la enfermera (y seguramente tantos otros) no ven, y por lo tanto, no entienden. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, como siempre, gracias por tus comentarios. Felicidades para ti y para la tropa (que ya llegan las Navidades: ¿no oyes el tintineo de los cascabeles?).