30. Cargada de razones
Desde que descubrió la grieta en la pared, permanece alerta. La observa con detenimiento. Es lo suficientemente grande como para que por ahí pueda colarse uno de esos bichos que tanto me aterran, constata. Cuando regresa a casa tras unos días de ausencia, comprueba que ha crecido. Ha oído decir que las fisuras en las paredes, derivadas del asentamiento del edificio, son corrientes. Quizá estén en lo cierto, reflexiona, pero he de advertirle, la próxima vez que vuelva a por sus pertenencias, que no dé esos portazos al marcharse mascullando amenazas. Ella, aunque también ha oído decir que matar insectos a cañonazos no es la respuesta correcta, tiene una escopeta.
Dice el refrán que «a grandes males, grandes remedios». Otra cosa es excederse con la «medicina» a aplicar. Tu personaje es, desde luego, de armas tomar, «cargada de razones» y de balas.
Un abrazo y suerte, José Luis