51. Carmelo
―Esta noche será fría Carmelo, deberíamos recoger algunos cartones más. Con la humedad de este tiempo ni el abrigo del puente puede protegernos. ¡Cof!¡cof! Sabes que ando mal de los huesos desde el año pasado, que nos dejaron empapados al tirarnos al río. Esos niñatos…Tú te recuperaste bien, siempre lo haces. Yo me hago viejo amigo, cada vez llevo peor el frío. Me preocupa lo que será de ti cuando yo ya no esté, tendrás que marcharte al albergue. Ya sé que no te gusta, a mí tampoco, pero solo en la calle no quiero que te quedes, tendrás que prometérmelo. La calle es peligrosa si estás solo, necesitas a alguien que cuide de ti, allí lo harán y podrás jugar con los niños. Eso te ha gustado siempre. ¡Cof!¡cof! Toma, come un poco más Carmelo, te estás quedando en los huesos. El día no ha sido bueno, no hay mucho que echarse a la boca pero puedes coger mi parte, no tengo hambre. Este tiempo me está matando…Carmelo creo que me recostare un poco, no me encuentro bien. Cof cof,cof
El mendigo cerró los ojos para no abrirlos más y Carmelo se despidió de él.
―¡Guau! ¡guau! ¡guau!
Hola. He leído tu relato un par de veces y perdóname, pero no le encuentro el tema , el verde me refiero, en tu micro.
A lo mejor una aclaración por tu parte me abriría los ojos, o la mente.
Gracias de todos modos por dejar tu aportación, me ha hecho pensar.
Hola, me gusta el verde en todas sus tonalidades. Creo que es lo que más nos acerca a la vida. Me gusta tu microrrelato
Hola Mercedes.Tienes razón, el color verde no es el objeto de este relato. Soy nuevo en la plataforma y el texto lo subí por error. Una vez hecho podemos encontrar el color en la hierba que sirve de cama a los protagonistas, en el verdín que decora el techo de su hogar, en la ropa desteñida que utilizan de abrigo. En el color de la esperanza que acompaña a tantos mendigos hoy en día. Etc.
Gracias de todos modos por leerme.
Gracias Alicia.