31. CARRERA LABORAL
He tenido en mi vida dos coches, ambos azules y de ocasión, de los que ya no queda nada salvo el mismo llavero de Ferrari, rescatado de desaparecer sumergido. Para adquirir el primero, mi euforia juvenil no dudó en vaciar la cuenta y luego estar a verlas venir durante una temporada hasta cobrar los portes.
-Te lo dije, me advirtieron.
El segundo, años después, embarcó a mí familia en una larga deuda y, aunque no nos dejó sin blanca, sí nos impidió veranear en la playa. Hoy que tengo a los hijos bien colocados en la empresa y un buen cuaderno de pedidos, para planear el final de mi carrera y la merecida jubilación con mi discreta esposa, voy a hacerme con el tercer auto, también azul, también de segunda mano, que no despierte sospechas, y también con un gran maletero en el que seguirán viajando las bolsas negras que mi jefe me hace llevar hasta el lago.
Hay que sobrevivir y sacar a la descendencia adelante. Tu protagonista tiene una manera poco ortodoxa y oscura de hacerlo, pero a él no le parece incorrecto formar parte de una banda criminal, el último eslabón, pero iualmente implicado, mientras le permita, a él y a los suyos, salir adelante.
Un relato que demuestra que a veces todo es cuestión de percepciones, y que el ser humano puese convertir cualquier actividad en una costumbte cotidiana y justificable.
Un abrazo y suerte, JM
Amigo Ángel, te agradezco tus comentarios tan agudos.
Un abrazo
JM
Ruego disculpes las erratas. Cada vez veo peor al escribir con el móvil).
Ahí va otro abrazo