59. Castillos de cristal
Antes de abrir la carta intuye que algo cambiará. Que el destino la avisa de un nuevo camino, de una nueva forma de entender todo aquello que la rodea.
La abre con el temblor del miedo y la transpiración de lo inesperado, con el sudor frío que recorre sus dedos.
¿Qué pone, Mamá?
Las lágrimas brotan de sus ojos y descienden por el barranco de su rostro en caída libre.
¿Qué te pasa, Mamá?
Su marido se comportó como un héroe. Salvó a muchos inocentes con su valentía. Ha sido un honor combatir a su lado todo este tiempo.
El hijo observa a los adultos desde el suelo. No entiende sus rostros tristes y serios. No comprende las lágrimas de mamá. Sólo ha reconocido alguna de las palabras que el señor que, ahora lo mira, ha dicho a su madre.
¡Papá es un héroe! ¡Papá es como Superman, Spiderman o el Capitán América! ¡Qué guay!
Una tímida sonrisa sale del desconocido que roza con sus manos los hombros de mamá.
¡Mamá no lo veremos tanto pero seguro que nunca nos pasará nada! ¡Él nos protegerá como hacen todos los superhéroes! ¡Ya verás cuando lo diga en clase mañana!
La visión inocente de una terrible historia. Una misma palabra llena de muerte y tristeza, se transforma en ilusión y alegría en la mente infantil.
Me gusta tu enfoque de «héroe», Marcel.
Mucha suerte.
Precioso y triste texto visto desde la inocencia infantil. Un «héroe» en este caso para el recuerdo. Suerte. Un saludo de Gloria
Me gusta el enfoque, me gusta la perspectiva, me gusta la narrativa y me parece un tema muy emotivo, ¿qué más puedo decir?: que muy bien Marcel. Mucha suerte.
La cosa cambia vista desde la inocencia un niño. Me ha gustado mucho, Marcel.
Abrazos
Marcel, la perspectiva que has elegido para el personaje infantil me gusta y la del antiheroe te ha quedado fenomenal. Suerte y saludos