69. CASUALIDADES
Si lo piensas bien la vida es una secuencia de casualidades.
Sin embargo, Martina no lo pensó del encuentro con Ignacio cuando este fue a comprar unas cortinas a la tienda donde trabajaba y acabaron en el almacén. Tampoco lo creyó cuando Pablo perdió el tren y terminaron en su minúsculo baño. Ni de Luis y la expulsión de la farmacia donde llegaron sin mascarilla en la enésima ola de gripe y dos chocolates calientes provocaron el comienzo de una vida.
Pero no sabremos si Martina llegó a pensar que el encuentro con Carmen fue una casualidad o algo destinado a ocurrir. Con la desesperanza arrastras de quien cree que el amor se le escapa, llegó a la balaustrada donde la joven se balanceaba hacia el precipicio. Un rostro anegado de lágrimas hizo que Martina pasara al otro lado, le secara las lágrimas, la cogiera de la mano y mirara cómo las olas rompían contra el enorme acantilado que tenían debajo de ellas.
Así funciona la casualidad: una respiración que se acompasa a la de otro alguien, una conexión entre almas o una simple mirada entre dos extrañas la que decide cuál será el último instante de tu vida.
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Hay quien asegura que las casualidades no existen, que todo sucede por algo o que, más bien, somos nosotros mismos quienes propiciamos que se den las circunstancias para que las cosas sucedan. De una manera o de otra, cuando la conexión que mencionas se produce, sin necesidad de que medien las palabras, la magia se desata. Tu protagonista ha disfrutado de varias de estas situaciones, algo que no sucede demasiado a menudo, de hecho, hay personas que esperan toda una vida a que les ocurra
Un abrazo y suerte, María.
Muchísimas gracias, Ángel, por tener un ratito que dedicar a mi relatito. Efectivamente, es raro que ocurra la magia tantas veces. Pero, no tiene porque ser magia «amorosa». Esa magia de la que hablas ocurre también con amigos, personas especiales que encuentras a lo largo de tu vida. Un abrazo muy fuerte y mil gracias de nuevo.
Pues sí, Maria, sin negar el valor de la voluntad y el esfuerzo, la vida está tejida por las casualidades, como la estar en el sitio justo en el momento indicado. A Martina le ha ido bien en el amor gracias a ello, pero también la hecho encontrarse con Carmen y poner fin a su vida junto a ella. Quizás no era tan feliz como parecía. Un micro muy intenso con un final inesperado.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, Rosalía, por tu amabilidad. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un abrazo.
Nunca de sabe qué nos depara la vida ni cuál será nuestro último amor. Nunca se sabe que causa lo que nos ocurre o cómo nos asaltan las casualidades. Pero suceden. La vida no hace otra cosa que suceder… y al final, se escribe sola. Para Martina y para cada uno de nosotros.
Gran relato, Mery.
Besitos