19. CEO
Aún le queda pasar por el súper y por casa de Margaret. Cuatro horas por la mañana sacando brillo a la casa de la vieja, pero la ha llamado, algo se te ha pasado por alto, tienes que volver, le ha dicho; tal vez un pelo en la bañera o la huella de un dedo en el taquillón de laca china del recibidor.
—Un café, por favor.
En la barra queda poco sitio. El camarero, como los médicos en las salas de urgencias, no mira a nadie. A la mujer del abrigo Príncipe de Gales —regalo de Margaret a la que tanta pena le da tirar nada— se le está haciendo tarde, pero necesita el café, lleva muchas horas levantada… ¡y lo que le queda!
Se hace un hueco a base de empujoncitos. No volveré a entrar en esta cafetería, siempre abarrotada, se dice.
Pero aunque todos los días piense lo mismo, nunca cambiará de lugar. Aquí, entre tantos payasos y payasas, se encuentra a gusto. A la mujer del abrigo Príncipe de Gales le molesta incluso que dejen entrar a gente como el hombre que está a su izquierda, con esas inconfundibles pintas de CEO de gran multinacional.
Aunque te resulte raro, jamás había escuchado ni leído eso de CEO, aunque por el contexto pude intuir a que «tipo de gente» se refiere. Además, y como curiosidad, «ceo» en gallego es «cielo». Tu protagonista puede que esté en las nubes o puede que vea lo que quiera vez (si es que no son la misma cosa) y eso le ayuda a sobrellevar su demasiado ocupada y un tanto triste vida. Me gusta tu historia. Suerte, Dominique. Saludos.
Las prisas y los agobios cotidianos en una gran ciudad hacen que nada llame la atención, en especial para el camarero, que atiende a sus parroquianos sin fijarse en nadie, por variopintos que sean. Estamos acostumbrados a pensar que los altos ejecutivos de las empresas han de ser personas con trajes a medida, pero ellos también forman parte de algo parecido a un circo en que todos cumplen su propio rol. Por algún motivo, tu protagonista, empleada del hogar, siente una especial animadversión hacia esas personas, todo es cuestión de puntos de vista y de apreciación. Es posible que ella trabaje más que ellos y con un rendimiento más práctico y útil, aunque su atuendo sea más modesto, tan solo un modesto abrigo «Príncipe de Gales».
Un abrazo, Vernay. Suerte
Gracias, Jesús y Ángel, sí, arriesgué un poco con estas siglas CEO, además no sabía que en gallego quería decir»cielo»…Sí, en la foto propuesta veo prisas, rutina, uniformidad, tristeza… y me pregunto ¿quienes son de verdad los tristes payasos?
Vernay, las cafeterias de grandes urbes ofrecen expresiones muy elocuentes, ahí ubico tu interesante historia. Suerte y feliz año
En un mundo al revés, los payasos se visten de traje y corbata. En un mundo al revés, la soledad se viste de gente a montones.
Gracias, Calamandra y Edita, sí, en un mundo al revés es difícil jugar a quién es quién. ?