82 «Cheessse»
Dejé de decir «patatas» en las fotos porque salía siempre con los labios pegados en la primera sílaba. Desde que digo «cheese» me va mucho mejor, si dejamos aparte lo ocurrido en la última reunión familiar. De la fiesta solo recuerdo el rato de la cena. El resto lo cuenta con elocuencia mi cara en la foto. Dicen que mi cuñado estuvo haciendo cambios en su composición hasta desquiciarnos. En el centro se ven mis suegros —a los que había conocido esa misma tarde—, y asomando justo detrás, mi más lamentable versión. Creo que nunca he bebido tanto como aquella noche. La cámara captó un chorro de saliva escapando de entre mis dientes, como un ectoplasma, con dirección al cuello de mi suegra. El que ella me diese un bofetón acto seguido fue algo que todos encontraron desproporcionado. Los demás ocupan el lugar que el pesado de Luis —finalmente en primer plano y con los brazos abiertos— quiso otorgarles. Mi mujer aparece en un extremo —quién lo habría dicho— con un bello y afortunado «patatas» en su sonrisa; demasiado lejos de mí para que el culo que estuve palpando en la cuenta atrás del disparador fuera el suyo.
Hay cuñados y cuñados, como también suegras y suegras, no todo el mundo es igual, pero sí los hay y las hay que se atienen plenamente al papel que se les supone en sus etiquetas, como los de tu relato. Tu protagonista, desinhibido, empeñado en ser «el que da la nota», tuvo una actuación un tanto vergonzante, algo que ha quedado en el recuerdo y para la posteridad, porque por mucho que se retoquen, las imágenes no mienten. Una de esas fotografías en grupo también le dirá, por la colocación en la imagen, quién guardó silencio ante su actuación indecorosa. Es inevitable que se pregunte los motivos por los que no recibió, en este caso sí, un bofetón merecido.
Una historia divertidísima y con un trasfondo que queda para la imaginación del lector.
Un abrazo y suerte, Enrique
Muchas gracias por todo, Ángel. Parecía inevitable que en una situación familiar como la del relato combraran protagonismo las figuras de la suegra y el cuñado, y mira que la segunda intenté evitarla (luego pensé que podía haber utilizado la del hermano). El caso es que me alegra que te haya gustado el resultado; había tantos sitios para donde tirar con ese tema que me costó decidirme, y finalmente decidí intentarlo con la vertiente. Un abrazo y gracias una vez más por tu generosidad sin condiciones.
Desternillante cúmulo de situaciones para un relato redondo made in Mochón.
No debe ser fácil mantener arriba todo el relato con esa calidad que te caracteriza, y lo consigues de sobra. Yo personalmente no he parado de reír, porque además consigues que vea toda la escena.
Me parece un relato de diez.
Un abrazo, Henry.
Muchas gracias por todo, Ángel. Parecía inevitable que en una situación familiar como la del relato combraran protagonismo las figuras de la suegra y el cuñado, y mira que la segunda intenté evitarla (luego pensé que podía haber utilizado la del hermano). El caso es que me alegra que te haya gustado el resultado; había tantos sitios para donde tirar con ese tema que me costó decidirme, y finalmente decidí intentarlo con la vertiente cómica. Un abrazo y gracias una vez más por tu generosidad sin condiciones.
Bueno, parece que te he puesto antes el que iba para Ángel. Aquí va el tuyo 😀.
Muchas gracias por todo, Paul. Hay días que uno no se ríe por nada y otros en que nos pasa todo lo contrario. Veo que a ti la lectura del relato te ha pillado en el segundo, jajajajajajj. Será también que yo, después de haberle dedicado mi tiempo a escribirlo, he acabado por no verle la gracia. Un abrazo y gracias de nuevo. Tú también eres generoso tela.