79. CHIMI (Alicia Alguacil Agudo)
Llevábamos más de dos meses familiares y amigos, ayudando a María, tenía obras en su finca y corría prisa terminarlas, pues allí se celebraría la comunión de su único nieto.
Solo faltaban dos días para el evento cuando apareció un hombre, que se creyó con el derecho de insultar a todos los que allí estábamos y gritando a todo lo que daba su voz dijo: “por mis huevos que esto se termina hoy, (tú señalando al trabajador que María había contratado) hijoputa coge esto y llévalo allí y luego…”
Sin levantar la cabeza del suelo el trabajador obedecía, conocía bien a este maltratador y sabía que cuanto más le insultaba, más se engrandecía riéndose del pobre hombre que llevaba más de cinco horas al sol y no podía dejar el trabajo, necesitaba el dinero.
Los que allí estábamos, le recriminamos su actitud, pero lejos de amedrentarse, la emprendió a insultos con todos, su vocabulario soez, lleno esa tarde toda la finca de pena y silencio.
Me falta un tropiezo accidental del individuo despreciable con consecuencias craneoencefálicas graves.
Un abrazo y suerte.