61. Ciclos
Hicimos el amor hasta que se nos terminó la cuerda. La cosa iba bien, estaba excitadísima y él me espoleaba con su miembro sin tregua pero con dulzura. Poco a poco todo se hizo más lento. Decayó el compás de mis caderas y el ritmo de sus embestidas se ralentizó hasta detenerse. Un metálico zrrrrrrrr nos confirmó que aquella aventura había terminado. Yo le di cuerda desde abajo y él inició unos movimientos torpes y violentos, hasta que le puse freno. Le pedí que girara la llave que había en mi costado para tensar el muelle en mi interior. Después nos levantamos. Que no hubiera funcionado no quería decir que no volviéramos a intentarlo. Me acerqué a la ventana mientras él se vestía con gestos mecánicos. Su coche esperaba fuera. A su alrededor otros coches iban y venían, la vida pasaba a su lado a gran velocidad primero, después más despacio, hasta pararse, poco a poco, como un tiovivo al que por fin frena la inercia. De repente, como empujada por un artilugio universal, volvieron a seducirme los ojos de aquel hombre de hojalata, volví a acorralarle en el sofá, a arrancarle la ropa. Hicimos el amor hasta…
Vaya ciclo sin fin. Un hombre de hojalata es un hombre de hojalata, o sea, por naturaleza duro y frío, quizá le habría ido a mejor a tu protagonista con un león o un espantapájaros, pero quién sabe, a fuerza de constancia todo puede conseguirse, o eso dicen. Y el amor y la pasión son como los caminos del Señor, inescrutables.
Un relato intenso y original.
Un abrazo fuerte, Juancho. Felices fiestas
Quién sabe Ángel, tal vez solo seamos un juguete en las manos de un niño, tal vez un día se canse de dar cuerda porque se haga grande o porque le regalen otros juguetes que funcionan con solo apretar un botón. Pero mientras tanto aprovecharemos nuestros ciclos según vayan llegando. Muchas gracias por tu visita Ángel. Felices Navidades!!! Un fuerte abrazo!!!
Muy muy original. Se sale usted, Lagarto
Muchísimas gracias Meiga, pero yo ya no salgo hasta la próxima primavera… Feliz Navidad y un beso enorme!!!!
Hola, Juancho. Aquí podríamos incluir el eterno debate: ¿qué es mejor sexo con amor o sin amor?. Dado que el hombre de hojalata no tiene vida (a no ser literaria) quizás estemos hablando de una clase de onanismo. Si en esos momentos tan íntimos no media el amor, ¿no es algo automático?, ¿no tiene eso connotaciones onanistas?
Bueno, me estoy dispersando con estas disertaciones filosóficas, y todo para acabar diciéndote que has escrito un relato original, fantástico, entretenido y sorprendente. Enhorabuena, saludos y felicitaciones (por el relato y por las fechas).
Para no irme yo por las ramas, lo primero que quiero es agradecerte tu visita y tu amabilísimo comentario. Creo que tus reflexiones son muy interesantes, aunque yo no quería llegar tan lejos, o no al menos por ese camino, más bien mi reflexión era sobre si somos realmente dueños de nuestros actos o estamos manipulados por un plan preconcebido, si no formaremos parte de un engranaje bien diseñado en el que cada uno tiene una función determinada de antemano. Muchísimas gracias y feliz Navidad también para ti. Un fuerte abrazo!!!