19. CLIC (Javier Puchades)
Escuché: «¡Di pa-ta-ta y ya está!» —pero junto con el clic también le oí decir: «¡Amén!» —y la verdad, no entendí el porqué del amén. Si con decir que me había hecho la fotografía bastaba. Aunque lo cierto es que la mañana estaba resultando algo extraña. Todo sucedía de otra manera. Todo estaba cubierto de un peculiar silencio. Ni ladraban los perros ni se escuchaban las gallinas. Y luego estaba lo de taparme los ojos con una venda. Otras veces, cuando jugábamos en el corral a ¿cómo te gustaría fotografiarte si te murieses hoy?, no lo habíamos hecho así. Siempre nos poníamos algún ramo de flores o algún velo sobre la cara y nada más. Como mucho, en una ocasión cogimos el vestido de amortajar de la abuela, que guardaba en el cajón de su cómoda. Pero lo de la venda en los ojos era la primera vez.
Después del amén vino aquel silbido que cortaba el aire. Aquel impacto. Aquella quemazón. Aquel dolor. Aquel fundido en negro. Entonces, comprendí que aquel clic no fue el de su cámara de fotos.
No entiendo lo de pa-ta-ta pero si ese final que no esperaba y seguro dolió. Fue sin duda imprevisto.
Me dejaste pensando. Un abrazo y suerte.
Hola, muchas gracias por tu comentario.
Lo de pa-ta-ta es por la palabra típica que te hacen decir cuando te hacen una fotografía, para que parezca que sonríes. Por lo menos s lo que se dice por la zona por donde yo vivo.
Un abrazo.
Ese «clic», que se le llama disparo por algo, puede servir para inmortalizar a una persona en una fotografía, pero también, aplicado a un arma, o a una cámara camuflada como tal, para todo lo contrario, para quitar la vida.
Uno de los personajes, a punto de convertirse en víctima barruntaba, con esa intuición que las mujeres tienen por naturaleza, que algo extraño sucedía, aunque a veces no queremos acabar de creer las evidencias. No debe ser fácil asimilar, ni siquiera concebir, que alguien muy cercano sea capaz de una atrocidad así. El fotógrafo si que lo tenía todo claro y previsto.
Un relato intenso y bien narrado.
Un abrazo, Javier.
Suerte
Ángel, muchísimas gracias por tus acertadas palabras.
Un abrazo enorme.
Todo empieza como un juego infantil, con ese «pa-ta-ta» imprescindible para mostrar la sonrisa ante la imaginaria fotografía, pero al final nada es lo que parece. El niño que posa queda tan sorprendido como nosotros de las consecuencias de ese clic final.
Nos has relatado una gran historia, aunque sean unos pequeños los protagonistas.
Enhorabuena, Javier. Te felicito y te deseo mucha suerte.
Besos muy apretados.
Pilar, muchísimas gracias por tus palabras.
Has descrito con todo acierto lo que quería contar.
Muchos besos.
Madre mía, Javier… Siempre me dejas alucinada con tus relatos. Lo que empezaba con un inocente juego de niños acaba en tragedia.
Amén. Mucha suerte, un abrazo fuerte.
Aurora, muchísimas gracias pr tus palabras.
Un beso.
De un granito de arena, la ostra hace una perla, y tú de la fascinación que la muerte ejerce sobre algunos niños (hace poco leí un artículo sobre ello), sacas una historia con irisaciones que desdibujan la vida en muerte. Mucha suerte, Javier, para ese puente Clic.
Un abrazo
Hola, Paloma, muchísimas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Triste y hermoso
Hola, Lidia, muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho tu relato, Javier. Sorprendente y original.
Enhorabuena por la mención.