69. COFFEE & CIGARETTES (Javier Puchades)
Si fuese verdad lo que dicen de mí, sería la última persona sobre la faz de la tierra. Total por lo que ocurrió aquella vez…
Era una mañana soleada, aunque por la tarde jarreó. De haberlo sabido, no habría utilizado mi mejor cara para convencer a mamá de que limpiase por fuera los cristales del comedor, ya que conforme estaban no podía cotillear. Ella, decidida, se subió al alféizar. Yo la sujetaba por los tobillos. Entonces, apareció una abeja (que a qué mala hora puse flores) y la solté. Ella se tambaleó, pero pude agarrarla, lástima que con el aspaviento tiré una maceta al vacío con tan mala fortuna que golpeó en la cabeza del Anselmo, el del tercero, que estaba asomado fumando y allí se quedó. Se montó tal follón que acudieron: policías, bomberos, ambulancias… Menos mal, ya que cuando me llevaban detenida, se escuchó una explosión. Grité: “¡la cafetera!”. Con el jaleo, la había olvidado. Aquello hirvió, apagó el fuego y el gas… Y como mi Mariano tenía la costumbre de encenderse un cigarrillo al levantarse… pues que salió por los aires junto con el piso.
Ven cómo el fumar mata. Y luego dicen que soy gafe.
Javier, qué historia tan rocambolesca, y qué humor para tratarla tan bien. Suerte y saludos
Calamanda, muchas gracias por tu comentario. Si a mi protagonista le sucede de todo y cree que ella no tiene culpa de nada.
Aprovecho la contestación a este primer comentario para indicar que el titulo corresponde al título de una película de Cate Blanchet, y que viene como anillo al dedo a mi relato.
calamnda un saludo muy cordial.
Hola, vecinooo!!!
Jajaja.
Estás «sembrao».
Vaya cúmulo de casualidades, y luego echamos la culpa a los gafes!!! 🙂
Un abrazooooo
Amparo, muchas gracias por tu comentario.
A mi protagonista se le acumulan las casualidades, menos pensar si ella tendrá parte de culpa.
Un beso.
¡Vaya una serie de catastróficas desdichas tan bien hiladas! A pesar de la tragedia que se masca en el ambiente me has sacado una sonrisa. ¿Será por qué soy fumadora? Un abrazo, Javier, mucha suerte.
Macarena, muchas gracias por tu comentario. Aquí el tabaco mata, pero en segunda persona, jajaja.
Un abrazo.
Está visto que cuando tiene que suceder algo negativo, todo se confabula para que ocurra, da igual que se haga una cosa u otra o se deje de hacer. El tabaco mata, y no solo porque las autoridades sanitarias, por ley, lo adviertan así en las propias cajetillas, pero tu protagonista tiene la virtud de adelantar ese final anunciado y evitar sufrimientos innecesarios.
Un relato bajo una perspectiva muy divertida, en el que el humor negro es el hilo conductor de principio a fin. Está claro que el personaje trae la desdicha consigo, pero solo el lector parece darse cuenta, ella piensa que no es para tanto. Hay personas así, a las que nada perturba.
Un abrazo, Javier. Suerte
Ángel, muchas gracias por tu comentario, muy completo y acertado.
Con la cara que pone la protagonista está claro que nada le perturba.
Un abrazo enorme.
Una cadena de desafortunadas casualidades llevan al desenlace fatal. Así parece verlo la protagonista, que no admite responsabilidad alguna en lo sucedido y minimiza los hechos.
Cuentas la historia con un lenguaje desenfadado e hilarante, en el mejor estilo de humor negro, Javier. Ya sabemos que el tabaco mata -y las macetas, por muy naturales que sean las plantas-, aunque no de manera tan inmediata y explosiva.
Tras la lectura, la expresión facial de la imagen cobra un nuevo significado.
Un relato muy bien hilado y divertido, Javier. Suerte y besos.
Carmen, muchísimas gracias por tu comentario.
Creo que como dices he logrado un relato bien hilado y lleno de humor negro, todo causado por la buena fotografía que me lo ha inspirado.
Muchos besos.
¡Enhorabuena! No me canso de releer tu historia: perfectamente hilvanada (y mira que pasan cosas), bien cerrada (alarde pirotécnico incluido) y plagadita de humor. No podría pedirle más. Me encanta.
Gracias por haberla escrito. Suerte.
Muchas gracias por tu comentario. Si he logrado que pases un buen rato y agradable, ya me siento recompensado por haberlo escrito.
Un abrazo.
¿Y porqué a mí? dirá tu protagonista, solo fueron casualidades. Pero quedó bien claro que el tabaco mata. (y algunas cosas más)
gracias por el buen momento. Un abrazo y suerte.
Muchas, gracias por tu comentario. El tabaco mata y remata. Si has pasado un buen momento, ya ha valido la pena escribirlo.
Un abrazo.
Ay, Javier, me he reído cantidad con tu simpática cadena de casualidades no tan casuales. Lo que se puede formar en cuestión de nada por limpiar unos cristales en mala hora. Pero lo que está para ti, eso no te lo quita nadie. Estaba escrito en el libro del destino de esta familia que los acontecimientos se desarrollarían tal que así. Ni más ni menos. Me ha encantado. Ocurrente y muy, muy gracioso. Arrancar unas risas es lo mejor.
Muchos besitos y mucha suerte.
María José, muchas gracias por tu comentario. Tienes razón, la risa es la mejor terapia para todo.
Hay decisiones que más vale no tomar, por las consecuencias que pueden causar.
Muchos besos.