26. COMPRAS PELIGROSAS
–Y bien, ¿qué le ponemos al señorito? –pregunta el hercúleo buey de detrás del mostrador, blandiendo una macheta afiladísima.
El joven mira perplejo al nuevo carnicero del barrio. Y al resto de clientes, que aguardan su turno sin quitarle el ojo de encima y le señalan disimuladamente con las pezuñas. Se estira la barba, se limpia la frente sudorosa con la camisa y da unos pasos hacia atrás, buscando la salida con el rabillo del ojo.
–Hoy sin duda probaremos algo nuevo –improvisa–. Póngame un par de esas manitas. Pero retíreme antes los anillos matrimoniales, si no es mucha molestia. Me produce… ¡fobia el compromiso!
Un mundo al revés donde los habituales depredadores son las presas., algo que se empieza a entrever en algunos detalles, pero que queda claro al final de este relato, que bien podría ser un sueño-pesadilla.
Un abrazo y suerte, Ignacio
Me parece que si, que es un mundo al revés. Imagino las manos con los anillos y me da toda la “angurria del mundo”
Consigues erizar nuestras delicadas mentes de dueños del mundo.
¡Guauu!! Me encanta la escena. Gran sorpresa la de ese humano al encontrarse con ese carnicero y esa clientela. Jajajaja, justicia poética , un poco bestia no exenta de humor negro.
Un ssludo
Ay, que mal rollete da. Se veía venir algo así (el buey, las pezuñas…) pero la visión de los anillos me ha dejado patidifusa. Y eso que no tengo fobia al compromiso.
Un abrazo y suerte.
Según he terminado de leerlo me he acordado de un libro que terminé la semana pasada: ‘Cadáver Exquisito’ de Agustina Bazterrica.
Inquietantes ambos dos. Relato y libro.
Mucha suerte.
Cuando menos, produce desasosiego. Luego llega el final, y ya no sabes si sonreír ante el giro hacia el humor negro o escapar corriendo.
Un micro donde el mundo está subvertido: en esa carnicería atendida por un buey, son los animales quienes compran humanos troceados… Imaginar la cara de esa cabra o ese chivo con fobia al compromiso (imaginé que lo es por el detalle de la barba larga), mirando espantado esas manos con los anillos matrimoniales aún puestos, me hace ver todo en perspectiva… ¡Incluso me dan ganas de volverme vegatariana!
Un micro de humor negro que gusta e impresiona a partes iguales…
Muy bueno, Ignacio, te felicito.
Un abrazo,
Mariángeles
Uf, fobia al compromiso no sé, pero a esas manitas con anillos… ¡Qué yuyu!… Mucha suerte. Un abrazo fuerte.