56. Confusión transitoria (fuera de concurso)
Alguna razón habrá para que mamá y papá mirlo te miren desconcertados. Todo va tan rápido que te cuesta asimilarlo. Un día estás en un canastillo bajo la mirada feliz de tus padres, y al poco eres tú quien contempla embobado a su propio bebé. No tardarás mucho en velar a tus mayores en su lecho de muerte, ni tampoco tus hijos en hacer lo mismo contigo. Es la noria de la vida, arrastrándote con ella en su eterno girar. No esperabas volver a hallarte indefenso y bajo la protección paterna. Comenzar de nuevo el ciclo. Y mucho menos que esta vez, en lugar de llorar, tuvieras que piar.
Tu protagonista comenzó siendo humano, pasando por todas las fases propias de esta naturaleza. Finalizado su ciclo vital volvió a reencarnarse, solo que en un ave. Algo debió de hacer mal en la primera existencia para haber descendido algún peldaño en el escalafón de las especies, siempre que consideremos que pertenecemos a la más avanzada. El caso es que ha de comenzar de nuevo y bajo otras circunstancias. Esa confusión que siente, transitoria, han de ser visiones de su vida anterior, que seguramente termine olvidando, bastante tendrá con sobrevivir en la naturaleza, buscar pareja, tener descendencia, etc.
Tus relatos siempre son interesantes y originales, Enrique (espero haber interpretado este más o menos correctamente), como siempre es un placer leerte. Yo me alegro siempre de hacerlo.
Un abrazo
Hola, Ángel. Tu interpretación del relato, como de costumbre, es perfecta. Soy yo quien ha hecho una libre aplicación de las teorías sobre la reencarnación, haciendo que el que en su anterior vida fuera una persona en esta sea un pájaro. Esperemos que su mente elimine pronto los residuos que guarda de la otra existencia y se haga pronto a su nuevo papel en la naturaleza. Muchas gracias por tu atención, impagable, y todo lo bueno que ella supone. Un fuerte abrazo, amigo.