09. CONJUNCIÓN MALDITA (Ángel Saiz Mora)
Salud, trabajo, pareja y amigos, todo cuanto un hombre puede desear no garantiza la ausencia de un “pero”, siempre hay uno. El mío era una inquietud arrinconada en el interior. Hubiese dado cualquier cosa por dedicarme profesionalmente a la escritura, pero antes debía asegurar el sustento. La mayor parte de mis energías se las llevaron estudios y duras oposiciones. Era consciente de mi verdadera vocación, pero no me quedaba tiempo después de las agotadoras jornadas laborales, de las horas extras para pagar la hipoteca.
Personaje de una novela impuesta, traté de taponar frustración y ansiedad con comida insana y tabaco a todas horas, pero fue en vano. Irascible algunas veces, melancólico otras, mi carácter se deterioraba al mismo tiempo que la salud, sobre todo el corazón. Un día me sobrevino un dolor letal en el pecho.
En mi cama duerme ahora otro hombre. Él y mi mujer han logrado lo que yo no supe hacer, un hogar razonablemente feliz, que no por ello está libre de un “pero”.
Nunca suben al desván, donde se ha quedado a vivir un frío que no saben explicar; aunque lo inquietante, dicen, es cuando parece que alguien teclea la vieja máquina de escribir.
Sublime tocayo, y no menos sublime el comentario de nuestro apreciado amigo Juan Pérez, que como buen sabio, ha calado desde un principio la maestría en la que se talla esta JOYITA (pongo el diminutivo por pertenecer al género micro, aunque escribo con mayúsculas). Mis respetos a ambos.
Los comentarios de Juan son un lujo en sí mismos, dignos de ser conservados, para recurrir a ellos en los momentos bajos. Como bien sabes, no hay nada más gratificante para los que tenemos la osadía de juntar letras, no sé si con pretensión, que ser leídos con criterio y cariño. Por ese mismo motivo agradezco mucho también tus palabras.
Un abrazo, tocayo
Nunca dejas de asombrarme, Ángel. Cada nuevo retoño proveniente de tu firma justifica plenamente que todos te consideremos un Gran Escritor. Este nuevo ejemplo es, como han dicho Juan y Barceló, una verdadera JOYA del arte de la escritura. Por favor, no pongas nunca un «pero» a tu imaginación y buen hacer; hazlo por todos los que nos deleitamos con tus mágicas obras.
Besos.
No puedo negarlo. Tus palabras me satisfacen y las agradezco de corazón, aunque me vengan un poco grandes. Ya debe de sonar recurrente, pero quiero decir que sólo me considero uno más, entre cientos, de los que intentan y experimentan, que tratan de dar forma a una inquietud interior para explicar el mundo a fuerza de crear otros; un aprendiz constante, que tiene en tus letras, sin ir más lejos, un lugar al que visitar para tratar de mejorar el propio caudal, no sé si grande o pequeño.
Muchas gracias, María José. Besos
Los que somos un poco pesimistas por naturaleza solemos abusar del «pero» coartándose, aún más, algunas de nuestras escasas iniciativas. Aquí, parte de esos «pero» parecen ser «reales», al irlos marcando el decurso de la vida. Cuando tratamos de evitar ese camino lleno de impedimentos, pasa lo que pasa (sea eso lo que sea), impidiéndonoslo. Me ha gustado y ese turbador final parece poner las cosas en su sitio, aunque sea en el más allá. Enhorabuena, Ángel. Un saludo y suerte.
Dicen que al final la vida pone a cada uno en su sitio, aunque en este caso, el protagonista ha tenido que ir más allá de la existencia para poder dar rienda suelta a su verdadera pasión, aprisionada por convencionalismos impuestos. Tienes toda la razón, esos «pero», a veces, los generamos nosotros mismos con nuestra actitud; otras, no hay que convocarlos, ya llegan ellos solos. Sólo hay que pedir que, bien por impedimento fabricado por nuestro inconsciente, o por obstáculos auténticos que vienen de fuera, sepamos hallar caminos y momentos en los que dar rienda suelta a aquello que realmente queremos.
Muchas gracias por tu amable comentario y un saludo, Jesús
«Pero sigo aquí» podría titularse la novela póstumo-fantasmagórica de este buen señor escritor frustrado. Leo lo que cuenta y me vienen a la mente varios refranes, principalmente «Más vale tarde que nunca» y “Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusa”, pero sobre todo un título que aparece en la película «Escalofríos» que, sin desmerecer el presente título, bien podría titular su propia historia: «La venganza del chico invisible» 😉
Me encantó tu conjunción maldita, ÁNGEL querido.
Cariños,
Mariángeles
Los refranes siempre tienen una carga importante de sabiduría, como también esa amiga que presta atención a mis humildes letras y me hace disfrutar con las suyas. Si he coincidido de alguna forma, en esencia, con unos y otros, refranes y amiga, doy el objetivo por cumplido y cambio el adjetivo de la conjunción del título por «bendita».
Muchas gracias, Mariángeles. Ahí te mando un abrazo capaz de cruzar un océano.
Apreciado Ángel.
Contigo no funciona la adversativa. Con cada nuevo impulso te propulsas a la estratosfera literaria. El escritor y hombre frustrado que sufre los reveses de la vida y que se venga luego de fantasma con ese frío… Mi más que muy enhorabuena. Y un gran abrazo.
Vamos a pedir que los sueños se cumplan, aunque sea un poco a destiempo y en otra dimensión. Bien está lo que bien acaba, o eso dicen, aunque nada es perfecto y siempre hay «peros», ya se sabe.
Muchas gracias, Eduardo. Otro abrazo grande para ti.
La vida está llena de adversidades y de conjunciones adversativas. Y partiendo de esta premisa, has construido un relato magnífico, Ángel, en el que se constata el proceso de degradación progresiva y absoluta del protagonista, superado por la incapacidad de lograr sus sueños ; y esa transformación del protagonista, paradójicamente, es lo que convierte al relato en una pequeña obra maestra.
¡Muy bien!
Todo nos afecta, alegrías y penas, y en especial todos los «peros» que la vida se empeña en colocarnos delante. Por más que nos digan, épicamente, que nada es imposible, hay alguna adversidad que se prolonga en el tiempo sin que pueda subsanarse, que termina por horadar la piedra más dura. Nada peor que la frustración.
Me alegra mucho que te haya gustado, Carles.
Un abrazo grande
Me ha encantado esta historia sobrenatural que cuenta de la pasión que al final acaba consumiendo al escritor. La necesidad, sobre todas las cosas e incluso sobre la muerte, de seguir escribiendo.
Magistralmente escrito.
Ya es triste que haya que morirse poder sacar tiempo para escribir. Es una actividad solitaria y absorbente, que requiere un espacio propio que no siempre somos capaces de otorgarle. Esperemos que, pese a las limitaciones de tiempo de cada uno (yo cada vez estoy más limitado) no tengamos que llegar al extremo del protagonista a la hora de dar salida a su afición, inquietud o necesidad.
Agradezco mucho tus palabras, Paloma. Un abrazo
Me parece un relato elegante, rotundo, genial, redondo… Sin «peros».
Me ha sorprendido el relato. No me sorprendes tú, porque sé que cuando voy a leer algún relato tuyo, me va a gustar. Hasta ahora no me has defraudado ninguna vez.
Y escribiendo, tampoco.
Dos abrazacos fuertes, como siempre.
Siempre hay un «pero», Isidro; este relato seguro que los tiene, y su autor ni te cuento, pero ahí andamos, tratando de superarnos cada día.
Tú si que no defraudas nunca. Al decir que tengo la suerte de conocerte se produce una clara excepción a la regla que dice que siempre tiene que haber un dichoso «pero», porque contigo no son posibles.
Muchas gracias y otros dos abrazacos para ti, campeón.
Amigo Ángel, voy a ser algo escueto en mi comentario y añadiré un único «pero»: ¡¡Pero… qué gran escritor eres!!
Leyendo tu historia nos descubres tu habilidad, conocida por quienes te admiramos, para que nos lleves por un camino meticulosamente diseñado y soltarnos, casi al final del texto, cuál es el último «pero» de los que en cada párrafo has ido introduciendo con maestría (en el primer párrafo hay tres, aunque también es el más extenso, como párrafo introductor que es). Llama la atención que en el último párrafo, el clarificador del microrrelato, no aparezca ningún pero. Obviamente ya no era necesario…
¡Enhorabuena, maestro, por este ejemplo de narración en corto!. Y ya sabes bien que nos seguiremos leyendo. Yo, con verdadera devoción por tus magníficos textos.
Un abrazo fuerte, sin pero alguno.
Es difícil imaginar mayor «pero» que la muerte, aunque si se concibe como única salida a una situación extrema, además de como solución para poder hacer lo que siempre se quiso y no se pudo, bienvenida sea esa conjunción, como bienvenidas son para mí siempre tus palabras, no sé si las merezco, pero yo te lo agradezco de corazón. Tampoco sé si puedo decir que soy escritor. Como tantos, disfruto y aprendo con las letras, tanto con el ejercicio propio como con la lectura de las de otros, entre los que tengo la suerte de que estés tú.
Muchas gracias, José Antonio. Ahí va mi abrazo, libre de todo «pero».
Enhorabuena, Ángel. A veces un micro es capaz de describir toda una vida, pero… tú vas más allá, con tu personaje. Genial y con un final perfecto
Creemos, llevados por una vanidad no reconocida, que nuestras vidas son tan interesantes y llenas de acontecimientos que cualquier biografía debería ser muy extensa, cuando en realidad la mayoría pueden sintetizarse a grandes rasgos en un puñado de líneas. En realidad, gran parte de la existencia es rutinaria y repetitiva. Ha sido necesario que se rompiera ese círculo, en el caso de nuestro protagonista, para que pudiese introducir lo que de verdad le importaba.
Muchas gracias por tu amable comentario y un saludo, Alberto.
Pero qué buena historia y qué bien escrita, Ángel.El título y el párrafo final me encantan. Es un placer leerte siempre. Un abrazo.
El placer es tener la suerte de que alguien como tú esté dispuesta a leer las cosas que se me ocurren. También tengo la fortuna de poder leer lo que tú escribes. No me puedo quejar, la verdad.
Mil gracias y un abrazo, María José
Muy buena historia, Angel!! 🙂
No podemos dejar que nos arrinconen en el desván junto con nuestros sueños (la máquina de escribir). El tema pedía que fuera sobre escritor y/o personaje, pero puede perfectamente aplicarse a cualquier otra profesión u otro sueño frustrado. Excusas, excusas!!!
Todos tenemos un sueño que nos encantaría cumplir. Este que relatas lo tenemos muchos de los que escribimos aquí y allá. Sin embargo, y por desgracia, nos vemos incapaces de cumplirlo por todo tipo de factores o «excusas»: miedo, desconfianza, creemos que es utópico…o simplemente nos cargamos de responsabilidades que nos quitan tiempo.
Suerte, Angel. Besotes
Nunca hay que dejar de perseguir los sueños, aunque no les quede todo el espacio que quisiéramos y merecerían. Es una lucha tremenda y constante, llena de impedimentos que limitan, y de qué forma, pero ello no es motivo para abandonar. Algo se puede hacer, algo se debe intentar.
Muchas gracias y besotes, Olga
¡Qué bueno Ángel! Un relato sin «peros» que valgan. Con toda la intriga y la sorpresa final. Un gran abrazo
No sabes cuánto me alegra que algo que yo pueda hacer le guste a alguien que tanto me hace disfrutar, con sus letras, conocimientos y forma de proceder.
Mil gracias, Jero. Ahí va otro abrazo grande para ti
Ángel, muy buena la historia y tu forma de contarla. Enhorabuena tambien por -Tiempos mejores- ganó la semana pasada en Radio Castellón. Suerte y saludos
Muchas gracias por la atención que veo que prestas a mis letras, es lo que todos buscamos, en mi caso desde luego, que nos lean.
Muchas gracias y saludos, Calamanda
Sólo por tener la oportunidad de leer un comentario como el tuyo ya merece la pena escribir. Agradezco mucho tu lectura detallada, tu punto de vista siempre enriquecedor, lleno de matices. Los fantasmas, según se dice, son almas en pena que no han podido descansar como corresponde a su condición a causa de una inquietud pendiente. En este caso, tal vez, el protagonista está disfrutando al poder por fin darle salida, pese a que nadie llegue nunca a leer lo que hace y con su actividad invisible, aunque audible, sólo logre crear desasosiego en los mortales que son testigos de ella y carecen de elementos para explicarla.
Gracias de nuevo y un abrazo fuerte, Juan
Que bueno, Ángel!!! No si cuando se tiene el vicio de escribir… Me encanta ese fantasma inspirado!
Simplemente GENIAl.
Placer leerte. Abrazo 🙂
Tú sabes bien que escribir es un vicio de difícil erradicación. Aunque se le sepulte durante media vida con una realidad asfixiante, antes o después, termina por salir.
Mil gracias, Manoli, por tu visita y por tus palabras. Un abrazo
Hola, Ángel. Esto es un saludo y un abrazo, tengo que descansar un poquito y no voy a leeros, aunque quisiera. Pero leo los comentarios, los contesto y desde luego os voy a saludar.
Muchos besos
Lo primero es la salud, Inés. Cuídate mucho y no te preocupes de más, que hay confianza.
Gracias por tu visita y muchos besos para ti también
No solo uno, sino muchos peros tengo que ponerle a tu relato Ängel:
– pero, cómo lo haces para narrar tan equilibradamente
– pero, cómo consigues interesarnos en un personaje que en los primeros párrafos no habla sino de vida anodina y frustración
– pero, cómo gira el relato y, verbigracia, nos ofrece a vista de pájaro una cama ocupada por otro hombre que no es él y, de pronto, el relato trasciende
– pero, cómo consigues que uno quede en el desván oyendo las teclas escribir y sienta la presencia fría de quien no está
– pero, solo un pero a tanto pero que tengo que ponerte, cómo lo haces para que parezca fácil escribir cuando no lo es
Un abrazo, Ángel, que me bajo del desván, que estoy helado.
Una lectura detallada de alguien que siempre ofrece buen criterio en sus análisis, además de una capacidad brillante para la expresión escrita. Lo recibo como un regalo, que espero saber valorar en lo que vale y que no puedo por menos que agradecer de corazón.
Comprendo que quieras salir pronto de ese desván inquietante y agradezco de nuevo tu visita.
Un abrazo
Un anhelo, una pasión adormecida y arrinconada en su mente por las cartas que le ha impuesto la vida. Pero cuando acaba su breve partida sus dedos libres teclean al viento, ¡por fin ha encontrado su hogar! Buenísimo, Ángel. Abrazos y suerte.
Dicen que el hogar está allí donde nos encontremos bien. Él necesitaba dar salida a su inquietud, algo que se le había negado sistemáticamente y terminó por matarlo, aunque en realidad es cuando empezó a vivir de verdad.
Muchas gracias, Salvador, me alegra que te haya gustado. Abrazos también para ti
Coincido completamente con la opinión de los que más arriba te catalogan como gran escritor, Ángel. Tus historias son siempre rotundas y sin fisuras argumentales, además de estar contadas con gran estilo. Esta en concreto a mí me deja sabor a relato clásico decimonónico, y no solo por sus ingredientes góticos y de terror, sino por el tono de su narración, en mi opinión de un marcado aire romántico. Aunque pienso que su mayor acierto está en ese «pero» que te sacas de la manga y que conviertes en el tema principal y en el hilo conductor de la trama.
Gran propuesta en definitiva, amigo, que se lee con disfrute y se queda en el recuerdo.
Enhorabuena y mucha suerte.
Un abrazo
Existen variados motivos para escribir, cada persona tendrá los suyos, lo que es seguro es que los que nos metemos en esta aventura lo tratamos de hacer lo mejor posible. De verdad que no sé si me acerco a lo que me gustaría, aunque si te soy sincero siempre pienso que no es así y que me queda mucho. Sin bajar nunca la guardia en una mínima auto exigencia, quiero decirte que agradezco mucho tu comentario, que anima y de qué manera a continuar con esta pequeña locura que compartimos.
Un abrazo, amigo Enrique. Gracias otra vez
Cuántas veces esos “peros” deciden por nosotros, cuántas nos limitan y cortan nuestras alas.
Una conjunción, como bien dices, maldita.
Son los vicios mayores los que entonces se presentan ante la negación de no ser lo que se desea.
Hay quien logra sus sueños y quien en la postrera sombra teclea una vida que dejó de sentir por vivir en un “pero”.
Siempre sorprendes con tus letras. Es un gusto leerte Ángel.
Un abrazo enorme.
Leerte a ti si que es un gusto, además de un lujo, este comentario es un claro ejemplo de ello. No se puede decir más ni mejor, con ese toque poético que forma parte de tu naturaleza.
Mil gracias por pasarte y por tus amables y hermosas palabras, que merecerían enmarcarse.
Un abrazo enorme, Belén
Ni un solo pero: ¡genial!
Este relato viene condenado de serie, ya trae los «peros» puestos, pero yo agradezco mucho que no le hayas añadido ninguno más.
Muchas gracias por tus palabras, Edita. Un abrazo
Ángel, a veces la vida no deja de poner «pero» en nuestro caminar impidiendo que podamos hacer realidad nuestros sueños. Tu protagonista al final, a pesar de todos los «pero» ha conseguido su sueño, aunque sea de un forma sobrenatural.
Siempre hay que luchar por conseguirlos «pero» sin dejarnos la vida en ello. Hay que vivir la vida, mañana será otro día.
Con tu historia me has dejado el vello de punta, sin «pero» que valga.
Un gran relato, como ya nos tienes acostumbrados. Enhorabuena, amigo.
Besos apretados.
Lo has dicho muy bien, hay que luchar por eliminar esos «pero», aunque sin dejarnos la vida en ello ni obsesionarse. Perder la propia vida es siempre el precio más alto que se puede pagar, creer que puede haber algo a cambio que lo merezca es para pensárselo, aunque se trate de lo que más se anhela.
Agradezco mucho tu amable comentario y tu visita, Pilar. Más si cabe en estos momentos.
Muchos besos
Sin duda, una historia magníficamente encontrada que desarrollas, como es habitual en ti, con un envidiable equilibrio. Un relato estupendo, Ángel, enhorabuena.
Un abrazo.
Tratar de encontrar una historia que pueda resultar interesante, y desarrollarla de una forma digna, es lo que siempre nos proponemos, no sé si con éxito. Lo que si puedo decirte es que resulta muy grato para mí que te haya gustado, Eduardo.
Mil gracias por tus palabras y un abrazo
Dice mi madre que los fantasmas son almas en pena, con asuntos que han dejado pendiente por realizar en la vida. Es muy triste que al personaje de tu historia los “peros” impidieran que se dedicara a su pasión. Después de muerto lo hace, pero ahora provoca miedo. Este es otro excelente relato que sale de tu inagotable imaginación, muy bueno. Suerte Ángel.
Saludos.
Todos conocemos a algunas personas el día parece tener más horas que para el resto, aunque puedo asegurarte que no es mi caso, ni el de la mayoría de quienes frecuento (lo cual, tampoco consuela). Eso de que hay tiempo para todo algunos no acabamos de creérnoslo. Son muchas las inquietudes que queremos satisfacer, pero también son múltiples y poderosos esos dichosos «peros». Lidiar con ellos o tratar de esquivarlos es ardua tarea.
Agradezco mucho tu atenta lectura y tu amable comentario.
Un abrazo, Beto
(Quise decir «para quienes el día»)
Pero que buena historia, Ángel.
Un frustrado escritor nos cuenta su vida, y al final con un giro inesperado, su muerte también! Parece que en el más allá podremos seguir desarrollando nuestras aficiones 🙂
Bueno, mejor lo hacemos en este mundo por lo que pueda ser. Nosotros estamos encantados con que tú lo puedas seguir haciendo y nos regales textos como este.
Un beso.
El pobre hombre tuvo que morirse para disponer de tiempo en el que cultivar su afición. Como bien dices, mejor será que tratemos de hacer en vida lo que las circunstancias nos dejen, no sea que luego tampoco sea posible.
Mil gracias por tu visita y por tu amable comentario, Carme.
Otro beso para ti
Bravo bravísimo por tu historia, me parecido original y muy bien narrada…¡sin peros!
Y yo me alegro mucho de que te haya gustado y agradezco infinito tu visita y tu comentario.
Un abrazo, Reve
En la conjunción y en la adversidad, sí quiero.
Totalmente enamorada de tus historias, Ángel.
¡Enhorabuena!
Siempre tienes las palabras apropiadas, Margarita, nadie hace magia con ellas mejor que tú.
Muchas gracias por tu visita y un abrazo
Hola, Ángel.
Qué bien y cuánto me identifico con ese personaje que no tiene tiempo para hacer lo que le gusta.
Vaya relato ganador te has sacado de la chistera como un mago.
Me gusta el transcurrir de la historia. Al principio, parece alguien normal (fíjate, un funcionario) que necesitaría más tiempo para dedicar a su pasión de escribir.
Luego, esos malos hábitos que se lo llevan por delante. También podría ser.
Pero ese final solo se le podía haber ocurrido a Ángel Saiz, el escritor. Lo digo yo y lo demuestra ese último párrafo de tu micro: el que convierte una narración correcta en una historia fantástica que debe subir a lo más alto.
He venido tarde, pero me he quedado encantada: «lo inquietante, dicen, es cuando parece que alguien teclea la vieja máquina de escribir», maravilloso, de verdad.
Besos y a disfrutar Valencia.
Mucho me temo que esa falta de tiempo del personaje es un mal común a muchos de nosotros, que hemos de compartir nuestra afición (o adicción) por la escritura con múltiples actividades que consumen nuestros días. Al menos tú sabes aprovechar bien el tiempo que tienes, a la vista está en cuanto se te lee. Quién sabe si este problema de escasez podrá tener solución cuando parece que todo termina. Por qué no imaginar esa otra vida, que llaman eterna, exenta de obligaciones, un papel blanco e infinito en el que satisfacer aquello que no pudimos cuando estábamos sujetos a la existencia tangible.
El tiempo que has empleado, tu atenta lectura, el que te haya gustado y tus palabras es para mí un premio enorme.
Mil gracias y besos, Towi
Todo dicho. Un relato que seguro va para el libro.
Felicidades Ángel y mucha suerte.
Se me olvidaba. Un libro de un buen escritor y amigo canario. La otra vida de Ned Blackbird, Siruela 2016.
«La otra vida de Ned Blackbird, una fábula de fantasmas muy literaria, muy medida, muy calculada, como si el delirio exigiera más orden que el crimen De noche lo despierta el teclear de una máquina de escribir procedente de una habitación en la que no vive nadie: “Había venido a dar, como en uno de esos thrillers sobrenaturales, con algo así como una casa encantada”.
Seguro nunca hay nada, María, tampoco en ENTC, donde se concentra tanta calidad, como bien sabes, pues te incluye, pero agradezco mucho tus palabras y me alegro de que te haya gustado.
Por otro lado, no conozco ese libro ni a su autor, pero el argumento tiene una pinta estupenda y esa editorial es garantía de calidad.
Gracias otra vez y un abrazo
Tu narración no tiene ningún «pero», Ángel. El cierre con esa vieja máquina de escribir tecleando desde el desván, me ha puesto los vellos de punta.
Suerte y abrazo
Ya no estamos acostumbrados a ese sonido mecánico, que nada tiene que ver con el que emiten los teclados de nuestros ordenadores cuando los utilizamos, mucho más discreto. Seguro que hoy día nos llamaría la atención y nos produciría cierta nostalgia. En el caso de este relato, ese sonido puede sobrecoger, al venir accionado desde la ultratumba.
Muchas gracias, Anna. Un abrazo
Excelente, como siempre, maestro. Excelente. Bravo. Me ha encantado porque me llega, como a muchos, supongo. Un abrazo agradecido.
Me alegra mucho que te haya gustado, María. Al menos, es lo que intentamos, tampoco pedimos más, porque ya es mucho.
Mil gracias por tu visita y un abrazo