18. CONTRA RELOJ (Margarita del Brezo)
El sonido del cucú marca el pistoletazo de salida. Desde su posición privilegiada, el reloj de la torre controla la carrera y los espectadores aplauden entusiasmados con sus manecillas.
En la segunda vuelta, el carrillón es amonestado por golpear con su péndulo oscilante al joven reloj de pared que trata de rebasarlo. Minutos después, suena la alarma: el reloj de arena tiene que abandonar por fuertes dolores intestinales; el exceso de sudor le ha provocado una grave oclusión y es trasladado de urgencia al taller.
Los corredores entran en la recta final muy igualados. El analógico parece tener cuerda para rato mientras que el digital hace números para controlar el esfuerzo. El de sol comienza a retrasarse cuando una nube traviesa se cuela en el cielo. Al fondo se puede ver ya al cronómetro esperando y en las gradas estalla un auténtico clamor de tic tac, timbres y campanadas con el esprint final. Gana por la mínima un desaliñado reloj de bolsillo.
Y pensar que su dueño lo había desechado porque adelanta…
Sumamente original tu micro, Margarita. Desde luego, cronometrar es un verbo que se conjuga cada vez que un deportista quiere competir o, simplemente, entrenar. Me ha encantado. ¡Enhorabuena!
Un fuerte abrazo.
María José
Muchas gracias, María José. Yo voy a utilizar tu comentario y tu abrazo para mantenerme en forma.
Vaya un abrazo de vuelta.
Curioso y muy logrado muestrario. AL ganador, solo le queda celebrarlo, tomándose su tiempo, con unas clep»sidras». Suerte y un saludo, Margarita.
Jesús, me temo que poco puedo añadir a las palabras de JuanPérez. Con comentarios como el tuyo, y respuestas como la suya, lo mejor es unirme a la celebración y brindar con vosotros.
¡Muchas gracias!
Un saludo
Original, divertido y bien narrado. El 18 ya cotiza fuerte en las apuestas.
Suerte, Margarita.
Gracias, Rafa. Me alegra y me llena de orgullo tu comentario.
Un saludo
El relato funciona preciso como un metrónomo. Su final lo redondea. A mi me parece lo másoriginal y brillante que he leído en este mes.
Si hay que correr, al menos que sea divertido.
Muchas gracias, Modes.
Una competición protagonizada por relojes, cada cual con su característica, que es, sobre todo, una carrera contra el propio tiempo, literalmente. Está muy bien que gane la maquinaria de bolsillo, por algo adelanta, pero sobre todo porque fue desechada y así se cumple aquello de «los últimos serán los primeros».
Sumamente entretenido y original, en tú línea, al más puro estilo Margarita.
Un abrazo y suerte
Creo que sin darme cuenta me he inspirado en las carreras que me pego yo últimamente, y es que el tiempo se me escurre entre los dedos y no es que llegue la última, es que directamente no llego.
Tú entiendes mucho de «primeros» y, aunque no siempre estoy en la meta para aplaudirte, bien sabes cuánto me alegro.
Muchas gracias, Ángel.
Un abrazo
Mola, original, fantástico, de los que me gustan.
Motivador comentario para seguir aprendiendo.
Gracias, Lorenzo.
Margarita, no puedo expresar lo que me ha gustado la originalidad, escritura, título y culminación de esta verdadera obra de arte.
De verdad, creo que va a ser de lo mejor. Para mí ya lo es. Fantástico.
Un beso.
Mi querido Pablo: si hay alguien que sabe hacerse entender, incluso sin palabras, eres tú.
Gracias porque siempre estás acompañando y animando en la carrera.
Un beso
Muy simpático y ocurrente. Bien contado y sin flecos o lagunas. Genias. Y felicidades por el texto. Una gozada poder leerlo
Muchas gracias por tu entusiasmo, así es más fácil ponerse el dorsal y echar a correr.
Un saludo
¡Ay, como me gusta tu fantasía, Margarita! Y ese toque de humor con el que sueles redondear tus relatos. Me declaro incondicional admiradora y te auguro buen resultado este bimestre. Un beso.
Como decíamos de pequeñas… «pues anda que tú». Pues eso, que mi admiración por ti viene de tiempo, y me inclino a tus pies de página.
Gracias, Belén.
Un beso
Una vez más, pareces dar vida a lo inanimado desde el otro lado del espejo, en un mundo que sólo ves tú y que magistralmente nos describes como sacado del sueño de un niño.
Tu relato es una auténtica obra de orfebrería, cincelada con ingenio y engarzada en una estructura narrativa de muchos kilates. Fantástica la idea e inmejorable el desarrollo. He disfrutado como un enano leyéndote, Margarita.
Sinceramente creo que merece de largo acabar en papel.
Un abrazo.
Solamente por leer tus comentarios, merece la pena escribir algo; pronto se darán cuenta en esta web también si es que no lo han hecho ya.
La idea la tenía rondando hace bastante tiempo, pero no me convencía nada de lo que escribía; al final los Juegos Olímpicos me parecieron una buena ocasión para seguir intentándolo y terminar así con el persistente ruido del tic tac que tenía en mi cabeza. Y una «tonta curiosidad»: en cuanto decidí poner el punto final a la carrera de relojes, se me paró el que llevaba puesto.
Resumiendo, que cuando tú disfrutas como un enano, yo me siento como Blancanieves. Y el cuento continúa.
Un abrazo, Antonio, y mil gracias.
Margarita, coincido con los compañeros: original muy bien escrito. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Buscaba ese punto de originalidad y me alegra que, no solo lo hayas encontrado, sino que también me lo hayas dicho.
Saludos
Originalísimo, divertido, con un final hilarante. ¡Genial, Margarita! Abrazos y mucha suerte.
Hay días que tengo la sensación de que todos los relojes se adelantan y voy perdiendo horas por el camino, ¡y me pongo de los nervios! Así que mejor buscarle el lado divertido.
Gracias, Salvador.
Un abrazo
Hola Margarita.
Me ha encantado tu relato, que tiene pinta de adelantarnos a todos…(ni se te ocurra desecharlo…;-))
¡Enhorabuena!
No te creas, Gabriel, estos relojes modernos se paran sin previo aviso; pero, antes de desecharlos, probaré a cambiarles la pila 😉
¡Gracias!
Un estupendo relato que rebosa originalidad y que además anda muy bien tratado es sus ketras. Mucha suerte !!!
¡Qué bien, Juan Antonio! Gracias por prestarme un poco de tu tiempo.
Un saludo
Gracias, Ana. El tiempo lo dirá, si no deja de correr.
Un saludo
Tener un reloj de cuco es una de mis fantasías; estoy casi convencida de que con el tiempo se hará realidad. Y otra es conseguir que ciertos «escribientes» de esta página comenten alguna vez alguno de mis relatos, y ¡mira por dónde! el tiempo empieza a llegar a la meta.
Un placer, JuanPérez.
Una carrera de letras medida por el tiempo de la era de los relojes. Cada uno con su alma, con su mecanismo, con la esencia de los segundos para hacerlos vida. Igual que tu fantástico relato. Una maravilla cronometrado letra a letra con esmero, dedicación y acierto
Es una gozada leerte, siempre desprendes una ternura especial en ello.
Un beso enorme preciosa.
Creo que es tiempo de podium…
Tienen algo mágico los relojes, con esa precisión para medir el tiempo con tanta imparcialidad, independientemente de que sea un instante eterno o pase en un periquete.
Me alegra que te haya gustado, MªBelén, y me encantan tus comentarios, ¡gracias!
Un beso grande.
Esta carrera del tiempo desborda por su originalidad, muy precisa como el tic tac con que se mide. Tal como tu ganador, te adelantas en merecimientos.
Un gran abrazo y suerte.
El tiempo no se cansa de correr y a veces resulta agotador, pero que no pare.
Muchas gracias por tus palabras, Moli.
Un abrazo grande.
Hola, Margarita.
Cucú, rejoj, carrillón, reloj de pared, de arena… Todos están en tus olimpiadas del tiempo. Deliciosa forma de dar tu visión del tema del mes. Soy fan de los relojes y de este micro trabajado al milímetro (al minisegundo).
Felicidades, reguapa, me encanta.
Un abrazo grandísimo.
No me extraña que te gusten los relojes: tienen todo el tiempo del mundo para hacer lo que más les gusta, entre otras cosas, leerte y disfrutar.
Gracias por tu comentario y por tu entusiasmo «recontagioso».
Un abrazo, Towanda.
¡Enhorabuena, Margarita! un relato genial…, una vez más. Seguro que, en la meta el reloj atómico premiará tu inagotable ingenio con la medalla de oro al mejor tiempo. El resto sólo aspiramos al segundo puesto, jajaja.
Un fuerte abrazo.
Mira tú, me olvidé del reloj atómico así que seguro que se ha mosqueado y no me da ni la hora 😉
Reconozco que juego con ventaja, Luis Jesús: tengo un montón de relojes, aunque entre los que adelantan, los que atrasan y los parados… Ni se te ocurra dejar de aspirar.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Bueniiiisimooooo!!!! Y además muy original!!!! Genial!!!!
Veo que estás muy bien ‘sincronizada’ 😉
1 abrazote bien grande!!!!
Con comentarios tan exclamativos y cariñosos lo que estoy es emocionada, ruborizada, acalorada y totalmente integrada en el mundo de las «hadas» 😉
Un montón de gracias, José Ignacio, y un abrazo grande.
Maratón de relojes, cronómetros y todo lo relativo al tiempo, en una historia muy original que nos ha dejado con la boca abierta a todos los que la hemos leído.
Te felicito por esta aportación olímpica tan personal e ingeniosa.
Besito virtual, Margarita
Gracias por tu tiempo, María Jesús, y por abrir la boca para que salgan las palabras, que con este calor corren el peligro de deshacerse antes de llegar a la meta.
Un beso olímpico.
Reloj no marques las horas… Da igual en qué formato. Qué estrés de carrera. Y qué original.
Mucha suerte.
Saludos
… porque voy a enloquecer, la la la la.
No sé todavía si corremos porque tenemos estrés o tenemos estrés porque no corremos, no sé. El tiempo lo dirá.
Muchas gracias, Esperanza.
Un saludo
Me ha encantado, Margarita. Original y brillante. Redondo en todo los sentidos, y con frase final, marca de la casa, que pone la hora en su punto justo. Campanadas del de la torre, se oyen, se oyen. Lo tiene todo para pasar a papel. Un saludo.
Qué bien suenan esas campanadas, ¿verdad? Y tu comentario, también; no siempre es fácil poner en hora el tiempo y cronometrar los momentos y la ayuda es bien recibida.
Muchas gracias, Cristina.
Un saludo
La imaginación al poder, decían ¿Cómo se te ocurrido una carrera de relojes? Original, si que es. Suerte.
Hola, Javier.
Pues porque mi despertador adelanta, lo que me juega malas pasadas porque, como lo sé, me quedo un rato más en la cama, pero no soy lo suficientemente buena para calcular «ratos» y luego ando a la carrera. Y por ahí me vino la inspiración, o eso creo.
Gracias por tu visita y un saludo.
Original y muy bien armado. Este, directo al papel, querida.
Un beso, y suerte (aunque esté de más).
Llego con retraso, pero si el tiempo lo permite, voy corriendo a darte las gracias. Un beso, Cristina.
¡Qué bien narrada esta contra reloj!
Margarita, eres una maga de los juegos de palabras y con esa imaginación que te caracteriza sacas originalidad a raudales de la chistera.
Además divertido y con ritmo.
Un beso.
Carme.
No te creas, Carme, la chistera es una pequeña boina algo deshilachada ya por el paso del tiempo. A ver si aguanta sus inclemencias un par de inviernos más.
Muchas gracias por tu cariñoso comentario.
Un beso
¡¡Fantástico!! en todos los sentidos.
Gracias, Edita, con todos los sentidos.
Como llego tarde y ya hay mucho dicho, pues yo te diré que me hubiera gustado escribirlo. El final es de escándalo.
Besetes
Espero que el escándalo no llegue a oídos de los jueces y descalifiquen al pequeño reloj de bolsillo 😉
Me alegra verte, Javier.
Besos
Poco puedo añadir, Margarita, pues ya te han dicho de todo, y quedamos en que la falta de originalidad acaba en la perversa rutina. Pero sí tengo que darte una enhorabuena por otro que me encantó, “Historias infantiles”. Y me encantó sobre todo porque es difícil meter en ciento cincuenta palabras una historia que cuaje, que transcurra desde la infancia hasta la plenitud, que contenga cinco palabras y un tema obligatorios, y sobre con un asunto tan recurrente como los malos tratos. Incluso introduces una pizca de humor con ese intento de atragantarlo con una cáscara de nuez. Te pasé mi voto aún antes de conocerte aquí. Suerte con los dos.
Pues muchas gracias por partida doble, José Luis. Esas «Historias infantiles» son demasiado tristes. Ojalá pronto contemos solo historias de relojes, aunque eso suponga tener que hacer equilibrios con el tiempo.
Un saludo
Siento no haber podido pasarme por aquí en agosto, Margarita, pero no quería dejar de decirte que espero ver este genial relato entre los seleccionados.
Un abrazo y mucha suerte.