37. Coponieve
Nací una fría noche de invierno. Tez clara y pelo rojo fuego. De mi mano llegaron las nieves. Contaba mi madre que, siendo muy pequeño, anduve perdido en el transcurso de una monumental nevada. Organizaron interminables batidas y se peinó, palmo a palmo, cada rincón sin respiro. Días más tarde, cuando las esperanzas de hallarme con vida se desvanecían, regresé. Aparecí descalzo, dibujando un menudo rastro de pisadas blandas. Mis cabellos, hasta entonces como las brasas, se tiñeron canos. Nada pude explicar de lo acontecido porque, desde ese día, no volví a pronunciar palabra alguna… Ya no las necesitaba. Mamá murió sabiendo que algo mágico debió sucederme. Y no se equivocó…
Ahora formo parte de otra realidad y, a través de mis cristales de hielo, contemplo el mundo. Me divierte inventarme, cada vez, en formas diferentes, buscando la belleza y la armonía. Cuando las temperaturas lo permiten, me dejo caer con gusto sobre las ciudades y los campos, y pinto sonrisas albas en sus apagados grises.
Soy feliz sintiendo como propia la alegría, que se dibuja en el rostro de los niños, cuando aparezco por sorpresa, y disfruto –aún más si cabe- ante el gesto de fastidio de sus padres.
Bonito mito sobre la nieve has creado, cómo los copos de nieve toman bellas formas cuando se juntan, las alegrías que traen sobre todo a los niños , donde destaca la imagen de esa realidad alternativa a través de cristales de hielo.
Hola, Lorenzo.
La nieve es alegría sobre todo para los niños porque en una gran ciudad y a los que vamos sobre ruedas nos hace polvo.
Besos y gracias.
tu cuento recrea la fantasia e imaginacion, de los niños sobretodo, y es el ideal para contar a los pequeños. Suerte y saludos
Hola, Calamanda.
Yo se lo contaré a mi sobrino porque mis hijas ya son muy grandes.
Besos y gracias.
Hola Towanda, que cuento tan bonito, mágico y triste a la vez. Resulta muy poético y te quedas con ganas de más.
Me ha gustado mucho, es muy tierno y dulce.
Un beso grande.
Hola, Asun.
Es como un cuentecillo para contarles a nuestros nietos (cuando los tengamos). Me alegro mucho de que te gustara.
Besos.
Que bonito, Towanda. Yo también nací un día que nevaba pero mis cabellos se están poniendo blancos ahora y a veces hablo demasiado. Los cristales de hielo son válidos también para mirar el mundo. besos y suerte.
Hola, Eva.
Si se te están poniendo canos ahora eres también parte de la magia de los que nacen en días de nieves…
Besos y gracias.
Te has inventado una historia muy tierna, con mucha poesía, me ha gustado mucho esa imagen… «contemplar el mundo entre cristales de hielo». Precioso.
Un abrazo amiga.
a través, quería decir…
Hola, Rosy.
Después de la cag*** que te comenté he repasado y repasado para que no hubiera errores.
Gracias, bonita.
Un beso muy grande.
Towanda, un cuento de los de hadas y de los que leía cuando era pequeña. Muy bonito. Suerte.
Besicos muchos.
Hola, Nani.
A mí me siguen gustando los cuentos de hadas y ya soy mayor. No debemos dejar de leer esas cosas.
Muchos besos.
Gracias.
Que cuento tan bonito y cuanta imaginación le pones. Me ha encantado.Nuria
Hola, Nuria.
Me alegro mucho, gracias.
Un beso grande.
Hola Towanda, la nieve alimenta con facilidad a seres mágicos y legendarios, y el tuyo ¡es tan bonito! (No es mi caso, ya lo sabes jajaja)Me ha gustado mucho este cuento de invierno. Besos.
Hola, Ana.
Jajajaja, no es tu caso este mes, jajajaja.
Es cierto eso que dices de la nieve y su magia.
Besos, guapa.
Este relato desborda imaginación y fantasia. Has hecho de la nieve algo cálido y tierno. Felicidades. Saludos
Hola, Juana Mª.
Gracias, bonita, si eso es cierto me alegro mucho.
Besos.
Hola Towanda, me gusto mucho tu relato lleno de fantasia y ternura. Tu tambien formas parte de otra realidad.Bueno guapetona, me gusto mucho conocerte. Muchos Muchos besos y mucha suerte.
Hooooola, Esther.
A mí también me gustó mucho conocerte aunque fuera todo tan breve.
Me alegro de que te gustara mi cuento y yo, como tú, somos parte de otra realidad paralela: la de los cuentos.
Un beso muy grande y gracisímas.
¿Qué bonito! Me encanta tu relato.
Es mágico como el niño de cabello de fuego. Me gusta la frase «me divierte inventarme» ahí es donde el niño jamás dejará de serlo. Niño y nieve. Bonita conjunción.
Un abrazo muy fuerte.
Hola, Virtudes.
Ese niño, Coponieve, ha encontrado la magia para no dejar nunca de ser un niño y en esa frase que mencionas, «me divierte inventarme», se guarda su esencia y la fascinación que le llevó a convertirse en un copo de nieve.
Me alegro mucho de que te gustara.
Un beso muy grande (muaaaaak) y muchas gracias.
Muy sugerente. Tus relatos siempre aportan algo extra, a veces hay magia, a veces simpatía, a veces ambas cosas. Aquí se da el tercer caso. Felicidades!!
Hola, J. Ignacio.
¿De verdad..? Jolínes, me alegra mucho que me digas eso. Guaaau, qué felicidad!
Gracias.
Unos besotazos (lo que viene a ser unos besos con abrazos).
jajaja, gracias, a ti, acepto tus besotazos… me habían dado besotes y abrazotes, pero besotazos es la primera vez
J. Ignacio, nunca te acostarás sin saber una cosa más… jajaja.
Un relato que rezuma alegría serena y, lo mejor de todo, la descripción de las sonrisas en los rostros de los niños; yo ya no lo soy, pero si veo nieve sonrío como ellos, la toco, hago una bola y se la tiro a alguien, bella y efímera. Buen texto y buena suerte.
Hola, Ángel.
Pues creo que al disfrutar como dices de la nieve, retomas esa parte de niño que todos llevamos dentro y olvidamos.
Gracias por venir.
Un abrazo.
María, cuento precioso y tierno de felicidades blancas. Lo imagino contándose alrededor de un fuego, evidentemente del libro ENTC. Abrazos.
Un hermoso micro mágico con alma de cuento. Precioso.
Besos
Hola, Filas.
Me gusta eso de «alma de cuento»…
Gracias, porque es precioso.
Unos abrazos.
Hola, Salvador.
Guau, sería precioso -y me conformaría- con poder contárselo a mis nietos cuando los tenga.
Me alegro mucho de que te gustara.
Un beso muy grande.
María, tu relato es muy bonito y tierno, pero los comentarios que te han hecho, seguro que te han dejado más ancha que larga. Enhorabuena por ser tan querida en el blog, te lo mereces.
Un beso
Hola, Epi.
La verdad es que me siento muy querida y eso que llevo muy poquito tiempo entre vosotros… Creo que aquí sois muy generosos, al menos conmigo.
Unos besos y gracias.
Preciosa historia de la nieve, casi mágica para la mirada de un niño.
Un saludo
Hola, Blanca.
La nieve tiene ese poder de acercarnos a la magia, ¿no te parece?
Muchas gracias y que pases un feliz domingo.
Besos.
Muy buena la personificación del narrador con sus cabellos y demás, saludos.
Hola, Pablo.
Muchas gracias, te presento a Coponieve, el niño que quería ser algo diferente.
Un abrazo.
Bien Twanda, se trata de acercarnos al realismo mágico en este mes y creo que le has dado un buen pellizco al tema.
Suerte
Hola, Monte.
Intentando tocar de refilón el realismo mágico, algo dificilillo la verdad.
Gracias por comentar.
Un abrazo.
Towanda, que relato tan mágico e imaginativo, me ha gustado mucho. Tu coponieve transmite optimismo y felicidad.
Te felicito por el relato y por tu mención de diciembre. Enhorabuena.
Mucha suerte y muchos besos para ti.
Hola, María Elena.
Coponieve es optimista y está en los sitios en los que quiere estar. Se divierte con pequeñas cosas… Es un gran tipo.
Un abrazo y te deseo la misma suerte con tu micro.
Ah, y gracias por lo de la mención. Es la primera vez y estoy muy contenta.
Besotes.
Hola Towanda. Me parece un relato muy bonito, muy descriptivo y recubierto de cálida magia. La conexión con la frase de referencia también creo que es clara. La última frase, el cierre de la historia, un perfecto guiño a todos los que a veces olvidamos que también hemos sido niños. Enhorabuena y suerte.
Hola, Juan Antonio.
Así es. El final es una colleja para los adultos que tantas veces nos olvidamos que alguna vez fuímos niños… y me da mucha pena, la verdad.
Gracias por tus palabras.
Un beso muy grande y mucha suerte para tu apuesta de este mes.
La poesía se ha cristalizado este mes en tu relato. Un cuento de los de antes, de chimenea y chocolate caliente, rodeados por la chiquillería boquiabierta. Aunque al final te ha salido esa pizca de acidez tan tuya, eh?. Te voy a echar de menos. Un besazo
Hola, Raquel.
Gracias, guapa. A mí ese tipo de cuentos, los de antes, esos de toda la vida que nuestras madres cambiaban a su antojo para hacernos comer las lentejas (por lo menos a mí)… esos son los que más me gustan, aunque reconozco que me gusta también el morbillo y los golpes ácidos.
Jó, y yo más… de menos, digo.
Eres estupenda cuentista y mejor persona aún. Aunque éste no sea el sitio, te lo tenía que decir.
Besos y… siempre nos quedará París.
Towanda, veo que te estás convirtiendo en una escritora muy buena de micros y personalmente estás cogiendo el truco. El relato tiene mucha arte y rezuma de imaginación. Un besazo, bonita, Sotirios.
Hola, Soti.
Qué va, aún estoy aprendiendo a cogerle el truco y no ser demasiado explícita. Esto es un arte y hay que dominar ciertas técnicas que yo aún no controlo, pero sigo aprendiendo de los que lo hacen mucho mejor. Esto de contar es para mí una carrera de fondo y como tal me lo tomo.
Gracias por acercarte a conocer a Coponieve: un niño que logró ser feliz cuando dejó de ser niño.
Besitos, tesoro, rebonito, salao…
Gracias, Towi,haré lo imposible por no perder vuestra pista. No os vais a librar de mí tan fácilmente. Besos y…siempre nos quedará El Rabal
Hola, Raquel Ferrero.
Eso espero de verdad. Siempre nos quedará el Rabal y también algo más.
Felicidades por tu micro de este mes. Puf, se me pusieron los pelos de punta.
Un beso muy grande.
Encantador relato de mágicas ficciones.
Felicidades tocaba.
Gracias, María.
Un beso muy fuerte.
Es precioso Towanda!.
Has creado un perfecto mito que debería perdurar en el tiempo. Así será.
Un abrazo.