108. Corazones radiantes
En mi ciudad amanece cuando sale un deslumbrante corazón que tiñe de rojo el cielo. En ese momento las parejas despertamos, nos besamos, nos duchamos juntos, desayunamos entre pétalos de rosas…, y luego paseamos cogidos de las manos por las calles aterciopeladas, sin dejar ni un segundo de regalarnos cariño. Después todos deseamos que se ponga el corazón cuanto antes y aparezcan en el cielo los dos rombos. La señal para que las parejas nos soltemos de la mano, nos desnudemos y busquemos nuevas compañías para pasar la noche haciendo el amor hasta acabar rendidos y despertarnos, una mañana más, bajo el maravilloso corazón que late en el cielo hasta otro apasionado anochecer.
Una vida regida por el ritmo de esos mensajes en el cielo merece ser vivida.
Solo le pongo un pequeño «pero» a tu relato; no especifica el nombre de la ciudad en cuestión, aunque también es lógico, porque todos quisiéramos mudarnos allí y ante la masificación quizá se terminase la magia.
Llevaba tiempo sin leerte y me alegro de hacerlo.
Un abrazo, Lorenzo. Suerte