Corre Forrest
Tengo que decir que me conmovió el relato de Mar González, La salida, y me acordé de la canción que cantaba Víctor Manuel, Solo pienso en ti, me gustaba tanto…
«Solo esperar la salida le tranquiliza. Mi madre se lo explicaba así a mis profesores, a los familiares y a los amigos que visitábamos. Desde muy pronto asumió que nunca me escucharía hablar y, mucho antes, ya sabía que yo era especial, o así lo decía ella. Los médicos me diagnosticaron diversos trastornos de difícil pronunciación y más complicado tratamiento. Básicamente, no se podía hacer nada.
Mamá no les hizo mucho caso o, mejor dicho, ninguno. Me llevó al colegio, al cine, a las comidas familiares o, los jueves, a tomar café con pastas de chocolate a casa de la vecina. En cada lugar, yo elegía cuidadosamente una silla enfocada hacia la puerta. A veces no era fácil y eso me ponía muy nervioso. Ella, paciente, daba las explicaciones oportunas.
Cuando se fue, todo cambió. Ya no salgo, pero tengo una butaca muy cómoda justo frente a la puerta de esta habitación. Por ella entran las enfermeras, el celador que trae la comida, los sábados la tía Lupe y hoy, de nuevo, mamá. La luz blanca me ha cegado y he cerrado los ojos.»
Es un cuento delicado, triste y hermoso sobre el amor incondicional de una madre y una canción muy bien elegida.
Felicidades a las dos
Es costumbre, pero eso no quiere decir que no tenga mérito: Ginette sabe escoger como nadie la música más apropiada para un texto, fantástico también, por cierto.
Me uno a las felicitaciones de Paloma para las dos.
Muchas gracias!!!! Así se lee mucho mejor 🙂
Un abrazo