30. Corto de vista (La Marca Amarilla)
Pues el niño tiene una piel canela preciosa, brillante como su perenne sonrisa. La niña es más oscura, de un ocre más ferroso, sobre todo se nota en sus arreboladas mejillas. El bebé es precioso, como la madre, y los cabellos oscuros como el ébano hacen que sus miradas penetren con ese blanco límpido. Posiblemente sea el padre quien tenga la tez más cercana al cacao y ahora mismo su ceño no demuestra simpatía, pero no me extraña después de que escuchara a mi abuelo decir “vayámonos de aquí, niña, lejos de estos mmmfff negros”.
Hay tanto corto de vista suelto…
Los dichosos prejuicios y los estereotipos, las etiquetas con las que se clasifica a la gente teniendo en cuenta su apariencia, como si tener un tono u otro fuese un factor determinante y excluyente según un criterio universal inventado por algún tarado. Dicen que los ancianos, por aquello de la experiencia y el tiempo vivido, son personas sabias, pero esto también es un tópico, lo es al menos en el caso del personaje de este relato. No todo parece perdido, su nieta, esa niña observadora, ve las cosas con otros ojos, los que todos deberíamos tener.
Un relato basado en un comentario, un pequeño episodio cotidiano, no por breve, menos elocuente y profundo, la demostración de que nos queda mucho por avanzar.
Un abrazo y suerte, Marca
Concisa historia de denuncia social a una de las múltiples discriminaciones, que ya deberían estar erradicadas de la faz de la tierra, pero que desgraciadamente, para nuestra vergüenza, como seres humanos de todas las clases, colores, preferencias sexuales, modos de vida, culturas y esa amplia paleta que contiene la riqueza de la pluralidad social, como así sucede en la naturaleza… ¿Quien es digno de tirar la primera piedra?… ¿Quien no ve la viga en su propio ojo y se dedica a criticar la paja en el ojo ajeno?…
Aplaudo tu decisión por hacernos partícipes de esta denuncia social, aparte de haber utilizado estupendamente la gama de tonos marrones para ponernos de relieve estos perniciosos estereotipos y prejuicios.
Saludos y suerte, Marca.